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Orgía universitaria I

Al ver que yo no protestaba porque estaba concentrado en follarme a su amiguita, separo mis nalgas y me introdujo, primero su lengua, después un dedo, después dos y casi sin darme cuenta se montó detrás mío y empezó a pasarme su polla cerca del hueco por donde nunca antes yo me había metido nada, hasta que me penetro. Sentí un leve crujido, pero nada de dolor empezó a bombearme, primero lentamente, después más rápido hasta que sentí algo ardiente y viscoso en mis entrañas.

Calenturas con mi suegra III

Primero me desvistió, y me llevó al jacuzzi que estaba listo para ocuparlo, le tiró al agua unos polvos que dijo eran sales, mi suegra se empelotó y ya mi pichula comenzó a ponerse tiesa, ya quería chuparle la zorra y meterle mano por los orificios, calma me dijo, tranquilo que yo mando.

Un adolescente se inicia sexualmente en una excitante historia con uno de sus profesores de colegio, el cual siempre habia sido su fantasía

Desde ese día y a lo largo de varios meses, sus miradas se hacían más penetrantes, además noté que se acercaba más su cuerpo a mí, su cara se acercaba más a la mía y miraba mis labios cuando le hablaba... ya que su estatura es casi la misma que la mía... sentía su aliento cada vez que me hablaba, era exquisito sentir ese olor a macho, caliente.... ahhhh, pajas y más pajas... todo hasta la semana pasada....

Atención personalizada

Mi jefe luego se retiró y me pidió que acompañara a Richard a su hotel, tuvo la sensación de que me estaba entregando, pero a mí no me disgustó la idea, a esta altura creo que deseaba tener algo con Richard, pero él me pidió primero ir a alguna lugar a beber algo y bailar para conocer un poco la noche de Buenos Aires.

Marco I

Desde que empezó el año 2001 me la pase viajando por cuestiones de trabajo hacia el sureste de la Republica, tenía que ir durante dos semanas de cada mes, a veces estaba fuera hasta tres semanas seguidas. Estando en uno de esos viajes al consultar por la noche de un Lunes mi correo, encontré un mail de mi esposa donde me contaba que el fin de semana se había acostado con otro hombre.

Sólo iba a recoger unos discos a casa de su amigo, pero al verle una extraña y a la vez muy excitante sensación, recorrió su cuerpo

Mi deseo crece enormemente, y en el siguiente instante me encuentro pidiéndote cógeme ya, por favor... No siento que me escuches, así que junto fuerzas y te lo digo más fuerte, hasta que levantas tu cabeza y me preguntas si dije algo, separo mis muslos y con mis manos tomo tu cabeza y la jalo hacia mí, te incorporas un poco y mirándote a los ojos te digo como en un ruego: necesito sentirte dentro de mí.

Mi amiga Graciela I

Después de despedirme y cuando iba a bajar del coche, le dije que le tenía que decir algo, inocentemente se dio la vuelta y es ahí que le di un beso en sus hermosos labios, esperaba que no reaccionara bien, pero embargo, recibí la hermosa boca de Graciela que se abría para pudiera introducir mi lengua, entonces suavemente con las dos manos le acaricié la cara y nos fundimos en un larguísimo beso de lengua.

Mis sobrina y su primera vez

En ese entonces contaba con 35 años y era el menor de una familia de ocho hermanos, todos casados sin embargo sin la fortuna de tener hijos pues mi mujer no había podido lo que fue el detonante para el divorcio, de mis siete hermanos y hermanas surgieron 16 sobrinos, 9 varoncitos y siete hermosas niñas, la más pequeña era sarita la cual contaba con siete años, de ahí seguían Lucia y Guadalupe con nueve años, Sofía de 10, Verónica de 11 y Susana y Daniela de catorce años; yo los quería a cada uno de ellos por igual y nunca me había pasado por la mente lo que a continuación detallo.

Mi primera experiencia homosexual a los 20 años

Pues como a las dos hora llegue al bar y me dirigí con él, estuvimos platicando, casi 15 minutos antes de salir el me invito una bebida llamada Kalua, la cual el había conocido porque yo se la había invitado anteriormente, pues en fin se terminó su turno y me dijo que acabase mi bebida de un jalón porque nos teníamos que ir y no podía sacar el vaso del establecimiento.

Mi sobrina Sandra I

Cuando la conocí me hice muchas fantasías, pero nunca pensé en una posibilidad como la que estoy viviendo: poseerla. En mis sueños ella se enamoraba de mí y vivíamos un romance hermoso y pletórico de besos y abrazos, en el que no había sexo, ya que esa posibilidad estaba absolutamente fuera toda posibilidad.

Calenturas con mi suegra II

Los sábados mi mujer salía muy temprano y me quedaba solo, a eso de las nueve y media, llegaba Amanda y luego de tomar un té, realizaba sus labores hasta más o menos las 2 de la tarde, luego de un par de semanas la comencé a mirar con ojos más críticos para analizarla, primero le miré el culo que es lo que más me importa, se veía de lo más normal no muy pronunciado pero redondo y paradito cuando se agachaba se le veía muy bien, pensé en mi suegra con su tremendo poto y me puse caliente

Soy un maestro de preparatoria que me encanta ver las pantaletas de las estudiantes y de vez en cuando cogérmelas

La raza es muy cabrona, y es obvio que tengo algo que ver con las tres, pero de la que más se rumora es de "F", ya que la mayoría del salón le ha visto los calzones y al parecer eso le gusta a ella. De "E" también se rumora, sobre todo desde aquel día que abrió las piernas cuando estaban tres compañeros dando clase, luego se notó porque no dejaban de mirarla y ella al parecer lo gozo mucho, pues nunca cerro las piernas y por el contrario las abrió más.

Ishtar II: La aprendiz

La respuesta fue que su único dedo libre se clavó en mi culo. Te gusta así...te gusta cómo te clavo el culo, muévete zorra, goza goza, me moví en forma inconsciente, donde llevara mi pelvis me introducía algo, adelante mi vagina explotaba en sus manos, atrás y mi ano se llenaba, me soltó y puesto sobre mí me introdujo de un sólo golpe su verga.

Iniciándose con mami III

Dijo en voz alta a su hijo, el que llego y como era más alto se puso tras suyo en punta de pies y se estiro para alcanzar la fuente, pero al hacerlo flor se hecho hacia atrás y el muchacho perdió pie y se fue hacia adelante, quedando apegado a su madre, sintiendo a la altura de sus entrepiernas el suave roce de la seda de la bata, lo que lo excito de inmediato.