Todo aquel tiempo mi vecino quiso mamarme, y ahora con su socio a la par lo conseguiría.
Llegó, lo ví, me gustó, me calenté, me hice mil fantasías, pero jamás creí que se hicieran realidad y menos que llegásemos a ser amigos, y que, a pesar del paso del tiempo, continuemos siendo amantes.
A principio del verano vino un nuevo vecino a nuestro portal, era un chico que había heredado el piso de su abuela, doña Consuelo, una mujer mayor bendecida por la fortuna de la lotería y que había decidido, con muy buen criterio, disfrutar de sus últimos años de vida conociendo los lugares que soñó desde sus libros de viajes.
El aire acondicionado se había roto y tuvimos que abrir la puerta-ventana que daba al balcón para que entrara un poco de aire, el calor era intenso y afuera había mucho ruido (estábamos en el cuarto piso), había otros edificios con balcones con gente bebiendo y charlando pero el cansancio pudo más y nos dormimos pese al ruido.
Úrsula era una chica morena, escultural, de pecho abundante, sin ser una vaca lechera, de culo hermoso, pero sin ser culona. Usaba un body ajustado que nos quitaba el hipo a todas, y a más de un marica, como os digo, se le quitaba el hipo al verla. De ojos negrísimos y expresivos, nariz griega y labios sensuales.
Soy Luis tengo 34 años estoy soltero y vivo en el mismo piso que las gemelas, coincidimos en el ascensor y siempre nos saludamos, son dos chicas muy simpáticas y educadas, pero de un tiempo a esta parte, he empezado a notar algo distinto en sus miradas, noto cierta picardía.
A lo largo de mi vida he tenido muchas enfermedades, pero ninguna me ha afectado tanto como una, el aburrimiento. Hay un día tremendamente aburrido, el 15 de agosto, pero el ultimo le esperaba una grata sorpresa a nuestra protagonista.
Un joven recibe una felación de su tío después que ambos han visto el pene de uno de los vecinos del pueblo en las duchas de la piscina. El mismo pene que luego recibirá su tía.
Nuestra protagonista y su vecino, su nuevo y excitante amigo, están comiendo juntos en casa de ella. Y llega el momento en que él intenta besarla y acariciar su cuerpo. Los acontecimientos se precipitan y toman un giro inesperado.
Una joven, viajando en autobús camino de la casa de unos familiares, es seducida por las caricias de su vecino de asiento al que brinda el honor de ser el primero que la posea.
La mujer sale a pasear por el pueblo y se encuentra a su vecino, con la mujer y los niños. Conscientemente se remanga el vestido para excitarle...
El nuevo vecino de la urbanización se pone a cien al ver cada día a un joven albañil. Terminarán masturbándose y haciéndole una maravillosa mamada.