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Un suegro caliente

Esa historia dio para que mi imaginación empezara su rápida marcha, y en unos minutos mi temperatura había subido vertiginosamente, de tal forma que me dirigí al cajón de la ropa interior de Manuel, saco unos calzones negros que el no se había llevado de viaje, y me dispongo a iniciar mi ritual masturbatorio, acostándome de nuevo sobre la cama, no sin antes revisar que la puerta de la recamara no estuviera abierta.

Un buen recuerdo

Los movimientos de va y viene aumentaron de intensidad, nuestras manos se encontraron en mi vagina, acariciando el hinchado y enrojecido clítoris, hasta que explotamos en un orgasmo simultaneo, que es de los pocos que he tenido hasta hoy, siendo penetrada por el culo, que quedo tan abierto que al sentarme en la cama todo el semen que estaba adentro de mi quedo en la funda de la almohada, lo que a ambos produjo una buena carcajada!!!!

Estreno de la recamara de invitados

Me penetro, mientras con la mano derecha yo jugueteaba con mi clítoris, hasta venirme una vez más, en eso siento en mi ano las típicas palpitaciones de un pene de un hombre que está a punto de venirse, se retira de mí que estaba acostada boca arriba con todos los cojines debajo de mis nalgas, y se viene litros de semen, por afuera de mi enrojecida vagina, y el recién abierto culo.

Saliendo de la hacienda

Solamente en ese momento pude ver que ella ya tenia la blusa abierta y como no tenia brasier, sus grandes pero bonitos senos de típica gringa se acercaban a los míos hasta que se juntaron en un abrazo donde nuestros pezones se conocieron mutuamente hasta él ultimo detalle.