Culo con sueño no tiene dueño
Mi esposa no podía dormir por las noches, así que le recetaron unas pastillas que la hacen dormir de tal manera que encontré la forma de cumplir con todos nuestros deseos.
Relatos eróticos de Argentina
595 relatos
Mi rica suegra
Por motivos económicos no fuimos a vivir con mi esposa a la casa de mi suegra y ella terminó dándome lo que su hija no me daba.
Del odio al amor
Como fueron cambiando las cosas con mi vecina con la que teníamos muchos conflictos, y pasamos a tener mucho sexo.
Año nuevo, culo nuevo
En la fiesta de año nuevo nuevamente florecen pasiones que ya parecían muertas.
Marcela, mi vecina II: 40 y 20, Marcela y Nacho
Fui recopilando información y supe cómo mi vecina la rubia cuarentona de los incesantes gemidos conoció a su joven marido 20 años menor.
La señora Rosa II
Después de empezar una relación con la señora rosa empezamos a sumar otras experiencias sexuales
Mi perro Teddy, mi prima y yo
Le conté a mi prima que me cojia mi perro, luego tuve temor que me delatara y la inicié en la zoofilia para que tuviese que guardar el secreto
La señora Rosa
Cumplí con mi obsesión de tener sexo con una vecina de 72 años
Mi bella nena I
Pasé de ser el profesor a ser el amante de una hermosa nena.
Mi pequeño «cielo»
Al trabajar en una oficina del estado, conozco a una chica "enana" con la cual nos conocemos más profundamente.
Cielo Riveros y los albañiles
Cielo Riveros sin darse cuenta que un viejo la viene siguiendo camina sin preocupación de regreso a casa. Ingresa al primer pasaje que son cuatro en total para llegar hasta su casa. Luego llega al segundo que se dónde está la construcción y justo en ese momento una maquina concretera es encendida y
Confesiones de Danka Schultz I
Una docente de 53 años de buen cuerpo pero con una rutinaria vida matrimonial conoce en una salida con amigas a un stripper de color que le devolverá su plenitud sexual.
Disfrutando de ser cornudo
La vida me dió la sorpresa de disfrutar no solo de tener una familia hermosa, sino también de disfrutar de ser cornudo.
El dulce placer de la sumisión
Me hace su sumisa y yo acepto gustosa ser su putita y que me ate y disfrute.
La ciega y su madre III
Por fin llegó el día en que pudimos estar a solas con la madre de Mariela, y además me hizo una propuesta para que todos podamos estar felices.
La ciega y su madre II
Después de estar con Elsa su hija me pide si puedo ayudarla a arreglar su casa, pero la recompensa por hacerlo fue mejor de lo que imaginaba.
Un macho para Verónica
Este 17 de enero de 2025 fue una noche calurosa en la ciudad de Neuquén, Verónica miraba la gala de gran hermano con el mismo calor que hacía en toda la ciudad a pesar de tener el aire a 22 pero era un calor distinto, su cuerpo ardía de deseo, sus pezones estaban duros y le dolían.
La ciega y su madre I
Una nueva compañera de trabajo llega a mi oficina, y por su condición de ciega, empezamos a tener más afinidad con ella y su hermosa madre.
Mi ascenso
La noche que festejamos el cumpleaños de mi jefe, se convirtió en el inicio del cambio de vida laboral y sexual.
Abuela caliente
Como unas copas demás hacen que mi abuela me cuente sus aventuras amorosas y también yo sea parte de ellas.
Tuve que someterme a sus deseos
Sin plata ni casa, terminé aceptando pagar por ambas con mi cuerpo
Un espectáculo increíble
Un fin de semana que parecía que iba a ser el más aburrido, cambio totalmente al ver el mejor espectáculo de mi vida
Cosas de mi madre III
Después de que mi me confesara todo ideé un plan para concretar un morbo increíble.
Cosas de mi madre II
Mi madre me confiesa que conmigo no era el único con el que tenía sexo, y fue una sorpresa saber quien era el otro.
Cosas de mi madre I
Como una fiesta familiar hace que descubra varias cosas de mi familia que eran un verdadero secreto.
Andrea VI
Una tarde de sexo intenso con mi rubia, abierta a todos los placeres y dispuesta a todo.
La gitana
Como conocí a una compañera de trabajo a la que le decían la gitana, y una cena con su esposo que no me lo esperaba.
Andrea V
Con mis dos sumisas hicimos un trío con juguetes, chirlos y mimos entre las dos
Vacaciones con mi madre
Esta historia ocurrió el verano pasado, cuando yo aún tenía 18 años. Era 15 de enero, o lo que es lo mismo, era el día en que mi madre y yo nos íbamos a la casa que tenemos en la costa. Me llamo Nicolás y soy de
Marcela, mi vecina I
Si bien tiene el perfil de una mujer seria y de su hogar, Marcela se convirtió en la musa de mis fantasías eróticas.
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