Aquello prácticamente no podría llamarse escote, las casi 3/4 partes de su voluminoso pecho escapaba de aquella ridícula prenda, ascendiendo y descendiendo a ritmo acelerado debido a la agitada respiración de aquella diosa.
Hacíia ya un tiempo que no venía Maria, my profe particular, porque los estudios me iban bastante bien, pero al entrar en cuarto de E.S.O. la necesite. jeje...
El alcohol y el calor hacen que dos primos terminen haciendo alguna que otra travesura que no estan dispuestos a repetir...
Me ascendieron, pero yo deseaba a aquella chica y estaba dispuesto a hacer lo que fuese por conseguirla. Entonces todavía no estaba casado y tenía 32 años, diez más que ella, una jovencita de 22.
La sensación de poder, de dominar, de tener el absoluto poder sobre una mujer es una sensación que la mayoría de los hombres sentimos como una de nuestras grandes fantasías, pero ¿y si fuese al revés? Ser el dominado.
Como un viaje de trabajo termina en algo más divertido.
El enmascarado. Deja el abrigo en el guardarropa y se mira en el espejo antes de apagar la luz: su pelo rojo, entre anaranjado y rubio, ondulado, con la raya en medio, su cara redonda, sus coloretes para disimular su palidez y resaltar las pecas, sus ojos azules, su boca pequeña.
Se trataba de una señora con el pelo rubio de unos 40 años tendida en el suelo totalmente desnuda y que se estaba metiendo un consolador negro por el coño y otro más chico asomaba por su culo , nosotros dos ocultos tras la maleza nos estábamos poniendo a cien, yo en particular estaba notando que mi pija se estaba hinchando y pedía a gritos que la sacara y la masajeara hasta sacar toda la leche que tenía dentro.
Mi esposa goza por todos sus agujeros. Durante unas vacaciones mi esposa fué follada por dos tipos más además de mí.
La típica muchacha treintañera a la que cualquier hombre caballeroso lo ofrece un libro para que lo lea, por pura amistad, y ella enseguida se da cuenta de que lo que quiere es acostarse con ella.
Luis seguía bailando conmigo acercándose a mi, arrimando su paquete a mi culo mientras bailaba, de hecho algunas compañeras me dijeron si me iba a volver a liar con él, les dije que no que ya no me interesaba, pero que tenía una buena polla y era divertido.
A veces hacer cosas que no te gustan pueden ser divertidas.
Una pareja acude a un cine X para pasar la tarde, pero la situación escapa a su control.
El año no había sido muy bueno, académicamente hablando, y me habían quedado algunas asignaturas para septiembre, por lo cual me pasaba casi todos los días, y incluso algunas noches, encerrado en la biblioteca estudiando cómo un desesperado.
Me cambié de ropa y espere 5 minutos a que los alumnos llegaran y bueno, cual fue mi sorpresa de ver a unos 44 jóvenes gritando.
Comencé por frotar mi pene en el clítoris de Jane que estaba tumbada en la cama. Luego me follé a la rubia directamente, apoyando mis fuertes brazos a ambos lados. Lo hacía sin condón. Siempre me arriesgo y creo que las mujeres con las que me acuesto ya han tomado las debidas precauciones.
La cena fue maravillosa y ella era encantadora. Todo maravilloso hasta que me dijo algo al oído. Posiblemente a causa de la bebida. Me dijo que era una transexual. "Soy una mujer con pene pero no la tengo muy grande. Mide sólo 13 centímetros en erección".
La experiencia que voy a relatar es real y ella desconoce que lo voy a hacer, aunque en alguno de nuestros lujuriosos días la haré participe para disfrute mutuo.
Esta historia que os voy a contar es cierta y me paso hace un año. Yo tengo 21 años, estudio una Ingeniería, mido 1.90, soy castaño y peso 80 Kg. Una de las hermanas de mi madre sigue soltera (porque es de esas que de joven no se llevo muy bien con los tíos, y además es bastante religiosa), y vive con mis abuelos todavía.
Entre a trabajar en un despacho de abogados, una firma reconocida en México, como pasante y asistente personal del dueño de la firma, un hombre de 32 años, alto, blanco, con unas nalgas super paraditas y un bultazo que le le marca sobre los pantalones que hacen humedecerse cualquiera