No soy ninguna enferma y gozo de mi sexualidad; así que si eres una persona mojigata, síguete de largo y no leas esto; pero si te encanta el sexo, mi historia te va hacer vibrar.
Tras la experiencia relatada en otro capítulo anterior dedicado a mi especial familia, por fin se presenta la ocasión de experimentar con mi hermana, las mismas o parecidas sensaciones que ya había tenido con mi madre, como relataba en la historia aludida.
No era desagradable la posición, pero me parecía un poco bizarra, luego él se acomodó detrás de mí y su verga apareció casi de entre mis nalgas, desplazándose por todo el largo de mi conchita ...
Me giré y puse mis nalgas cerca de su nariz, Mauro restaba inmóvil, totalmente hechizado, me incliné y lo miré por entre mis piernas, mi coño estaba alineado con sus ojos, mis rizos negros estaban humedecidos por los fluidos que rezumaban desde mi panocha ardiente
Hola soy Nekitha, le traigo mi primera vez. Un relato de amor filial gay. Les aviso por si no es de su tipo. Si se quedaron bienvenido a mis aventuras.
Es un poco complicado comenzar a contar ciertas cosas sucedidas hace tanto tiempo, hoy tengo más de cuarenta años y los hechos sucedieron cuando yo tenía unos cinco o seis años, mis recuerdos no son traumáticos ni nada por el estilo, pues creo haber disfrutado todo desde el principio, encontraba las situaciones muy divertidas y entretenidas,
Yasna cayo hacía atrás y plegando sus piernas, abrió sus muslos de terciopelo, su conchita era como un platillo rosado que presentaba a mis ojos un manjar celestial, como si fuese una sopa deliciosa, de origen divino, ella con sus dos manitos se abrió sus rosados labiecitos hinchados y gemía ...
Era la primera vez que le hacía semejante caricia. Emocionado y excitadísimo se dio cuenta que hasta en ese sitio su querida mami, cómo tantas veces le llamaba, era toda una perfección. Toda ella olía y sabía divinamente. Su vulva chorreaba excitación abundantemente y él la bebía toda.
Todo empezó un día que hacia calor, mi madre estaba solo con una playera, que le quedaba muy pegada, y resaltaba su 95 de senos, y un calzoncito blanco liso muy lindo, yo estaba en un pequeño short y un top, desde unos días antes estaba algo inquieta porque me sorprendí a mi misa viendo a mi madre, apreciando su trasero, sus cintura y todo, yo no lo podía creer, en la noche no podía dormir pensando en su cuerpo, y me ponía peor lo cariñosa que es con migo, pero me lo negaba a mi mismo, no podía tener fantasías con mi madre!!!
Cuando ella tuvo su primer orgasmo, cambiamos de posición y mi tío se acostó y ella encima de el dejando su culo al frente mío, yo pensé que tenia que esperar mi turno cuando me dijo mi tía que quería saber que se sentía tener dos penes a la vez y que era algo que nunca lo había hecho.
Durante los juegos en la piscina aprovechaba para acariciar la suave piel de Susana así como para que se diera algún roce casual tocando discretamente sus bien formados pechos o su perfecto culo, de tal manera que siempre, al terminar los juegos, me iba a mi habitación a hacerme unas cuantas pajas para aliviar la situación.
Esa tarde él estaba con su novia en su habitación, mientras, yo leía en mi cuarto, podía oírles un poco, Cesar le pedía tener relaciones, pero ella le decía que no, que se tenia que ir, oía a mi hermano excitado y frustrado, pero ella no cedía y al final mi hermano se quedó con las ganas pues ella se fue, oí como la acompañaba hacia la puerta, y entonces pensé que esa sería mi oportunidad, mi hermano estaba caliente
Pasaron algunos meses y así llegaron las vacaciones que tanto esperaba, junto con las de Daniel. En esos días, el único pensamiento que moraba en mi cabeza era poder coger con mi hijo, tener la mínima posibilidad de gozar juntos, como una hembra y su macho ahora si bien lucidos.
Se quedaba a dormir en el otro cuarto de arriba una amiga que ya había cogido y tenía más experiencia que yo me enseñó que si hierves lechuga esa agua en café te o alguna bebida como limonada los mandaba dormir ella lo usaba para entrar a casa a los chico con lo que cogía.
No sé como sucedió pero él apoyó su cabeza en mis tetas y comenzó a chuparme un pezón con deleite, haciendo que un escalofrió recorriera mi espina dorsal produciéndome una sensación indescriptible en mi vagina, hasta que inesperadamente una húmeda cascada de flujo me confirmo que estaba disfrutando de un superorgasmo fabuloso y gratificante.
Sin oponer resistencia, me permitió que le subiera la blusa, le desabroché el sujetador y tuve ante mí, un par de tetas tiernas y deliciosas; sin perder tiempo, me apoderé de sus pezones, chupándolos con suavidad, así que, con la mamada que le hacía mi hermano en el coño y la chupada de tetas que yo le estaba dando, Rosita no tardó en tener su primer orgasmo.
La similitud era clara, el beso de él la dejó estupefacta, nunca lo había hecho en público, era toda una declaración de amor, de juramento de amor eterno, el departamento estaba esperándolos, era la primera vez que pasarían varios días juntos, lejos del servicio doméstico, lejos de los amigos, lejos de la sociedad que sabían no podrían comprender nada de esa relación.
Fue Amorina la que finalmente contó lo que era un secreto a voces, me reconforta escribir estas líneas y al mismo tiempo recordar su cara descargada de la tensión, más cuando se enteró que todas conocíamos cómo se llevaba con el padre, su cuerpo perfecto estaba en ese instante como reflejando el goce que ella sentía en este amor incestuoso.
Para cuando las últimas personas se despidieron mi mamá abrió una botella de vino, se sentó frente a mí y nos miramos directamente a los ojos, esos hermosos ojos color miel que acompañados por su piel apiñonada hacen un bello conjunto, no hicieron falta las palabras para saber lo que pensábamos, ella feliz de tenerme y yo de lo más contento de estar en casa.
Ya como a las 22.45 llega mi padre de trabajar mientras yo estaba terminando de hablar por teléfono con una amiga para arreglar una salida a la noche (salida que finalmente no se dio) y que me puso de mal humor.
Mi nombre es Sabrina, tengo 20 años y desde hace uno mantengo relaciones sexuales con mi padrastro y mi madre, o mejor dicho follo con ellos, porque eso es lo que hacemos, follar como animales y la verdad es que nos encanta.
Bese y recorrí con mi lengua sus hombros, cuello y espalda, mordisquee su culo y acaricie sus piernas, acaricie su vagina y sentí la terrible humedad y calor nuevamente, ella se volvió a doblar y abrió un poco sus piernas, yo aproveche para quitar la tanga y acariciar por abajo su clítoris.
Recorría todo el falo con su lengua, como si estuviese reconociendo el camino, sorbiendo de vez en cuando el glande. Mientras una de sus manos sujetaba la polla de Guillermo, la otra acariciaba con dulzura sus huevos, provocando que la verga se enardeciese aún más, si ello era posible, pegando pequeños saltos.