Relatos de azotainas, disciplina doméstica,dominación, y fetichismo (de zapatillas de casa). Ambientado en un futuro próximo donde las mujeres dominan a los hombres. Me encantarían comentarios, incluso buenos.
-Da igual quién sea PUTA, ¿algún problema? Ni habló se acercó a donde estaba ella y subiéndose el vestido y apartando la braga, por cierto, de encaje azul a juego con el vestido, empezó a mearse encima… Así terminó el último capítulo…
Hola, me llamo Esther, y os voy a contar un poco de mi vida, de cómo pase de tener una hermana a tener una Ama, como pase de querer a mi hermana a adorar a mi Ama.
Salí de la ducha y me metí en la cama quedándome dormido a los cinco minutos, y aunque no era muy tarde sí que dormí al tirón, solo noté como MI PUTA PERRA Susana se metía conmigo en la cama. Al día siguiente antes de mi marcha… Así terminó el último capítulo...
-Donde vas PERRA, tú al suelo y empieza a chupármela mientras esperamos. -Ceci. -Sí mi SEÑOR. Y yo simplemente me dejé caer hacia atrás en el sofá y cerré los ojos mientras Ceci me la chupaba. Así terminó el último capítulo...
Y así se hizo, las dos PUTAS hermanas siguieron a la que hasta esta mañana había sido su sirvienta, y Susana y yo nos metimos en el otro cuarto de baño, para que ella me duchara primero y luego lo hiciera ella.
Así termino el último capítulo...
-PERRA, mira ver quien es.
-Isabel. -Si SEÑOR.
Se salió del coño de la PUTA de su hija y poniéndose de pie fue a contestar.
-Isabel. - ¿Diga?
Así terminó el último capítulo...
-Isabel. -Si, te estaba esperando, ¿vas a salir con tus amigas? -Susana. -No, además te llevo una sorpresa, en cinco minutos estoy allí. Colgó y no me dijo nada solo sonrió, por primera vez la veía sonreír. Así termino el último capítulo...
“Hola Sireleo. Me llamo Isabel, tengo 53 años, soy de Madrid y estoy casada.
Por motivos de trabajo, hace un año tuve que leer bastante del mundo del BDSM, del cual era una inculta, y a lo tonto, descubrí tus relatos primeros, los cuales me encantaron, me alegro de que hayas continuado."
Ángeles y Pablo se han conocido en circunstancias un tanto sorpresivas, son ahora nuevos vecinos coincidiendo al salir a caminar todos los días, han hecho una relación de amistad muy fuerte. Él, a sus casi sesenta años, pretende enseñarle a disfrutar de sus sentidos, de todos sus sentidos y de todo
Maira era una mujer muy religiosa, una beata, media santa para sus conocidos. Tenía 36 años, era morena, de estatura mediana y tenía buenas tetas y precioso culo.
Eva es una muchacha adelantada a su tiempo. Vive en una aldea y le gustan las chicas, pero se cruza su primo en el camino, y acaba comiendo las pollas a pares.