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Fiestecita a tres

Esta historia empieza una tarde de viernes, este día era especial para nosotros por que se queda mi casa sola y podemos practicar sexo hasta extenuarnos, pero ese día Elena estaba con la regla y obviamente no se podía hacer nada, yo me había echo a la idea, pero después de una semana sin mojar y el escote que mi novia portaba dejando ver ese precioso canalillo no pude resistirme y al rato tenia una erección gigantesca.

Mi tía Martica III

Después de haber tenido una orgía con la mi amiga de mi tía me dedique enteramente a Martica que tanto amo, nuestra relación marcha de maravilla, hacemos el amor cada vez que podemos y cómo vivimos en la misma casa realizamos muchas fantasías.

Por error

La tomé del culo por debajo de la falda acariciándole las bragas e incluso sorteándolas para acariciarle el chocho por delante y con la otra mano le sobé las tetas por encima de esa tela tan suave.

Mi historia V

Yo al ver esto no pude más y no pude evitar correrme como un loco, agarrándole las caderas a mi novia, mientras esta al notarlo empezó a menearlas frenéticamente con movimientos circulares diciendo: ¿Qué haces cabrón? no te corras, no me dejes así.

Mi historia IV

Cuando llegó la noche, después de cenar, nos pusimos a ver la tele. Clara se levantó, y nos comentó que iba a ducharse, lo que yo aproveché para hacer las paces con Valle, mientras oímos el ruido de la ducha, mi novia y yo nos comíamos la lengua, y nos masturbamos respectivamente, como aperitivo de lo que vendría al acostarnos.

La mecánica de mi vecino

Normalmente me gusta correrme en su boca, pero le dije que prefería probar algo nuevo. La puse a cuatro patas y le dije que quería metérsela por el culo. Ella dijo que no quería, pero la convencí. Me puse vaselina de un tarro que guardo en mi mesita (para cuando me apetece pajearme bien) en el rabo y se la comencé a meter lentamente.

En mi closet II

Me dio mucha rabia escuchar eso, sobre todo porque no se preocupaba que yo pudiera llegar, trate de acomodarme un poco dentro del closet, pero tropecé y salí disparado hacia afuera, caí en el piso mientras mi novia de pie me miraba con cara de aterrada.

Dos personas en un coche en el polígono

Al pasar cerca de un polígono industrial donde las calles son bastante oscuras y tranquilas, ya antes habíamos estado en ese polígono y ya teníamos un sitio preferido, le pregunte si tenia ganas de jugar un poquito y ella me asintió con una mirada muy morbosa que hizo que me pusiera mas caliente todavía, en ese momento alzo las piernas apoyándolas en el salpicadero y comenzó a quitarse las braguitas tocándose y diciéndome: