En este relato, mi amante Katherine tendrá la suerte de disfrutar del amor y el buen sexo junto a mis amigas. Se trata de un relato donde mis amigas le damos una sorpresa y vivimos con ella un ritual de iniciación a nuestro Club de Sexo. Kira, Esperanza, Mónica y yo gozaremos de una feliz tarde.
En la segunda parte de "Esto es sexo y amor del puro" sigo describiendo con precisión lo ocurrido en esta hermosa tarde junto a Gustavo. Fue una tarde sensacional, donde mis amigas y yo gozamos de la desnudez, el amor y la sensualidad, logrando que la saliva, el semen y los orgasmos nos extasiaran
Cuatro preciosas mujeres para darle gusto. A la que más le costó satisfacer fue a Mónica. Cuando ya todas habíamos gozado, estuvo clavándole su verga con gran intensidad. Eran penetradas bruscas, rápidas, frenéticas.
Una historia apasionada sobre un club de masturbación. Descubre aquí como un bar oculta una puerta secreta a un reino donde mujeres lesbianas viven ardientemente el amor y el sexo. La oscuridad se vuelve cómplice de la lujuria y el placer.
Quitándole la virginidad a ese joven, es un relato que describe la manera en que Lina inicia en el mundo del sexo a Gustavo. Pero no solo será su amante más apasionado, sino que también será el hombre que compartirá con sus amigas.
La orgía I (24 horas después de La fiesta y tras un buen día de playa). Para todos aquellos que me lean por primera vez, voy a haceros una breve presentación de los diferentes personajes que aparecen en este relato. Leedlo y comentadlo. Y escribidme, por favor.
En el primer capítulo no hice una buena introducción. Os pido que leáis la primera parte antes de leer la segunda. Todo lo que cuento lo he vivido. Y esa fiesta fue el sumum del vicio. Encontraréis de todo: sexe anal, sexo oral, sexo lésbico, uro, dobles penetraciones. Disfrutadlo.
A la mañana llegaron los amigos del viejo para culearme, convirtiéndome en la putita de ellos. Por fin el viejo del sex shop, conseguiría lo que tanto anhelaba, convertirme en su putita ganando un poco de dinero, ofreciéndome a sus amigos.
Mi esposa tendría la última palabra en lo referente al sexo, se haría lo que ella aceptara o rechazara, no podría Lalo forzarla ni yo impedir ninguna acción. Yo sería meramente figura decorativa, mi función se limitaría a cubrir las apariencias y transportar a mi esposa.
Todos podían ver el empalme que ambos teníamos y lo enrojecidos que estábamos. Nuestras pollas estaban duras e hinchadas, pudiendo verse asomar la punta del glande enrojecida y brillante.
No podía quitar la vista de aquella polla, sabía que me la iba meter por el culo y hacerme chillar de gusto, hasta que se corriera dentro mía, dejándome bien preñado y abierto.
Si ya iba caliente y excitado, el ver cómo le entraba la verga por el culo al chaval aquel, hizo que mi polla se pusiera tiesa al momento, recorriéndome por todo el cuerpo una sensación extraña de placer, excitándome aun más de lo que ya estaba.
No le extraño la invitación a una, pero si de hacerlo en pareja, nunca lo había hecho, al preguntarle a ella, como descontando su fidelidad y conducta para recibir un !NO!, comprendió que su pareja más de una vez tuvo alguna o ganas de tenerla puesto que su respuesta fue:
Que hijo de puta el viejo, se puso a cimbrear aquel pedazo de cipote con todo el descaro del mundo, miraba para mí sonriéndose, enseñándome el ciruelo que le colgaba. Yo con cara de asombro y algo asustado, no podía dejar de mirar. Cada vez parecía crecerle más y más, hasta los huevos había sacado el viejo, mostrando todo de manera orgullosa.
Tenía cuatro manos en mis pechos, la lengua del andaluz entrelazándose con la mía, una verga chocándose con mi braga y mis muslos por detrás, unos dedos jugando en mis entrañas. El andaluz se hizo a un lado sin dejar mi boca ni mis pechos y el alemán pudo bajarme las bragas y meterme su lengua dentro de mí.
Cuando me dio la vuelta para darme por el culo, vimos como el viejo de nuestro grupo, estaba dándole por el culo al jovencito. Lo tenía totalmente empalado en su polla, gritaba y gemía como una perrita en celo el jovencito.
A él tampoco parecía importarle mucho el que vieran como tenía a un jovencito maricón en pelotas, abriéndole el culo con sus dedos, preparándolo para meterle la polla en el culo y follarlo hasta preñarlo de leche.
Yo solo pude reaccionar llevando mi mano a aquella hinchada polla que me tenía hipnotizado, y agarrarla con mi mano acariciándola. Mientras él, buscó mi hoyito con su dedo, cuando lo encontró, presionó el esfínter, haciendo que su dedo entrara en mi culo. ¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemí al entrar el dedo en mi culo. Calla maricón, no grites tanto que nos pueden escuchar, me dijo sin sacar el dedo de mi culo.
Tranquilo me dijo, a la vez que con una mano en la cabeza me empujaba para que me agachara. Abre la boca me ordenó. Temblándome las piernas y mirando para todas partes, a causa del nerviosismo que me había entrado, eso hice. Me agaché, abrí la boca, me sujeté a sus piernas con las manos, y empecé a chupar y tragar aquella polla.
Fernando siguió enseñándome todo, hasta que llegamos donde estaba el aseo y la ducha. Allí empezó a meterme mano y abrazarme, diciéndome que quería volver a follarme. ¡Me vuelves loco, mariconcito! Muero de ganas por ponerte en pelotas, y follar ese culito que tienes.