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Una experiencia increíble con Karla, que desde hacía mucho tiempo fantaseaba con hacerla suya y ahora se hacía realidad

Se la empezó a meter despacio y cuando el negro sitió que entró la cabeza le dio un empujón que le metió casi la mitad. Mónica gritó en señal de dolor y yo le dije al negro que no la lastimara. Después ella sola se empezó a mover poco a poco. Cuando le entró más o menos la mitad, llamó al otro, para que la penetrara por la vagina. En ese momento empezó a gritar como nunca.

Orgia universitaria II

Creo que bajo desde mi cabeza. A la misma vez, recibí una descarga múltiple de semen en mis entrañas, en mi cara y todo se me nublo, hasta que me vi de nuevo montado y montando. Yo era montado por Arturo (por delante, en mi boca) y por Raúl (por detrás en mi culito) Yo montaba a Odaysi por detrás mientras Maggy mamada debajo de nosotros, tanto mis huevos como la almeja de Odaysi y esta lamía su clítoris con éxtasis.

Lo llamé

Mientras pasaba la hora, no me pude contener me acosté en la cama, me desnudé, me puse la tanga de Bety que ya tenía seleccionada, roja y negra. Me mire en el espejo y me hacía una cola hermosa, redonda y firme. La tirita de atrás me apretaba y desaparecía entre mis nalgas y un triangulito flotaba por encima de mi cola eso me lo hacía mucho más sugerente.

Fin de semana en el camping II

Como podéis imaginar no pudimos decir que no, y entre los dos volvimos a follarnosla una y otra vez, por delante, por detrás, por la boca, incluso llego a hacerle a Juan una paja con sus pies, pues al parecer mi amigo es muy fetichista y le rogó que le permitiese correrse en los preciosos deditos de sus pies.

Profesora de gimnasio

Después le saque las bragas y tras colocar un trapo la senté sobre la mesa de la cocina y empecé a comerme su clítoris, mientras recorría con mi lengua su clítoris introduje un dedo dentro de su deliciosa vagina tras lo cual, entre gemidos y gritos de placer se corrió inundando mi boca con el dulce sabor de sus fluidos vaginales, sin detenerme seguí con mi tarea bucal y caricias, tras lo cual comencé a meter un segundo dedo, luego otro y en eso sonó su celular.

La madurita en la playa II

Después de saludarme, Anne me explicó que había tenido que inventar esa excusa para poder verme en su casa ya que su marido nunca salía de casa si no era con ella para cenar a algún restaurante de noche. Mientras me explicaba todo esto cerró la puerta de la caseta y hecho el cerrojo, a continuación empezó quitarme la camisa, arrancando los botones con los dientes mientras que con las manos me acariciaba el torso, su lengua fue bajando por todo el tronco hasta llegar a la zona inferior.

Confesiones de Miguel

Seguimos charlando, Clara llamo , me dio con ella, insinuando una disculpa, me dijo que no iba a ir, que fuera mañana, le pase el teléfono a Esteban, al cortar, me invito con un café, soy relativamente flaco mi cuerpo no posee músculos , como no tenía que hacer, eso hicimos, en el living, prendió el televisor y puso una película, porno gay, cuando fui a la puerta me di cuenta que estaba encerrado, fui a la cocina, se había sacado la camisa, mostrando lo que imaginaba

Pamela II

Siempre mis compañeras y yo, jugamos a excitarlo. Por qué a su edad, pero se le puede observar el semejante tamaño del bulto que se le marca en el pantalón, hay veces de que tan incómodo se pone que no sabe cómo acomodarse el paquete que tiene.

Una noche inolvidable con seis tipos a la vez

No terminaba de venirse el primero cuando el que me la metía por el culo me hizo a un lado para poder pararse y me ofreció también su rica lechada. Y como si los 6 estuvieran conectados físicamente, todos se pararon al frente de mi esperando su turno. Ni bien acabé de tragarme el semen del segundo, un tercero me agarró la cabeza por la nuca y como si mi boca fuera una vagina empezó a eyacular directamente en mi garganta.

Daba Daba Duuuu! Pedro Picapiedra y Pablo Mármol deciden ponerle un poco de chispa (de pedernal, claro está) a su vida

El pene de Pablo se le ofrecía a Vilma como un chorizo de cantimpalo que tenía que comerse. Así que se agachó y se metió en la boca aquello, soltando el conejo de Betty para agarrar los testículos de Pablo, Pedro al ver a su mujer echada, con el culo en pompa, reaccionó como un macho prehistórico y se colocó detrás y tras subirle el vestido y subirse él el suyo, la penetró agarrándola de la cintura, y embistiéndola una y otra vez.

Elena II

Siguió cabalgándome, sus tetas se movían al compás de sus movimientos, ella no dejaba de besarme, le pasé las manos, por detrás y conseguí colocar un dedo en su entrada trasera, que aún permanecía húmeda, ella disminuyo los movimientos y se fue calmando mientras yo conseguía ir introduciendo un dedo, ella se abrazó fuerte cuando entro el segundo.

Mi amiga Graciela II

No creía lo que estaba viviendo y sobre todo que fue gracias a Graciela, para colmo la hija de puta sacó mi filmadora y se puso a filmar, la levanté y me comí los pequeños pezones de Débora, la dí vuelta y me quedó enfrente mío el monumental culito de la nena, que hermoso culo, la muy puta gozaba como loca, me arrodillé y me comí su concha que apenas tenía unos pelos púbicos, me acosté sobre el sillón e hicimos un hermoso 69, todo era grabado por Graciela, todavía era muy estrecho su conchita, aunque ya no más virgen.

Yo quería que ella se acostara con un perro

Mis fantasías la colmaban de placer pero parece que esta era demasiado. Yo quería que ella acueste con un perro. Dicho así parecía ir muy lejos o estar totalmente enfermo, pero la verdad es que esa fantasía vivía en mí desde que una ex que tuve me lo contó y nunca pude verlo.

Slayers I

Antes de iniciar este relato quiero aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis). Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.

Castigo final

Las esclavas esposaron mis extremidades a una cruz en forma de aspas que se encontraba plantada en el centro de la habitación sobre una tarima; pasaron una soga por mi cintura de forma que mis caderas quedaran inmovilizadas sobre el madero y mis genitales sobresalieran generosamente expuestos a una altura de metro y medio del suelo.

Pensaban que juntos pasarían un fin de semana muy romántico, pero no se imaginaban lo que allí iba a suceder

La verdad es que no sé qué me paso por la cabeza pero al cabo de una rato no pude aguantarlo más y me levante y empezó a meter mis 17 cm a punto de explotar de placer en su culo y cuando empecé a correrme dentro de él se la saco a Javier lo masturbó violentamente hasta que se corrió y me la metió entera en la boca para llenarme con toda su leche el estómago.