Nuestra misión en la vida consiste en disfrutar a plenitud del goce sensorial, actividad indispensable para mantener en marcha el motor de la vida. Es a efectos de alcanzar ese objetivo, que hemos sido provistos de un maravilloso organismo, universo completo en su genial complejidad.
La semana empezó de buena manera, el seminario es en Houston y con una duración de una semana me dará tiempo para relajarme un poco y escaparme de la rutina por unos días de relativa paz y tranquilidad.
Bese sus pechos, lamí sus tetitas, me dirigí hacia su axila, aspire su aroma de hombre, hummm, que rico hueles Jorge, y le bese ahí, le chupe y continúe por su brazo, lentamente me dirigí hasta su mano, bese cada uno de sus dedos, se los chupe y levante la mirada, después él me diría que parecía una gata en celo, una puta dándole gusto a su hombre), chupe su ombligito y me deslice hasta donde se encontraba su verga...
Viendo que yo aún no tengo mi orgasmo, se levanta y se hecha hacia atrás de manera de quedar de rodilla frente a mí y con mi verga a la altura de su rostro, la toma y se la traga completamente, para después empezar un sube y baja sobre mi instrumento que en pocos segundos logra el ansiado clímax, en medio de un borbotón de semen que la pilla sorprendida y le cae en el rostro y entre los senos.
Noté de reojo que no había soltado su verga aún, normalmente nunca veo directamente a la entrepierna de mis alumnos cuando se rascan pero como Iván estaba mirando a su vaso, me dejé llevar por la curiosidad y vi su mano sujetando un bulto debajo del short. Nunca me había interesado verle la verga a un hombre, ya había visto algunas en mi vida pero nunca me había dado morbo. Maldito alcohol. Levanté mi vaso, aún me quedaba la misma cantidad de whiskey que le serví a mi alumno, decidido, tomé todo de un trago. Si iba a pasar algo, estaba decidido a echar la suerte a mi favor.
Ella se quedó quietita, jadeando sobre la cama, soportando todavía mi cuerpo encima de su cuerpo tembloroso, diciendo con su vocecita entrecortada que era toda mía, que me amaba y que se enloquecía de deseo y de placer, que ya no le alcanzaba con ser mi hijita sino que quería ser mi mujer. La besé en la boca y mi hijastra me respondió con su lenguita insaciable.
Las envié donde tus abuelos porque deseaba tener esta conversación a solas contigo" y empezó a decirme lo mala que había sido mi comportamiento la noche esa y que lo que yo había hecho no tenía nombre pues me había aprovechado de mi propia madre, lo que era antinatural y que lo sucedido nunca podría saberlo nadie, pues entonces el nombre de ella quedaría manchado ya que lo que le había hecho a ella era una degeneración, pues no podía ser que un hijo violara a su madre.
Yo le dije que estaba bien que no era para tanto. Pero día siguiente, cuando nos preparábamos para ir a la fiesta, pude notar el esmero que ella ponía en su arreglo personal, quizá se ponía así todas las veces que íbamos a una fiesta donde iban a estar los compadres, se puso algo sexi, una falda un poco encima de la rodilla, pero suficiente para mostrar que tenía buenas piernas, el entallado de la falda le hacía mostrar el culo que tenía, ancho y bien llenito.
Luego de varios años de matrimonio también le rompí el culo, se resistió a que se lo haga , pero finalmente le pude hundir mi verga de 20 cm aproximadamente, cuando la rompí lloro un poco pero después le gusto y cada mes por lo menos le doy una cachada por el culo o como le llamamos por el canal dos.
Mi madre, escondida tras unos arbustos, quedó sorprendida con el tamaño de mi instrumento y la invadió una desazón que recorrió todo su cuerpo. No podía apartar la vista de ese aparato que se exhibía impúdico, lleno de venas colmadas de vitalidad, de un tamaño que la sobrecogió, en parte porque mi sexo es más grande que lo normal y en parte porque hacía muchos años que no veía uno. La curiosidad fue más fuerte en ella y en lugar de salir a enrostrarnos nuestro proceder siguió callada observando mi herramienta que se aprestaba a trabajar.
Cuando llegamos nos tomamos unos tragos para abrir el juego, mientras hablábamos de lo que teníamos en mente hacer, ellos tenían bastante experiencia, y nosotros, pobres principiantes ninguna, pero nuestra idea era la de hacer todo de una sola vez, intercambio full y en la misma habitación, y en la misma cama de ser posible.
En la habitación las cosas no habían cambiado mucho, mi esposa estaba sentada en la cama con Sofía en amena charla, colocamos las cosas, Roberto se dirigió al baño, servi los tragos con buen ánimo, me sentí muy bien, no estaba ni cansado ni nada, cuando volteo veo algo que no note al entrar ya que evitaba ver a Abdón, pero que me hizo comprender por qué Roberto se fue tan rápido al baño. Abdón estaba totalmente acostado Maru tenía su miembro en la boca y era ella quien masturbaba a Abdón, le decía constantemente " ya papito, dame tu leche" Maru tenía la blusa abierta y los senos
De pronto nos llegó el orgasmo casi al unísono y nos apretamos, nos hundimos uno en el otro, como queriendo fundir nuestros cuerpos, mientras nos regalábamos nuestros jugos en un intercambio de placer que agotó nuestras fuerzas. y acabamos entre besos, mordiscos y promesas de amor y deseo.
Aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis. Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.
Eso pasó y desde entonces y por un tiempo, cada vez que tenía oportunidad, yo creaba una situación parecida, con la esperanza de que ella volviera y me viera el guevo (verga), esta vez, colocado especialmente para que no hubiera dudas de lo que era.
Cuando esto sucedió nunca había tenido una relación sexual completa, no había pasado de los magreos con chicas bailando y algún que otro morreo con una chica que por entonces nos gustábamos, y aunque no se podía decir que éramos novios, sí que más o menos salíamos, y de vez en cuando nos pegamos un buen lote, pero sin pasar de ahí. Nunca le había tocado el chocho a pelo, ni ella a mí la verga.
Luego el otro me hizo salir y tomó mi puesto, se la metió de un golpe, que gemía excitadísimo, yo me masturbaba viendo como sé lo culiaba, su polla entraba y salía de aquel estupendo culo y el otro parecía morirse de placer, luego sé la sacó, lo tumbó en la cama boca arriba, le abrió las piernas y volvió a metérsela, me encantaba ver aquel espectáculo, aquel hombre con las piernas abiertas y el culazo, dejando que la verga del otro le traspasara, así estuvieron un rato, luego cambiaron de posición
Noelia acerca su cara y comienza a lamérselo mientras Marta sigue chupándome la polla recién corrida, siento los gemidos de Miguel, el culo de Luna también está lleno de leche, Marta deja mi polla y comienza a lamérselo, Miguel y yo nos miramos, sonrientes y satisfechos, la fiesta va a ser sonada.
La sala estaba vacía, seguí mi recorrido hasta la cocina y luego el patio trasero, nada, lo último eran las recámaras así que subí las escaleras con mucho cuidado, vi que la puerta del cuarto de mi prima estaba abierta pero no había nadie, solo me faltaba un cuarto y desde donde estaba se podía ver que la puerta estaba entrecerrada. Mi curiosidad hizo que abandonara mi sigilo y al llegar a la puerta pude ver a mi tío acostado en la cama y a su hija a un lado de él.
Ella metió sus manos debajo de mi traje de baño, lo desabrochó y sacó hábilmente mi guevo. La llevó a su boca y lo mamó de arriba abajo. Parecía que se trataba de una competencia con límite de tiempo. Estaba alborotada y disfrutaba cada lamida con cara de picardía. Yo estuve a punto de venirme (correrme) en varias ocasiones, pero me apretaba el pene fuertemente y respiraba hondo para bloquear la excitación.
Las dos mujeres dedicaron gran parte de la mañana a dormir y una vez que desayunaron, cerca de mediodía, Ana, que había despertado particularmente eufórica, sugirió tomarse un aperitivo antes de almorzar, el que se convirtió en más de tres, lo que motivo que Edith se pusiera tan alegre como su cuñada, tal vez por su poca costumbre de beber.
De tanto en tanto Marisa introducía su lengua entre los abiertos labios del coño y lamía con profusión aquí y allá. Maite, entre tanto se había colocado a horcajadas encima del pecho de Sole, frotándose su coño con las tetas de mi novia y dejando a veces que le lamiera su exageradamente abierto sexo, mientras se pellizcaba los pezones para mantener su dureza y agarrándose la teta desde abajo se la llevaba a la boca para chupar de su propio pezón.
Aunque nada parecía haber cambiado en nuestras relaciones sexuales, yo estaba algo confundido, por lo que mi fogosidad había decaído algo. No podía evitar pensar en María, supongo que porque tuvimos un sexo desatado y prohibido o porque ella era mi criada o porque María me dio cosas que Nuria no me permitía, como practicarlo sin preservativo o como el sexo oral que tanto asco le produce a Nuria.
Estaba enfundada en su jumper azul, con su blusa blanca y zapatones negros. Venía saliendo de clases con un grupo de amigas a pasar una tarde de alcohol y sexo con un grupo de jóvenes entre los que me encontraba yo, aunque a mis treinta años no podría clasificarme en ese grupo.
Tres horas después, me levante y me di una ducha, para darle agua caliente a mi panochita que todavía sentía adolorida pero feliz, al terminar me envolví en mi bata y salí a llamar por teléfono a mi esposo, quien me dijo que llegaría tarde porque tenía mucho trabajo. Después regreso mi hermana y le conté que me sentía muy feliz, ya que parecía que por fin iba a ser mamá, ella me felicito, sin saber que se trataba de un hijo de su esposo, nuestro Jorgito. Nos despedimos y me acosté.
En una ocasión mi esposa organizo un paseo a nuestra casa de la playa, invito a dos parejas de amigos y a sus hijos para que la semana fuera agradable para todos, el esposo de una de ellas decidió no ir por lo cual ella fue sola, y el otro quedo en llegar después.
Quedé destruido en la cama. No me podía mover y él me pidió el último esfuerzo. Yo ya no entendía nada ni quería nada, pero había gozado tanto que no podía dejar de hacerle un favor, aunque no podía pensar que me pediría eso. Me pidió que me ponga boca abajo y limpió toda la sangre que corría por mi culo. Me puso una crema refrescante que me hizo muy bien ya que era fría y mi culo era el mismo infierno.
El día que me contó esas historias yo la estaba excitando, tocándole los pezones, y diciéndole como me imaginaba que se la habían cogido de joven, a lo que ella me contesto que sí, que si se la habían cogido en la oficina en donde trabajaba, ahí, me puse a 1000, y me empecé a masturbar al mismo tiempo que ella me decía como se había dado ese primer momento.
Como resultado de su paso de niña a mujer ella lucía ahora la plenitud de sus formas juveniles, que me embrujaron y se clavaron en mis sentidos cuando la brisa de su paso por mi lado me envolvió con su perfume suave y fresco.
Esto ocurrió 3 veces más esa semana, cada vez que yo entraba a tomar algo, ella me seguía y allí se quedaba, quería que la contemplase pero que fuese yo el que diese el primer paso. El lunes siguiente no lo pude evitar y al fin empecé a hablar con ella, su voz era dulce y parecía muy simpática, nos empezamos a reír y hablamos de trabajo, estábamos en el mismo proyecto pero en fases distintas.