Una vez instalados la recordaba la obligación de mantener las piernas separadas y claro yo elegía los emplazamientos y siempre coincidían con grupos de parejas o incluso solo tíos, que sin cortarse un pelo se fijaban bien en ella y en su brillante sexo entre abierto.
Poco a poco fue girando, mientras el can, a cada lamida iba excitándose mas, haciendo asomar su verga desde su funda. Ella había puesto sus ojos nuevamente en falo de Jazmín, quería llegar a el con su mano, en poco tiempo quedó con la cabeza entre las patas traseras del perro, extendió su mano, comenzó a masturbarlo.
Aarón era un individuo con una polla de buen tamaño, de 23 centímetros de largo y una circunferencia de ocho y medio (ella cuenta se la midió en una de esas orgías que tenían ambos, cuando vio que la tenía al máximo de parada), "Recuerdo que mi concha la recibía ajustada, apretada, pero como yo me mandaba cada mojada que parecían acabadas me entraba con un placer fabuloso" contaba.
Entonces, luego de analizar todo esto con mi esposa, decidimos que ella seria la elegida y empece a realizar visitas a su apartamento, yo siempre trataba de acercarme a ella y con el mayor descaro del mundo intentaba tocarle sus senos o su trasero, que siempre permanecía cubierto con unos jeans que lo marcaban perfectamente y que cuando la veía de frente, también marcaba claramente la deliciosa concha que ya deseaba tener entre mi boca.
Fue genial inclusive se escucho un ruidito como el de una sopapa que me excito muchísimo. Pero ahora el negro se imponía y quería cogerme del todo, fue ahí que le pedí que sacara su pedazo y como un verdadero profesional así lo hizo; pero le pedí que ahora lo entre y saque varias veces pero no más que su cabezota y sin acabar.
Esté ocupado con mi miembro no veía nada más y el chófer confiado había sacado la pistola del coño de la rubita, por cierto era rubita del todo, y a cambio de la pistola le estaba clavando su larguísimo pene, la pistola estaba junto a él en la arena, Manolo saco su verga del agujero ensanchado de mi mujercita y silenciosamente cogió la pistola y disparó en la sien al chófer.
Yo me quede observando lo que ocurría alrededor y me preguntaba cuantas veces alguien habría hecho algo parecido. Me empecé a preocupar un poco al notar que "G" tardaba más de lo normal, ya habían transcurrido algo así como 15 minutos cuando le vi venir con una sonrisa de oreja a oreja.
Cuando las palpitaciones de mi corazón tomaron de nuevo un ritmo tranquilo, ella debió de notarlo y empezó a darme un agradable masaje por mi espalda, menudas manos tenía, al principio relajó aún más todos mis músculos, pero enseguida, sus dedos empezaron a alejarse de la zona del masaje y se fueron hasta mi culo y bajaron por mis muslos, aquello era maravilloso, subía y bajaba acariciando toda mi piel.
Llegamos me hizo bajar y abrirle la puerta, en la puerta estaba sonriente Belén, tan guapisima como siempre, vendría de la piscina ya que iba en bañador, un bañador rojo impresionante que marcaba mas sus curvas y con un slip ajustado a tope metiendose levemente por sus labios vaginales.
Obedeciendo como un gatito, pero se me fue poco a poco la mano, de la espalda pase a acariciar su trasero y de ahí pasé a su húmedo coño, con jabón la masajeaba el clítoris, ella soltó un gemido de placer y hundió su cabeza en el agua tibia.
Se recostaron a la siesta, ella en la misma posición, que en este momento, el la beso en la frente, ella tomo su cuello, el la beso en los labios y cayendo sobre su cuerpo sumiso se dejo desnudar, fueron pocos minutos, pero suaves, constantes en pasión, una penetración, otra más que solo acrecentaban las ganas de repetirla, su leche lleno una vez más ese vientre que una vez lo cobijo, pero la entrega de ambos durmió sus cuerpos en contacto.
Quería volver a probarla y en una de esas preciosas calas la deje bajar e instalarse sola. Fue cuestión de segundos para que se le pegaran varios mirones eso si ella hacía ya afán de mucha experiencia y los calentaba de mala manera, agachándose mostrando bien su culo, untando la crema bronceadora , pero no pasó de eso.
Después dé haber leído como dos pollas entraban y salían de mi cuerpo y de cómo las manos de mi amor y alguna otra me tocaban estos pechos que ahora estaban tan duros y ansiosos, de que los chuparan, tocaran y pellizcaran, de cómo esos dedos maravillosos me penetraban y me hacían gozar hasta tal punto que solo de imaginarlo ahora siento que me vuelvo a poner cachonda.
Johana se acercó a su armario y saco un látigo no imagine para que era cuando de repente sentí un latigazo en mis nalgas fue muy doloroso y di un grito ayyyyy... porque me pegaste mis nalgas me ardían me di vuelta y pude ver la marca del látigo en mi culo; me dijo pediste una verga y te la traje así que no es el momento de arrepentimientos dejaras que Albert de folle, me dio temor puesto que si no aceptaba Johana me podría dar otros latigazos
Todo transcurría con normalidad. Llegamos, nos instalamos en la casa en la playa, cada uno tenía una habitación ya que la casa era inmensa. Como era el mediodía almorzamos algo y nos dispusimos a bajar a la playa.
Y de pinga, el carajo se terminó de quitar toda la ropa, comencé a pasársela por la cabeza hasta que no le quedó ningún pelo, paramos un rato, nos servimos otra birra, lo jodí porque parecía una vaina rara y seguimos, todo esto en el baño de su cuarto...
Baje su bombacha y pude sentir los vellos de su intimidad, mojados por el agua y el sudor, unos vellos negros azabache, crispados y revueltos... introduje mi dedo índice y pude sentir su calor, intenso, comenzaban los jugó a fluir... mi cerebro no pensaba en otra cosa que en ese monumento de mujer llamado Alicia...
La similitud era clara, el beso de él la dejó estupefacta, nunca lo había hecho en público, era toda una declaración de amor, de juramento de amor eterno, el departamento estaba esperándolos, era la primera vez que pasarían varios días juntos, lejos del servicio doméstico, lejos de los amigos, lejos de la sociedad que sabían no podrían comprender nada de esa relación.
Acto seguido el dueño de la casa se quitó el pantalón y con la polla tiesa se tumbó en el suelo, el tio que se cepillaba la tía, la obligó a que se montara sobre el aparato, cosa que logró entre palabras y balbuceos de borrachera, al lograrlo el tío de la casa empezó a moverse como loco dentro de la tía, pero el otro tio no contento aún, apunto su polla hacia el culo de la tía y la introdujo su polla dentro, por lo que la tía respondió con un grito.
Luego, poco a poco, las letras de la marca también fueron desapareciendo. Cuando la mitad del bote estaban dentro del intestino de mi chica, los chavales estaban con un empalme inaguantable. Tan inaguantable que Mar la agarró del brazo y la dio un tirón, mientras Tito intentaba taparla la boca para acallar los gritos de placer.
Así no la pasamos todo el tiempo que duró el partido, mi mujer muy junto a él y yo mirándolos de reojo, de vez en cuando se lanzaban caricias ahí acostados , pero pensé que era normal porque se habían hecho muy amigos.
En la bañera dejamos que el agua corriera abundantemente sobre nuestros cuerpos, Me puse gel en las manos y empecé a aplicárselo por todo el cuerpo, sobándola a la vez muy suave y cariñosamente, sobre todo en aquel hermoso pecho (que había sido la tentación irresistible para Jaime), en su vientre, sus caderas, sus brazos, su culo, sus piernas y su coño, limpiando hasta la vagina que aún conservaba restos del semen que allí depositó la polla de Jaime.
Nunca pensé que la propuesta fuera tan buena, escuchen a esos maridos hincha pelotas Me llamo Carla y les voy a contar lo que me sucedió hace un año. Todo comenzó hace tres años, cuando un día mi marido Mariano me dijo en una charla que le gustaría hacer una tricota en la cama. Desde […]
En un viaje a Buenos Aires, aprovecho a mantener relaciones con un amigo de su marido, el cual la había respetado, pero que a los dos meses de fallecer, le hizo saber sus intenciones, su amor, su cuerpo se entrego pero su mente estaba con el, su hijo, con su cuerpo, su miembro erecto.
Tu lengua penetraba en mi culo y yo sentía mucho placer. Tu decías: "me encanta limpiar culos con mi lengua, soy una zorra". "me gusta mas la polla de tu amigo que la tuya hijo de puta, como se mueve en mi culo el cabrón este" me dijiste.
El conjunto de encaje rojo, fiu, cómo la sentaba. Empecé a desear también sus pechos. Yo, que hasta entonces no me había fijado en otra mujer, estaba cachondo hasta el punto de querer bajarme los pantalones para masturbarme.
Bajé mi mano y rocé su culo, aunque esto fue una operación que me llevó lo mío. No se quejó y estuvimos así un buen rato, hasta que bajé la otra con menos disimulo y la dejé ahí. Le dije que no sabía por qué se quejaba tanto de su culo. Ella me cortó:
Mire a su currículo y no me cabía duda de que ella estaba suficientemente preparada para desempeñar aquel trabajo, de la misma forma que no tenía ninguna duda que no era la mejor de las candidatas, la volví a mirar y como si una mano invisible me empujara me levanté del asiento y comencé a pasear lentamente a sus espaldas.
Ella se levantó de su silla y se inclinó hacia mi, el grado de excitación que en esos momentos me dominaba es difícil de explicar, pero os puedo asegurar que cuando saco mi polla y se la introdujo en su boca llegue a pensar que iba a correrme en el acto.
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