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Juegos

Ayer por la tarde mi mujer y yo estábamos en el estudio de nuestra casa, ambos frente al ordenador, ella buscando artículos en Internet sobre un proyecto que preparaba para la empresa en la que trabaja, y yo en mi ordenador trabajando en un programa que estaba desarrollando.

La celebración

Su cuerpo atractivo y su costumbre de vestir siempre muy provocativa unido a su personalidad alegra y extrovertida, hacían que ella fuera el gancho comercial del negocio, sobre todo por que la mayoría de la clientela eran hombres buscando regalitos para sus parejas y de paso regalarse a ellos mismos la visión de mi mujer.

En el sex-shop

Después de un largo rato siendo follada por aquel semental nos fuimos corriendo sobre su cara y ella tragó lo que pudo. El hombre sacó su polla y llenando el pene artificial hasta que reboso, hecho el resto sobre el cuerpo de mi mujer y su coño dejándola bastante mojada.

La fiesta

La mire cuando se alejaba a dejar el bolso en la cómoda y vi lo hermosa que estaba. Algo chocaba en ella y en la imagen que tenia grabada de cuando se fue, tan hermosa y seductora con esos juegos de transparencias, ¡ su pelo ya no estaba recogido! ¿Cómo pudo soltarse? ¿Seria el baile? Se la notaba un poco bebida pero no borracha.

El trabajo

Después de acabar el desfile y mucha de la gente abandonar la sala de fiestas yo me dirigí al guardia de seguridad que se encontraba junto al escenario para preguntarle por donde saldrían las modelos, advirtiéndole que era el marido de una de ellas y no un salido de los que quieren probar suerte y ligar con alguna de ellas.

Salida campestre

Ella subía y bajaba mientras las dos pollas entraban y salían de su ano y de su coño como si nada ya que estaba muy mojada y mientras le chupaba la polla alternativamente a los dos chicos que tenia a cada lado. así estuvimos un rato hasta que se empezaron a correr a la vez en su cara y su boca, no podía tragar la gran cantidad de semen que soltaban aquellas pollas escurriéndole a sus tetas.

Sorpresa de fin de semana

Mi mujer seguía masturbándome cuando vi que un hombre de mediana edad entraba en el salón y se quedaba como yo sorprendido. Mi mujer rompió el silencio diciendo al hombre que se acercara que tenia ganas de tenernos a los dos a su disposición, como en los relatos que leíamos en Internet.

Deseos

En esto que la quitamos la braguita y el camisón dejándola completamente desnuda. Yo la seguía besando y tocando el clítoris y el coño que estaba muy mojado. El chico la seguía sobando las tetas y la comía el cuello y la oreja.