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Las aventuras de un hostelero de la costa

Poco después empezó a montarla, le acercó la polla al coño de ella y le pego una embestida seca(supongo que la tia estaria bien lubricada) la iba penetrando profundamente, o eso se veía en las embestidas, el ritmo se hacía muy intenso, Luis hacia un buen mete-saca, el ritmo se hizo rapidísimo y oí un suspiro de el y después de ella.

Mi amiga inocente

Cuando llegué a la casa de ella, me llevé una gran sorpresa, estaba con una camiseta blanca muy ceñida y le resaltaban unos enormes pechos, que nunca le había visto, sus pezones resaltaban en esa camisa ajustada, tenía puesto un short muy ceñido que hacía que se le notaran muy bien unas nalgas muy atractivas, eso me excitó muchísimo.

Al tener miedo de una tormenta se metió en su cama II

Con tales palabras ya no me contuve y ni me escondí mas, quería presenciar la desvirgacion total de teresa, ver su cara, sentir su dolor y vi cuando papá le abrió y acomodo sus piernas al lado de él y coloco su pene tieso en su rajita y le metió, la cabeza de la gran verga, a lo que ella dio un gemido y se lo fue introduciendo poco a poco. A como me lo metio a mi, con todo amor,

Liria III: y Eros

No había espuma de jabón. Me recibió con una sonrisa, como preguntando mi opinión, mientras impulsaba el elemento con su manos y brazos como intentando apartarla. El cuerpo sonrosado de ella sobresalía en el oscuro fondo, aunque se difundía en el fragor del movimiento del agua. La observé con curiosidad y ansiedad tratando de adivinar como era en todo su forma oculta.

Un amante perfecto I

Dicho esto, le di un beso en la cabecita de su verga como dándole las gracias por permitirme seguir disfrutando de su hermosa verga, continuando con mis besos a todo lo largo de toda ella. Con mi lengua empecé a recorrer todo el entorno de su glande, antes de metermela en mi boca por completo para chuparsela.

Despedida de soltera

Demostrando de esta curiosa forma que apenas había empezado a juguetear con mi espeso bosquecillo privado, deslizando su mano amorosamente entre mis rizos cuando sus dedos se introdujeron bajo el sujetador, adueñándose de mis sensibles pezones, obligándome a morderme los labios para que no oyeran desde el interior mis primeros suspiros de gozo.

El vagón

Como estaba de rodillas entre las dos literas no podía oponerme de ninguna forma a la violenta penetración que me infligieron desde atrás, a traición. Aunque a esas alturas estaba ya bastante húmeda sentí un gran dolor mientras su larga espada rasgaba la frágil barrera de mi virginidad.

Despedida de soltero

Cuando por fin eyaculó, abundantemente, después de haberme hecho alcanzar un par de orgasmos, yo estaba ya dispuesta a identificarme por fin, para que pararan de una vez sus amigos con sus rudos sobeteos, pues ya me dolían bastante mis pobres pechos debido a la brutal violencia con que me los pellizcaban y amasaban, como si quisieran ordeñarme.

El zoco

Me dio el tiempo justo de poner el viejo jarrón delante mío antes de que saliera la foto, así que espero que no se vean las osadas manos que aprovecharon esos últimos segundos para introducirse por debajo del top y pellizcarme los pezones sin piedad, dejándome amoratado todo el seno.

La tarjeta pirata

Sonó el teléfono, eran los amigos que llamaban para ir al cine. Él les contó la situación, pero mi cuñada lo alentó a ir. Ella se pensaba tomar una infusión con limón y miel y el medicamento recetado por el médico y guardaría cama. Yo me ofrecí a preparar su petición y le dije a mi hermano que cuidaría de ella, que la atendería en todo lo que pidiese.

Mi esposa IV: La deuda

Asistíamos mi mujer y yo a una boda en una gran casa que hay en el mismo Barcelona, después de la cena me percate que mi cuñado estaba hablando en un lugar discreto del jardín con María, vi claramente como ella se quitaba las bragas y se la daba a él. Se besaron y volvieron con el grupo familiar.

Mi esposa III: La venganza

Alquile un chale en la costa durante quince días, busque a través de contactos de Juan a cinco tipos bien dotados y con aspecto de brutos, así como el mayordomo de Juan, un corpulento negro que tenia una verga como nunca había visto.

¿Esclava virtual? definitivamente si II

No me costó mucho obsequiarte con una meada, saliendo una gran chorro, tu le veras caer a la perfección y también sentirás su calor, intente entre cortarlo pero no lo conseguí, mis músculos no responden, ah mismo y en la misma postura empecé a acariciarme mientras miraba el pantalón empapado en el suelo.

El ascensor

Pero fue su otra mano, la que introdujo dentro de mis bragas, para explorar mi todavía virginal cueva, la principal culpable de que me corriera como nunca antes lo había hecho, mientras mordía mis manos para amortiguar los escandalosos jadeos que emitía.

Mi tía Martica I

Un día que fui a su casa me impresionó al verla en unos shorts que dejaban ver sus lindas piernas doradas, la razón por la cual fui era que necesitaba unos libros que mi tía poseía le di un beso cerca de la boca como sin intención le dije a mi tía que si prestaba los libros, ella me respondió que por supuesto que como no se los iba a prestar los libros a su sobrino preferido, mi tía desde un tiempo para acá me traía loco y en ese momento tenia toda la verga erecta me presto los libros

Los tunos

Primero entraron mi hermano pequeño y dos de los novatos, después me toco el turno a mi, y después los tres novatos que faltaban, junto con algunos veteranos voluntarios, a los que no llegue a ver bien en ningún momento porque procuraban estar detrás mío todo el tiempo.

Mi mujer esclava IV

Pase mi mano por su hermoso culo separándole las nalgas y metiéndole el comienzo de mi dedo índice por su ano, sus senos más grandes aunque más caídos que los de sus hermanas quedaron aplastados en la palma de mis manos para después estirarla los pezones, baje bruscamente mi mano a su coño, lo tenía mojado le introduje sin ningún miramiento dos dedos y entraron con suma facilidad y aproveche para humillarla diciéndole que era un re follada y que que es lo que se metía en su coño para tenerlo así