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Las amigas lo comparten todo

Nos colocamos de espaldas al hombre que para entonces se había incorporado y con la mano demostrando su flexibilidad se tocaba la punta de los pies, eso si sin dejar de mirar, en este caso el culo de Eva. Levantamos y doblamos la pierna, después para tensar la molla, tiramos la pierna hacia atrás mientras tensábamos la otra.

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No me costó mucho obsequiarte con una meada, saliendo una gran chorro, tu le veras caer a la perfección y también sentirás su calor, intente entre cortarlo pero no lo conseguí, mis músculos no responden, ah mismo y en la misma postura empecé a acariciarme mientras miraba el pantalón empapado en el suelo.