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Tributo a las pollas negras

Tributo a las pollas negras

Siempre me gusto ver fotos y videos de negros con sus grandes miembros, su textura, el dibujo de su glande y esas bolas enormes que cuelgan como dos campanas.

Bajaba fotos interraciales y me masturbaba pensando en cómo chuparía esa polla negra, como tragaría su abundante leche.

Quería tener una bien grande y solo jugar con ella pasarla por mi cara y mi colita, pero solo jugar sin que me penetre.

Usarla como un juguete, solo la pija sin importarme del cuerpo ni el rostro del negrito.

Pasaba horas tocándome por esas fotos, sintiendo el sabor a una gorda y larga polla negra que sea mi esclava.

Una vez no aguante más y decidí buscar una verdadera pija y no simplemente conformarme con una foto.

Busque en el periódico en la sección clasificados sexuales un aviso que diga algo acerca de un negro bien dotado; fue así que encontré uno que decía: “negro tipo africano 26 por 6 reales” con solo verlo me puse a mil y mi mano acaricio mi cola como por acto reflejo, fantaseaba con esa enorme cosa, en pagarle lo que sea con tal de que me la prestara para usarla a mi antojo.

Sin pensarlo demasiado tomé el teléfono y marque el número del aviso.

Después de dos intentos en vano, escuche una gruesa voz que me dijo:

-Hola. Y rápidamente conteste:

-Si que tal llamo por el aviso del periódico, quería saber de que se trata.

-Es exactamente como dice ahí.

-La misma medida 26 por 8?.

-Si pues si no me crees ven y compruébalo por tu mismo.-siguió-Vendrás solo?

-Si-respondí-, no hay problema no?

-Lo que tu quieras, si pagas será lo que ordenes.

Esa última frase me erecto mi pene rápidamente y para empezar a disfrutar me metí un dedo en el culo.

Acordé visitar al negro el jueves por la tarde, es decir solo un día después de haber hablado con él.

Espere ansiosamente la hora de poder conocer a esa enorme bestia en vivo y en directo.

Pensaba mientras viajaba en el bus en como me comería ese pedazo, sabía que no me importaba cómo sería físicamente el negro, me daba lo mismo que sea gordo, flaco o muy feo; solo quería llegar y encontrar un pene negro de 26 por 6 “bien reales y jugosos”.

Rápidamente llegué al apartamento toque el timbre y me hizo subir, al salir del ascensor divise que en una puerta contigua al pasillo que se encontraba “mi” negro esperándome.

-Hola pasa y ponte cómodo-.Me dijo con tono amable.

Si bien no me siento atraído por el físico de un hombre debo reconocer que el negro era bastante guapo y además parecía ser de modales bastantes finos.

Aunque en realidad quería ver su polla y comprobar lo del aviso que sugería el periódico.

Para apurar las cosas le comencé a explicar lo que realmente quería de él, si bien di algunos titubeos, sintéticamente le dije:

-Mira muchacho siento un gran deseo por conocer un pene negro así que lo único que pretendo es tocarlo, darte una mamada y que juguemos a mi gusto ¿Estás de acuerdo?.

-Claro-sonrío-Tú pagas, tú eliges.

Una vez acordado el valor que me cobraría por los servicios prestados, que vale decir era una cifra módica, me ofreció pasar al cuarto para estar más cómodos.

Fuimos a la habitación en la cual había una cama bastante grande, se sentó en ella y preguntó:

-Que quieres que haga.

-Nada, por el momento quédate así mientras yo me preparo-.

Comencé a desvestirme rápidamente y solo deje mi calzón puesto era tipo bóxer por lo que mi pene que empezaba a endurecer se asomaba por la abertura.

Empecé a mirar el cuerpo negro igual al de las fotos que tanto me calentaban, recorría todo el físico hasta que llegue a ver el bulto que prometía lo acordado.

Ya tentado me acerque a él, que permanecía sentado en el borde de la cama, lo empecé a acariciar suavemente por todo ese bulto, luego de unos minutitos le desabroche el pantalón y lo toque despacio su temperatura era bastante tibia y apenas estaba un poco erecto, después le saque todo el pantalón y le pedí que se desnudara por completo.

Lo observaba y no lo podía creer un negro desnudo tirado en la cama solo para mi disfrute.

Una vez que estábamos los dos en la cama lo acomode de modo tal que quede sentado con las piernas abiertas, así podía tener a mi alcance todo ese pedazo increíble.

Aunque estaba flácido sin dudas se podía adivinar que erecto sería 26 por 6 sin mentiras, podía ver los pliegues de esa polla enorme, la piel arrugada y tibia, un glande que se asomaba que parecía estar moldeado por las manos de un artesano.

Ya decidido lo toque, con una mano lo frotaba y con la otra masajeaba los huevos que eran bastante grandes y con una bolsita bien generosa.

Luego, no pude más y mi boca entró en acción.

Primero le di lengüetadas suaves por toda la polla, después mordía con los labios los pliegues y las arruguitas, metía la lengua entre su cabeza y la piel.

De apoco la mamada fue tomando fuerza y estaba decidido a hacer crecer esa pija, la tome con la mano y alternaba entre masturbarla y sostenerla firme para meterla en mi boca todo lo que podía, fue así que rápidamente mi boca en cada succión parecía inflarse por la polla que crecía cada vez más, inclusive el negro suspiraba pero se quedaba quieto tal cual lo acordamos.

Ya tenía la dimensión auspiciada por lo que la podía tomar con las dos manos, se la agarraba fuerte y lo pajeaba, luego cumplí el deseo que me había creado un video que vi en cual una rubia muy bonita escupía una polla negra enorme, como la que tenia entre mis manos, con mucha saliba y se la refregaba por la cara.

Así hice tome un sorbo de gaseosa que el negro me había servido al llegar, junte saliva ayudado por el trago y la escupí sobre la pija, jugaba con hilos de baba y la manoseaba toda, chupaba los huevos, la volvía a llenar de saliva que ahora se mezclaba con el liquido preseminal que salía en bastante cantidad del pollón.

En ese instante me la empecé a refregar por toda la cara, la lengua extendida y me la pasaba por la frente, la olía, la escupía, la saboreaba tragando lo que salía, casi podía decir que un poquito se había corrido pero se confundía con mi abundante saliva que no paraba de seguir escupiendo como así también de fregarla por todo mi rostro.

Después me tome un descanso, me pare y observaba a la distancia a ese palo negro vigoroso gordo totalmente erecto y le pedí que moviera su virilidad.

Entonces el negro sin ayudarse por las manos hacía que su polla se sacudiera de un lado al otro revoleando hilos de baba para todos lados, en ese momento me toque mi pija con suavidad me masajeo los huevos y acaricie mis nalgas, luego me acerque y ataje con mi boca un salivazo que se desprendía de ese enorme glande.

Ahora para cambiar la travesía le pedí que se parara, yo me puse en posición perrito arriba de la cama y le rogué que tomara su pedazo y lo pasara por toda mis nalgas, que debo decir estaban perfectamente depiladas y con crema para la piel para que este bien suave, el negro frotaba su polla por el canal que divide el culo y cada tanto se detenía en mi agujerito jugando con él de manera suave y delicada.

Me daba cuenta que pese a la recomendación de que no lo hiciera el negro se moría de ganas de penetrarme.

Yo estaba muy caliente, demasiado, por lo que de manera casi involuntaria le pedí que hundiera su pija en mi culo, tanta saliva y frote hizo que sin demasiada fuerza que la cabeza entrara a la perfección.

Fue genial inclusive se escucho un ruidito como el de una sopapa que me excito muchísimo. Pero ahora el negro se imponía y quería cogerme del todo, fue ahí que le pedí que sacara su pedazo y como un verdadero profesional así lo hizo; pero le pedí que ahora lo entre y saque varias veces pero no más que su cabezota y sin acabar.

Volvió a hacerme caso, volaba con cada metida sentía el glande deslizarse y resbalar en mi ojete; después apoyó la polla fuera de mi cola, y la puso sobre mi espalda de modo que sus bolas golpeaban contra mi agujerito, sus grandes manos abrían mis nalgas y así realizaba a la perfección ese juego.

El tiempo pasaba y ahora decidí jugar de otra manera lleve al negro a una silla del cuarto, le pedí que apoyara los 26cm. sobre el asiento, de modo que quedara a lo largo de la sentadera, y yo con mi culo húmedo y pegajoso lo frotaba y deslizaba por toda su pija, una y otra vez, para adelante y para atrás, el negro se quería correr en cualquier momento pero no lo deje, paramos unos momentos se recostó lo mire, me toque y note que mi pene, que estuvo siempre duro se había corrido aunque no del todo.

Ya más en confianza el negro me tomó de la mano se sentó en un sillón, me agarro la cabeza y me llevó mi boca nuevamente a su pollón, con gusto se la chupe hasta que se puso totalmente en su esplendor y ahí mismo me dijo:

-Siéntate sobre ella, vas a ver que te va a gustar-. Me tomo de la cintura y me sentó de una, mi ojete comenzó abrirse y a devorar toda esa carne.

Podía ver por un espejo que estaba en frente nuestro como se introducía de apoco toda es pija en mi culo.

Que delicia!!! Realmente el negro era un experto se mantuvo por lo menos 20 minutos en esa posición llenando mi culo con su trozo; soy bastante chico de físico en comparación a este muchacho, pero sin embargo su pene estaba casi perdido por completo en mi.

Entre una cosa y la otra ya llevaba casi dos horas con el negro y se había aguantado muy bien mis caprichos y antojos, hasta que desenfrenadamente me subía y me sentaba en su”mástil” al punto que empecé a sentir algo caliente en mi interior, era su leche que se corría por todo mi culo y sus bolas; me levante rápidamente y le pedí que me terminara de acabar estando yo en cuatro.

Así fue que me mancho con su leche mi culo y la espalda, también para completar el sueño hecho realidad me daba golpes en las nalgas con su polla que empezaba a aflojarse y se prestaba mejor a ser utilizada como una especie de látigo.

Era lindo sentir el sonido de su pene chocando fuertemente con mi cuerpo.

Ya para terminar lo senté en la cama y le limpie toda su polla por completo con mi boca, de los restos de su leche mezclados con mis líquidos anales y por supuesto la leche mía.

Me agradeció sonriendo y dándome una palmada en el hombro, luego me di una ducha, le pagué bastante más de lo acordado y nos despedimos como dos señores dándonos las manos.

Una fantasía cumplida que llenó un vacío muy esperado.

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