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Mi cuñado me da lechita III

Bese sus pechos, lamí sus tetitas, me dirigí hacia su axila, aspire su aroma de hombre, hummm, que rico hueles Jorge, y le bese ahí, le chupe y continúe por su brazo, lentamente me dirigí hasta su mano, bese cada uno de sus dedos, se los chupe y levante la mirada, después él me diría que parecía una gata en celo, una puta dándole gusto a su hombre), chupe su ombligito y me deslice hasta donde se encontraba su verga...

Lios de familia III

Viendo que yo aún no tengo mi orgasmo, se levanta y se hecha hacia atrás de manera de quedar de rodilla frente a mí y con mi verga a la altura de su rostro, la toma y se la traga completamente, para después empezar un sube y baja sobre mi instrumento que en pocos segundos logra el ansiado clímax, en medio de un borbotón de semen que la pilla sorprendida y le cae en el rostro y entre los senos.

No imaginé que mi alumno me gustara tanto

Noté de reojo que no había soltado su verga aún, normalmente nunca veo directamente a la entrepierna de mis alumnos cuando se rascan pero como Iván estaba mirando a su vaso, me dejé llevar por la curiosidad y vi su mano sujetando un bulto debajo del short. Nunca me había interesado verle la verga a un hombre, ya había visto algunas en mi vida pero nunca me había dado morbo. Maldito alcohol. Levanté mi vaso, aún me quedaba la misma cantidad de whiskey que le serví a mi alumno, decidido, tomé todo de un trago. Si iba a pasar algo, estaba decidido a echar la suerte a mi favor.

Haciendo el amor con Priscilla

Ella se quedó quietita, jadeando sobre la cama, soportando todavía mi cuerpo encima de su cuerpo tembloroso, diciendo con su vocecita entrecortada que era toda mía, que me amaba y que se enloquecía de deseo y de placer, que ya no le alcanzaba con ser mi hijita sino que quería ser mi mujer. La besé en la boca y mi hijastra me respondió con su lenguita insaciable.

Diario de vida VII: Soledad 2

Las envié donde tus abuelos porque deseaba tener esta conversación a solas contigo" y empezó a decirme lo mala que había sido mi comportamiento la noche esa y que lo que yo había hecho no tenía nombre pues me había aprovechado de mi propia madre, lo que era antinatural y que lo sucedido nunca podría saberlo nadie, pues entonces el nombre de ella quedaría manchado ya que lo que le había hecho a ella era una degeneración, pues no podía ser que un hijo violara a su madre.

Mi mujer y mi compadre II

Yo le dije que estaba bien que no era para tanto. Pero día siguiente, cuando nos preparábamos para ir a la fiesta, pude notar el esmero que ella ponía en su arreglo personal, quizá se ponía así todas las veces que íbamos a una fiesta donde iban a estar los compadres, se puso algo sexi, una falda un poco encima de la rodilla, pero suficiente para mostrar que tenía buenas piernas, el entallado de la falda le hacía mostrar el culo que tenía, ancho y bien llenito.

Mi mujer y mi compadre I

Luego de varios años de matrimonio también le rompí el culo, se resistió a que se lo haga , pero finalmente le pude hundir mi verga de 20 cm aproximadamente, cuando la rompí lloro un poco pero después le gusto y cada mes por lo menos le doy una cachada por el culo o como le llamamos por el canal dos.

Lios de familia II

Mi madre, escondida tras unos arbustos, quedó sorprendida con el tamaño de mi instrumento y la invadió una desazón que recorrió todo su cuerpo. No podía apartar la vista de ese aparato que se exhibía impúdico, lleno de venas colmadas de vitalidad, de un tamaño que la sobrecogió, en parte porque mi sexo es más grande que lo normal y en parte porque hacía muchos años que no veía uno. La curiosidad fue más fuerte en ella y en lugar de salir a enrostrarnos nuestro proceder siguió callada observando mi herramienta que se aprestaba a trabajar.

Primera vez en Buenos Aires

Cuando llegamos nos tomamos unos tragos para abrir el juego, mientras hablábamos de lo que teníamos en mente hacer, ellos tenían bastante experiencia, y nosotros, pobres principiantes ninguna, pero nuestra idea era la de hacer todo de una sola vez, intercambio full y en la misma habitación, y en la misma cama de ser posible.

Isla Margarita III

En la habitación las cosas no habían cambiado mucho, mi esposa estaba sentada en la cama con Sofía en amena charla, colocamos las cosas, Roberto se dirigió al baño, servi los tragos con buen ánimo, me sentí muy bien, no estaba ni cansado ni nada, cuando volteo veo algo que no note al entrar ya que evitaba ver a Abdón, pero que me hizo comprender por qué Roberto se fue tan rápido al baño. Abdón estaba totalmente acostado Maru tenía su miembro en la boca y era ella quien masturbaba a Abdón, le decía constantemente " ya papito, dame tu leche" Maru tenía la blusa abierta y los senos

Lios de familia I

De pronto nos llegó el orgasmo casi al unísono y nos apretamos, nos hundimos uno en el otro, como queriendo fundir nuestros cuerpos, mientras nos regalábamos nuestros jugos en un intercambio de placer que agotó nuestras fuerzas. y acabamos entre besos, mordiscos y promesas de amor y deseo.

Slayers III

Aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis. Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.

Fantasía Incestuosa I: Dos para uno

Eso pasó y desde entonces y por un tiempo, cada vez que tenía oportunidad, yo creaba una situación parecida, con la esperanza de que ella volviera y me viera el guevo (verga), esta vez, colocado especialmente para que no hubiera dudas de lo que era.

Una tarde de cine

Cuando esto sucedió nunca había tenido una relación sexual completa, no había pasado de los magreos con chicas bailando y algún que otro morreo con una chica que por entonces nos gustábamos, y aunque no se podía decir que éramos novios, sí que más o menos salíamos, y de vez en cuando nos pegamos un buen lote, pero sin pasar de ahí. Nunca le había tocado el chocho a pelo, ni ella a mí la verga.

Cuando somos tres se pasa mejor

Luego el otro me hizo salir y tomó mi puesto, se la metió de un golpe, que gemía excitadísimo, yo me masturbaba viendo como sé lo culiaba, su polla entraba y salía de aquel estupendo culo y el otro parecía morirse de placer, luego sé la sacó, lo tumbó en la cama boca arriba, le abrió las piernas y volvió a metérsela, me encantaba ver aquel espectáculo, aquel hombre con las piernas abiertas y el culazo, dejando que la verga del otro le traspasara, así estuvieron un rato, luego cambiaron de posición

Drogas y desenfreno basado en un hecho real y reciente

Noelia acerca su cara y comienza a lamérselo mientras Marta sigue chupándome la polla recién corrida, siento los gemidos de Miguel, el culo de Luna también está lleno de leche, Marta deja mi polla y comienza a lamérselo, Miguel y yo nos miramos, sonrientes y satisfechos, la fiesta va a ser sonada.

Descubrí a mi tío con su hija

La sala estaba vacía, seguí mi recorrido hasta la cocina y luego el patio trasero, nada, lo último eran las recámaras así que subí las escaleras con mucho cuidado, vi que la puerta del cuarto de mi prima estaba abierta pero no había nadie, solo me faltaba un cuarto y desde donde estaba se podía ver que la puerta estaba entrecerrada. Mi curiosidad hizo que abandonara mi sigilo y al llegar a la puerta pude ver a mi tío acostado en la cama y a su hija a un lado de él.

Fantasía Incestuosa II: Baño con mi hijastra

Ella metió sus manos debajo de mi traje de baño, lo desabrochó y sacó hábilmente mi guevo. La llevó a su boca y lo mamó de arriba abajo. Parecía que se trataba de una competencia con límite de tiempo. Estaba alborotada y disfrutaba cada lamida con cara de picardía. Yo estuve a punto de venirme (correrme) en varias ocasiones, pero me apretaba el pene fuertemente y respiraba hondo para bloquear la excitación.

Cuñadas Amorosas I

Las dos mujeres dedicaron gran parte de la mañana a dormir y una vez que desayunaron, cerca de mediodía, Ana, que había despertado particularmente eufórica, sugirió tomarse un aperitivo antes de almorzar, el que se convirtió en más de tres, lo que motivo que Edith se pusiera tan alegre como su cuñada, tal vez por su poca costumbre de beber.

Una barbacoa muy movida

De tanto en tanto Marisa introducía su lengua entre los abiertos labios del coño y lamía con profusión aquí y allá. Maite, entre tanto se había colocado a horcajadas encima del pecho de Sole, frotándose su coño con las tetas de mi novia y dejando a veces que le lamiera su exageradamente abierto sexo, mientras se pellizcaba los pezones para mantener su dureza y agarrándose la teta desde abajo se la llevaba a la boca para chupar de su propio pezón.