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Mi chica perfecta

Nos besamos de forma libidinosa, frotando nuestras lenguas, haciendo que salgan al aire, y se toquen sólo en la punta, y luego nos volvemos a inundar el uno por el otro, compartimos saliva y la suave textura carnal de una lengua que te lame toda la boca. Nos besamos como en las películas antiguas, como en los anuncios, y como en las películas porno, todo mezclado.

La arpía

Al principio fue en su forma humana, después pasó a ser de nuevo aquella lengua de reptil, bipartita, larga, cada vez más larga, con sus dos puntas que profundizaban, caracoleaban, punteaban dentro de ella.

Los retos de la condesa D´Or I: Prólogo

Acompañando un beso especialmente ardiente en que Anna le mordió la lengua con fuerza, tiró hacia arriba de la prenda. Estiró la tela hasta el límite, haciendo que se ajustara entre sus carnes. Se separó de su boca para contemplar su obra. Rió al ver las bragas blancas metidas en su rajita, con los elásticos dados de sí colgando sobre el asiento.

Maravillas en el país de la delicia II

Otras tres mujeres se asomaron al baño y decidieron entrar. Rondaban la treintena. Iban en busca desesperada de bebida, y encontraron la botella en la bañera. Ni siquiera pensaron que alguien podía haberla estado chupeteando y babeando. Comenzaron a llenar sus copas y a brindar, entrelazando sus brazos.

Maravillas en el país de la delicia I

Habría tranquilizado a un soldado lleno de metralla y chorreando sangre por todos lados en medio del campo de batalla, sólo hablándole, prometiéndole que todo iba a salir bien, que la ayuda estaba en camino, que su madre tardaría poco en llegar y todo tendría un final feliz de película de Hollywood.

Humo sagrado I

La besa profundamente y luego la hace situarse de cara al cristal. Desde atrás la abraza, acaricia su cuerpo, desde sus tobillos finos hasta su largo y rubio cabello. Juega con él, peinándolo entre sus dedos, disfruta viendo la fluidez y limpieza con que cae, como un riachuelo.

Nínive 1984

Con el mando a distancia que la acompaña el usuario puede programar fácilmente su lenguaje, orientación sexual, rasgos de comportamiento, sumisión y ciertas medidas corporales, como tamaño de los pechos, grosor de los labios, presencia o no de tacones, posición de los pómulos, etc.

El desván II

Entre aullidos, excitadas hasta la cumbre por las palabras sucias, la doctora y el muchacho estallaron en espasmos y flujos, que salpicaron su ropa interior, que bañaron sus manos, que mancharon el suelo, y chorrearon en finísimos riachuelos muslos abajo.

El desván I

Todos los besos de despedida estaban dados, todos los consejos, todos los números de teléfono a los que debían llamar en caso de emergencia, pues, exageración paternal o no, nunca se puede dejar a dos chicas tan jóvenes solas en una casa y quedarse uno tranquilo...

Barriga II

El líquido manó, y manó y manó, mientras yo gruñía de satisfacción, el líquido manó por toda la esférica piel, chorreando por los cuatro costados, mojando las sábanas, dejándola toda dorada, brillante.