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Un masaje especial

Mi esposa Cristina, es una hermosa rubia platinada, que aunque la quiero mucho, no puedo dejar de reconocer, que también es vulgar, no común, vulgar, sus ademanes, su lenguaje, su vestir, vulgar. Desde luego que es rubia de botica, pues solo las albinas pueden tener en forma natural ese color de cabello, pero como su piel es muy blanca, no desentona el color del cabello.

Cuatro perrillas

Se tumbo sobre ella frotando sus penes. El de la rubia comenzaba a ponerse erecta de nuevo. Apretando un poco consiguió que volviese a correrse de nuevo. La transexual gimoteo de placer. Aquello le había gustado de verdad. Y el seguía y seguía frotándose. Al tiempo me metió un dedo en mi boca y se lo chupe. Me toqueteó las tetas.

Ritual privado

Desde los primero años de mi adolescencia siempre me ha gustado mucho masturbarme, lo he hecho de muchas maneras y en muchos lugares diferentes, esto no es nada del otro mundo pero la anécdota que les voy a contar a continuación, ocurrió en uno de mis lugares favoritos para masturbarme: el baño.

Adicto a la masturbación anal

Paso el tiempo y a medida que iba creciendo me volví adicto a las revistas y las películas porno y empecé a usar ropa femenina, sobre todo medias veladas, me exita mucho ponerme medias veladas y sentir esa sensación tan rica y suave, mirando mis piernas torneadas con esos colores y esa licra que me hace ver las piernas mas bonitas que las de muchas mujeres.

La mecánica de mi vecino

Normalmente me gusta correrme en su boca, pero le dije que prefería probar algo nuevo. La puse a cuatro patas y le dije que quería metérsela por el culo. Ella dijo que no quería, pero la convencí. Me puse vaselina de un tarro que guardo en mi mesita (para cuando me apetece pajearme bien) en el rabo y se la comencé a meter lentamente.

Mi primera vez II

Tu respirabas fuerte y gemías en vos baja. Todo eso me excitaba. Decidí entonces estar encima de ti, pero metiendo un muslo entre tus dos piernas. Se sentía caliente tu cuca y los líquidos me empapaban la pierna.. Tu movías las caderas y frotabas tu clítoris contra mi muslo. Era super- super excitante...

El teléfono

Mi esposa con esa película se entona así que había de usar todas las pócimas a mi alcance para hacer de esa noche un a noche de sexo. Estaba superexcitado pensando en las posibilidades que nos iba a ofrecer la noche. Cenamos y mientras la película se desarrollaba masajeaba a mi esposa.

Semana sexual II

Ella acercó a mi su pie derecho y se puso a juguetear con mis testículos, que seguían muy grandes pero un poco más duros, asido ya mejor a ellos mi escroto, y luego seguía con sus dedos por mi pene, haciendo que este se columpiara, logrando la tercera vez que lo hizo que este se erigiera casi en pleno.

Mi relación con un policía

Yo ni tardo ni perezoso le comenté que sabía dar unos muy Buenos masajes y que tenía practica en ello, que si le interesaba le ayudaría en ese aspecto, a él le encanto la idea, así que le indiqué que como yo era muy profesional tenía el equipo indicado en casa, así que me despedí rápidamente para volver en unos minutos con todo mi equipo.