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Mi relación con un policía

Mi relación con un policía

Es la primer vez que escribo para esta página, espero que guste el relato que envío, les contaré la historia de la vez que tuve que ir a dejar un documento oficial a casa de un policía, yo vivo en la provincia de México, en un estado del norte.

Por razones de trabajo tenia que entregar este documento a la persona interesada, un chico de 24 años graduado en la academia de policía, yo tengo 28 de edad, la primer vez que fui estaba entusiasmado de verle nuevamente ya que en mi oficina le había tratado en varias ocasiones, pero esta seria una ocasión especial ya que al estar buscándole en su casa tenia una gran oportunidad, quizá de verle en pantaloncillos cortos, o tal vez el estaría sin camisa, ya en una mas gran suerte tal vez el estaría un poco mas destapado, ya que en la ciudad en la que vivimos el calor en este verano es sumamente alto.

Al tocar a su puerta abrió su esposa, ya que el chico era casado, ella me dijo que él no estaba en casa pero si yo volvía al día siguiente por la tarde ahí le encontraría, me despedí y me retiré, el día fue eterno, ya que yo ansiaba ver a Cesar, el chico policía de unas grandes nalgas bien proporcionadas y unas formidables piernas resultado del ejercicio al que se sometía en la academia.

En la tarde fuí después de la oficina al domicilio, toqué a la puerta, y casi me desmayo, salió a abrir Cesar, sin camiseta, lo que me dejaba ver ese formidable pecho, sin bellos, con unas tetillas rositas, chiquitas muy lindas, unos brazos grandes bien marcados, también estaba en pantaloncillos cortos muy pegados al cuerpo y muy ajustados, era todo un monumento de hombre, parece que estaba medio dormido, me saludó y me invitó a pasar.

Yo torpemente inicié una conversación rápida diciéndole lo que me llevaba a él, cuando ya me disponía a marcharme, después de entregarle el documento, él me comentó que estaba muy cansado y que ansiaba que su esposa estuviera ahí, porque le encantaban los masajes que ella le daba cuando el estaba cansado, el único problema es que ella volvería hasta dos días después, pues estaba con unos parientes.

Yo ni tardo ni perezoso le comenté que sabía dar unos muy Buenos masajes y que tenía practica en ello, que si le interesaba le ayudaría en ese aspecto, a él le encanto la idea, así que le indiqué que como yo era muy profesional tenía el equipo indicado en casa, así que me despedí rápidamente para volver en unos minutos con todo mi equipo.

Al cabo de unos 20 minutos volví con una radio-grabadora, el aceite de masajes, y unos inciensos de olor, me pasó a su recamara, encendí el incienso, y le dije que tenía que relajarse para iniciar el masaje, lo recosté boca abajo, y le puse una música instrumental con poco volumen, así inicié con mi masaje, para eso le empecé a acariciar la espalda, era fantástica, deliciosamente bella, con una piel como de niño, yo notaba que el estaba relajándose cada vez mas, cuando poco a poco fui bajando mis masajes por su espalda le pedí que se desabrochara el pantaloncillo, porque debía dar masaje hasta el inicio de sus nalgas, para mi fortuna el es un chavo muy alivianado así que optá por quitarse completamente el calzoncillo y el pantalón también.

Ya estaba el desnudo para mi, mas que darle un masaje a sus nalgas le di unas grandes caricias, estaba redonditas, paraditas, bien torneadas, a el parecía gustarle esas caricias que le propinaba, ya no era lo relajado que estaba por mis masajes-caricias, era mas bien las caricias lo que lo estaban poniendo cachondo, cuando ya le toqué las piernas y tenía todo su cuerpo a mi antojo, era un deleite el tenerlo de espadas a mi, y poder tocar todo su cuerpo, el sentirlo, era sin duda como tocar el cielo.

Cuando ya habían pasado como 35 minutos, note que su excitación estaba en aumento ya que sin querer el gimió un poco cuando yo descaradamente pase un dedo por escasos milímetros de su culito. Así que eso lo tome como carta abierta para pasar mi dedo y juguetear con ese rico hoyito que después me enteré, era la primer vez que alguien exploraba.

Ya con este antecedente decidí ir a fondo así que le acaricié descaradamente el trasero a Cesar, a él le encantó, sin decir nada, le jugué el dedo en el hoyito, luego se lo metí, se estremeció, pero siguió ahí, luego inicié un rico mete y saca, pausado, despacio. Al rato ya era fácil el acceso de mi dedo en su ano, decidí sacar el dedo y me aferré a su ano con mi lengua, ahí si ya no me contuve y fue cuando él ya me dijo, metémela quiero seguir sintiendo todo ese placer que estoy experimentando, así que yo me desnudé, me subí a él y lo cabalgué, le metí toda la verga de un golpe, él se retorció un poco del dolor, pero parece que estaba gozando rico, le cabalgué durante un largo tiempo y él estaba al borde o del estasis o del orgasmo, porque estaba gimiendo como desesperado.

De pronto el me dijo: -basta- y poniéndose en posición de boca arriba me pidió que le metiera la verga por la boca, que siempre había soñado con chuparle el pito a algún hombre, no me hice del rogar, le metí todo mi garrote por la boca, el parecía niño con dulce Nuevo, no dejaba un pedazo de mi verga sin saborear, cuando sentí que me iba a venir, le pedí que se columpiara y me pusiera su culo enfrente, el se dió vuelta y ahí tenia yo otra vez ese manjar de dioses a mi merced, rápidamente le envestí, y me aferré a él en un mete y saca sin compasión , era una cogida brutal, desenfrenada, y de pronto sentí que mis espermas ya estaban en la punta del palo para salir, lo abracé y me pegué a él, fue una sensación divina, sentí como salían chorros y chorros de ese liquido blanco de mí, era tanto que parece que no le cabían en el culo, y se le escurrían por los lados de la verga, que ya para entonces estaba perdiendo longitud,

Para finalizar nos pusimos de pie y estábamos de frente; jamás pensé que él me besaría, y lo hizo como en una forma de película, fue un beso tierno, de amor, de pasión, de entrega, sus ojos grandes y muy negros, esa boca de néctar, esos labios gruesos, y su bigote ancho fueron como el premio a mi osadía de aventura.

Me terminó de besar y me dio las gracias.

Me despedí, yo sabía que era la única y la última vez, él me dijo: “fue realmente grandioso, pero ahora solo puedo darte mi amistad, no me interesa una relación, solo te pido que no le cuentes a nadie esto que paso entre nosotros” – yo le dije que no había problema y que de mi parte nadie sabría nada.

Desde entonces somos grandes amigos, pero de sexo, nada.

¿Qué te ha parecido el relato?


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