Sin decir nada, me cogió en brazos, me besó profundamente y comencé a mojarme de nuevo, no podía creer lo que estaba pasando, sólo sabía que iba a disfrutar mucho, así que me dejé hacer lo que Marcos quiso. Me dio la vuelta , y sentí su pedazo de polla dura en mi culito.
Fran se reponía sobre mi culo hasta que finalmente vio a mi hermano. Juan que así se llama mi hermano le hizo un gesto con la mano de que no se saliera y estuviese tranquilo. Yo Estaba agotado y no sabia que iba a pasar.
Migue calentísimo y con una erección descomunal, y sin poder sacar los ojos del culo de Miriam se la llevó aparte y comenzó a besarle y lamerle el culo mientras ella se apoyaba con sus manos en el respaldo de la cama y nosotros veíamos como por sus muslos corrían sus flujos, entre sus gemidos y jadeos.
Estaba toda llena de semen, mojada mi pelo y todo mi cuerpo, fui donde Alberto y le dije que desde ese día podía hacer cualquier cosa conmigo y tomando su cipote lo bese, chupe y mordí, mientras lloraba dándole las gracias.
Los quejidos y suspiros de Andrea no se hicieron esperar, me excitaba sobre manera oír un gemido agudo que salida de lo más profundo de su garganta. Era maravilloso sentir como yo la controlaba. Su cuerpo respondía totalmente a mis estímulos.
Procedí a desabrochar su cinturón y bajarles los pantalones, ante mi apareció una pija en toda su gloria, comencé a darle una mamada de película, Roberto gemía y me apretaba las tetas, no tardó en llegar a un orgasmo inundando mi boca con su leche.
Me abrazo y luego se arrodillo y me bajó los pantalones junto con los calzoncillos hasta los pies y lentamente fue acercando su boca a mi pene pasando la lengua por el glande para posteriormente introducirlo en su boca, al parecer era su primera vez porque me apretaba con sus dientes, hasta que le dije que tenía que hacerlo suave, hasta que aprendió un poco ya que dejó de apretarme, hasta que en cierto momento me dijo quisiera que metas tu pene en mi culo para experimentar esa sensación, que desde hace mucho deseo.
Y me chupaba la otra teta y de mi concha bajaban ríos por mis piernas, y él estaba como enloquecido, parecía que no había chupado unas tetas en años, desesperado me mamaba y apretaba mis pechos llevándome al borde del orgasmo, mientras yo apretaba aún más su cabeza contra mis tetas...
Yo estaba tan caliente que empujaba con mi culo hacia atrás para sentirlo lo más adentro posible, ya que me encantó la sensación de su pubis contra mis nalgas y sus huevos contra los míos, así que aprovechaba pasando una mano por entre mis piernas apretar sus cojones contra los míos.
La Isla en su zona Noreste tiene una serie de pequeñas calas con unas playitas preciosas totalmente rodeadas de espesa vegetación, es necesario ser un buen conocedor del terreno para poder acceder a ellas y ese era yo, desde luego mi sana intención era pasar el día en una de ellas puesto que mi compañera lo merecía sobradamente.
Primero con delicadeza, y luego introduciendo su lengua en mi boca con tanta pasión que la saliva salía de nuestras bocas sin dar tiempo a que la tragáramos.
Mi cuerpo daba espasmos mientras ella seguía liada con mi sexo, no podía aguantar más y me corrí por segunda vez era increíble, me estaba haciendo sentir como nunca me había sentido en el tema del sexo, era fascinante.
Cojo dos cojines los pongo bajo su vientre, su culito respingon sobresale, entre sus nalgas su precioso coñito, su culito ya acepta dos dedos sin problemas, ella continua masturbandose, ha llegado mi hora, el premio al que sabe esperar.
Alejandro me recordó que me quedaban 3 minutos, y con voz burlona me dijo que esta vez no lo conseguiría y, aprovechando la situación le reté a que si yo lo lograba el sería el siguiente, lo cuál fue el incentivo más poderoso que se me pudo presentar para conseguir que Aldo sucumbiera a mis caricias.
En la mañana me puse una bikini diminuto de esos de hilo dental, que solo cubría parcialmente lo necesario y por el frente se escapaban algunos de mis bellos, y me fui a la alberca de la casa, al rato él llegó al verme así se quedó mudo pero yo le eché agua y empezamos a jugar, después de un rato me senté en la orilla de la alberca él se dirigió hacia a mi nadando me tomo de las rodillas
Bertha mientras me besaba los labios, los senos sobandome con frenesí las nalgas y me besaba y tomaba con sus manos mis pechos hasta que por sentí como explotábamos por dentro que hizo que cayera en la cama casi sin sentido Berta me desato las manos y me quede profundamente dormida .
No siente pudor, al contrario, la excita observarse a sí misma como si de una película porno fuese espectadora y a la vez protagonista. Vuelve a acelerarse su pulso, su respiración y un deseoso revoltijo se deja sentir en su estómago, es el frío y el desenfreno de su deseo.
Al cabo de un rato estábamos los dos en la cama semidesnudos, y ella me preguntó que si la deseaba, a lo que le respondí que me daba miedo tenerla, sabiendo que jamás seria mia en realidad.
Ella se despidio de mi dándome un beso en la boca, quedándome el sabor de mis jugos vaginales, y me dijo la próxima vez que no veamos te las regreso y veras que es lo que te tengo preparado.
Recuerdo algunos conjuntos célebres, como vestirme de colegiala usando la ropa de mi hermana pequeña, la cual me quedaba ajustada y sexy, o vestirme de putita usando ropa de mi hermana mayor como tacones, minifalda , tanga y tops con transparencia.
Mientras, le había levantado el jersey y le había sacado los pechos del sujetador pasando de uno a otro magreándolos a placer, se paraba de vez en cuando en los pezones y pellizcándolos, había conseguido ponerlos duros.
Unas vacaciones en el trópico despertaron en mí, mujer joven, española un deseo incontrolable hacia los hombres de color... llegando a tener una aventura en Venezuela.
Él era tres años mayor que yo, de repente empezó a caer una tormenta con el resultado de una increíble mojadura para los dos, ya que ese fin de semana me iba a quedar a dormir en su casa, nos fuimos para allí con la intención de secarnos y esperar a que acabase de llover.
Elena me dijo que se estaba corriendo encima de mi, y a mi me costó muchísimo no hacer lo mismo, cuando terminó y se relajó un poco, la hice ponerse a cuatro patas y usando el mismo aceite que Carlos había cogido como lubricante, la enculé con facilidad.
No pude resistir mucho más y derramé todo mi semen dentro de su culito, y noté como olas de placer recorren todo mi cuerpo, Isabella también lo estaba pasando bien y parecía que estaba teniendo un nuevo orgasmo.
Ya en la ducha ha sido Ángel quien se ha metido con ella primero enjabonándola y magreándola a placer y ella le ha chupado un poco la polla, luego Ángel se ha salido a secarse y he entrado yo a seguir calentándola con una suave mamadita también para mí, pero echándome cuando empezaba a calentarse la cosa
Nos pusimos a bailar, uno de esos merengues que calientan muy adentro, cada cual con su pareja, mi hermano y su novia y yo con mi novio, y mis dos primos que no son hermanos, pero, en fin constituían también una pareja, pero no de enamorados como nosotros.