Esto fue hace varios años, yo vivo en otra ciudad y mi hermano vino a visitarme con su mujer para ir a una fiesta de unos amigos, quizá esto empezó poco antes de la fiesta cuando vi a mi cuñada arreglada para salir, se veía muy pero muy bien, unos senos medianos con buena forma, unas nalgas que piden ser acariciadas y bueno en conjunto un cuerpazo.
Agachó la cabeza, esperando mi siguiente orden. Debía estar absolutamente inquieta, vestida solamente con unas medias y unos zapatos de tacón, en medio de un aparcamiento público, en el que constantemente está entrando y saliendo gente. Y aunque en la zona en la que estábamos, era imposible que alguien llegara sin que yo lo viera, seguro que a ella le parecía que estaba en medio de un pasillo.
—¡Lo sabía, papi que lo hacías pensando en mí! … ¡Lo sé que te niegas a penetrarme, papi! … ¡Lo sé y no lo entiendo! … ¡Lo sé que también tú lo deseas, papito! … ¡Dime que te gustaría meterme tu verga, papi! … ¡Dímelo! … ¡Quiero escucharlo, papi! … ¡Sí quieres que me corra ahorita mismo, dímelo! … ¡Dímelo! …
Sujeté a mi hija mientras se derrumbaba sobre el sofá y continuaba a convulsionar, sus ojos estaban cerrados al igual que sus muslos, tenía un brazo sobre su frente y su mano estaba todavía crispada en una especie de agonía post orgásmica, la contemplé por largo rato mientras sus tetas se cimbraban y temblaban, finalmente se recompuso un poco.
Tiré de la cintura del pantalón hacia abajo, saltando al momento que tiraba del pantalón, una enorme polla, es lo que en aquellos momentos me pareció. Quedé con la boca abierta y los ojos abiertos como platos, no creyendo lo que estaba viendo; era la primera polla que veía. Había visto algunas en vídeos, pero siempre había creído que no eran reales, pero aquello que estaba viendo, sí lo era.
Como mujer, y mujer preocupada por mi estética, como supongo que son la mayoría de las mujeres, me fijo en el aspecto físico de otras mujeres, pero nunca me han atraído sexualmente.
Cuando llegó la noche, después de cenar, nos pusimos a ver la tele. Clara se levantó, y nos comentó que iba a ducharse, lo que yo aproveché para hacer las paces con Valle, mientras oímos el ruido de la ducha, mi novia y yo nos comíamos la lengua, y nos masturbamos respectivamente, como aperitivo de lo que vendría al acostarnos.
Soy morena, pelo liso por encima de los hombros, delgada, cara ancha, ojos grandes y oscuros, pechos pequeños pero bien firmes, piernas largas y finas, culito respingón y prieto que suelo lucir en la playa en tanga y en la oficina con minifaldas muy cortitas, ajustadas o de vuelo.
La Sole follaba mi boca totalmente fuera de control mientras corcoveaba sobre el lecho, la dejé y ella se volteó escondiendo su rostro debajo de su almohada...
Perdí la noción del tiempo, quizás también mis sentidos, una vorágine de placer se apoderó de mi ser, mi sangre hervía en mis venas, mi concha se había transformado en mil conchitas que vibraban y contraían procurándome múltiples orgasmos, miles de coños frenéticos se corrían en mi cuerpo, un orgasmo sideral, celestial y demencial...
Y sigilosamente y con un tremendo pánico, me acerqué y me senté aun lado de la cama estirando mi mano hasta alcanzar su panochita repeluda y con sumo cuidado para no despertarla solamente alcanzaba a rosar los vellos que salían fuera de su braga pero a todo esto yo estaba sudando de los nervios, pero lo que yo quería era quitarle la braga, ver esa inmensa mata de vellos eso era lo que deseaba en ese momento, ya que nunca había visto una, así que me fui al baño y cogí una hoja de afeitar
Mi tía Martha y yo estábamos gozando de la vida, follando cada vez que podíamos. A menudo, cuando salía rápido del colegio, me iba para su casa a esperar a que llegara de su trabajo.
Me llamo Karina, tengo 32 años, soy divorciada desde hace 4 años y tengo una hija de esa misma edad; la causa del divorcio con mi ex marido fue que me embarace y el no quería tener hijos aun, pero bueno, así pasan las cosas; el caso es, que desde que me divorcie no he tenido sexo con ningún otro hombre, primero por cuidar a la niña y después por un poco de miedo, a lo mas que he llegado es a masturbarme, pero la verdad muy pocas veces porque soy católica y siento remordimiento.
Nunca supe como pero si se que sucedió, de una manera increíble, todo comenzó hace una semana, estaba en mi apartamento cuando desde la parte de afuera estaban realizando trabajos de arreglo de la fachada del conjunto y podía escuchar la canción de una voz varonil, que mientras trabajaba hacia cantaba un ballenato, en ese momento estaba en el apto.
Más tarde me explicaría que si me hubiera dicho la verdad desde el principio, yo jamás habría aceptado, y puede que tuviera razón. Lo peor de todo fue que su cliente, enseguida se dio cuenta de que, como puta, yo tenía bastante mejor apariencia que su acompañante y, claro está, puesto que el cliente siempre tiene razón, se encaprichó enseguida conmigo.
Hoy mi marido, en la barca, ha comenzado a meterme mano en mi coño, primero un dedo, después dos, y al final casi toda la mano. He comenzado a convulsionarme de placer mientras le pedía que se quitase el bañador. Ya desnudos los dos me he puesto a mamarle su polla mientras él seguía con sus dedos en mi clítoris.
Me acuesto boca abajo en la camilla, que estaba totalmente cubierta por una larga toalla negra, sintiendo muchos nervios y mucho cosquilleo, sensaciones que se intensifican cuando Susi comienza a pasar suavemente sus manos por mis piernas, muslos, nalgas y espalda, erizándome la piel, como si estuviera haciendo un reconocimiento del cuerpo con el que va a trabajar.
Comprobé que la humedad de esa raja era igual a la que ya sentía inundaba mi pucha, que escurría hasta mis muslos. Deseaba intensamente meter el dedo hasta los nudillos, pero el tiempo, el inexorable paso del tiempo, me obligó a dar por terminado este fantástico e inesperado primer acercamiento.
El día que mi madre regreso a la escuela, fue delicioso, la primera penetración evidentemente anal, boca arriba, las piernas en mis hombros, la penetración rápida, su grito de dolor, las manos crispadas sobre la sabana, sus pechos rebotando en cada embestida, sus pezones erizados, los cuales tome entre dos dedos comenzándolos a pellizcar
A mi la verdad, no me hacía mucha gracia ponerme a ver pelis porno con el tute del día anterior, pero como ya he dicho para que no se mosqueara, y teniendo en cuenta que por la noche venía su padre y no podríamos verlas, le deje ponerlas.
De inmediato mi verga se paro, volví a ver hacia donde había entrado y decidí regresar para ponerle llave. Lo que no calcule en ese momento fue que la cerradura haría un leve chasquido que de inmediato alerto a los dos hombres.
En esa postura comencé a cabalgar loca de deseo hasta que volví a correrme, entonces mi marido en esa misma postura comenzó a meter y sacar su polla con brío hasta que se corrió.
Una pareja se mete en un descampado y en pleno acto son 'secuestrados' y ella es violada delante de él. Luego a él le queda la duda de si ella disfruto.
Esa noche hice un análisis de cómo era, físicamente no se puede negar que me encantaba sin embargo había detalles que no me agradaban demasiado, no se rasuraba las piernas y el bello púbico estaba descuidado. Además la ropa que usaba no era precisamente sexi, ambas cosas podían ser arregladas fácilmente y me servirían de prueba de su buena disposición.
No era desagradable la posición, pero me parecía un poco bizarra, luego él se acomodó detrás de mí y su verga apareció casi de entre mis nalgas, desplazándose por todo el largo de mi conchita ...
Bastó una sola mirada, para hacerme saber lo que me iba pasar aquella noche. Son de esas miradas que lo dicen todo, son miradas que te perturban, te dejan hipnotizado y sabes lo que quiere y desea de ti. Es la mirada con la que te está reclamando, te grita que le perteneces, que quiere sodomizarte y hacerte suyo, que seas sumiso y le entregues el culo.
Abro mis ojos, por que no quiero dejar ese lindo sueño...y miro el cielo, esas estrellas tan inalcanzables en el firmamento y pienso....¡¡ Es posible que los dos , estemos cubiertos estando uno de el otro tan lejos...por este mismo cielo ¡¡ Que extraña la vida, tan lejos y es posible que miremos el mismo cielo, la misma estrella!!.
Siempre cortaba cuando la conversación se dirigía hacia el terreno de lo concreto, cuando me pedían una cita, el número de teléfono, la dirección de correo electrónico, pero segura de que había conseguido mi objetivo: convencer a mi interlocutor y, no sólo convencer, sino también asegurarme que excitaba su deseo, y eso tan sólo utilizando la palabra.
La conversación, como es obvio, se fue calentando, comenzaron a hablar de los chicos con los que habían estado y lo ingenuas que eran. Yo aprovechaba cualquier comentario para indagar mas y crear un estado de buen rollo y confianza.
Me invitó un trago y del servibar sacó una bebida que empecé a tomar. Empecé a relajarme un poco y a platicar, le dije que era soltero, que admiraba su show porque se convertían en verdaderas mujeres y podrían seducir a cualquier hombre, que le había tomado muchas fotos.
Ella me miraba con sus grandes ojos marrones y había en su semblante una sensación de felicidad, como si estuviera disfrutando de este acoplamiento, al cabo de unos minutos el perro negro se despegó de mi Kitty y pude observar un enorme pene rosado con venas moradas muy delgadas que goteaba y todavía palpitaba, tenía el grosor de una mandarina a la base y de ahí hacia la punta se adelgazaba:
Esa historia dio para que mi imaginación empezara su rápida marcha, y en unos minutos mi temperatura había subido vertiginosamente, de tal forma que me dirigí al cajón de la ropa interior de Manuel, saco unos calzones negros que el no se había llevado de viaje, y me dispongo a iniciar mi ritual masturbatorio, acostándome de nuevo sobre la cama, no sin antes revisar que la puerta de la recamara no estuviera abierta.