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Pareja sumisa

Ya habíamos quedado más veces, ella era mi sumisa y él consentía esta sumisión.

Pero esta cita iba a ser diferente, los iba a poner a prueba a los dos y los cité en una discoteca.

Llegaron y se dirigieron hacia la barra donde yo los esperaba.

Ella venía tal y como le ordené, una camisa negra ajustada sin sujetador, una falda corta negra y medias negras también.

Al llegar le di la mano a él y a ella le cogí la cabeza y me acerqué su boca a la mía para besarla intensamente mientras le pellizcaba un pezón mientras él miraba.

Una vez saludamos eché mi brazo por su hombre dejando caer mi mano justo encima de su teta que no dejé de sobar y les pregunté que qué iban a tomar.

Cuando se acercó el camarero le dije, ponle una ginebra a este y un whisky a su mujer.

El camarero se quedó mirando como le tocaba la teta mientras al pedir le decía que era su mujer.

La conversación transcurrió con constantes alusiones a ella como puta, zorra y cosas así.

Al rato decidimos irnos a mi casa y al salir de la discoteca cogimos un taxi, le dije a él que se sentara delante y cuando entramos dije para que el taxista me escuchara: Yo me siento atrás con tu mujer.

Conforme íbamos hacia el hotel, me dedique a besarla y a desabrocharle la camisa y dejarle sus tetas fuera.

De vez en cuando decía en voz alta cosas como que buena esta tu mujer o chúpamela zorra.

El taxista estaba desconcertado, nos miraba por el espejo retrovisor y de vez en cuando lo miraba a él de reojo como buscando una explicación a lo que estaba pasando.

Como vi que el taxista estaba encajando la situación y no nos iba a montar un escándalo, di un paso más y le dije a él, ehh cabrón, tu mujer es la ostia chupando.

El taxista no sabía a donde mirar y él estaba callado y de vez en cuando se volvía para ver como me la chupaba.

Al llegar al hotel, salimos del taxi y le dije al taxista, la carrera ya se la paga en cabrón este.

Al subir a la habitación, le dije a él que se desnudara y al terminar lo até a la silla mirando hacia la cama y entonces me centré en ella y con voz fuerte le dije, eres una zorra y has consentido delante de la gente que tu marido sea un cornudo, ella fue a besarme y le di una ostia, y le grite que se desnudara.

No dándole tiempo a hacerlo le arranque la camisa, le quité la falda y de un manotazo le hice trizas el tanga.

Le ordené que se quedara de pie y que abriera las piernas y con la fusta le fui azotando el culo.

Entonces le agarré de los pelos y la puse de rodillas a mamármela. Mientras lo hacia lo miraba a él y le decía, ¿te gusta mirar verdad cabrón?. Sabes que es mía y que hago con ella lo que me sale de los cojones.

Le grite a ella y le dije, dile al cornudo de tu novio que eres mía y que puedo hacer contigo lo que me de la gana. Ella se sacaba mi polla de la boca y lo miraba con cara de perra y le decía le pertenezco y estoy a su disposición para que haga conmigo lo que quiera.

La puse a cuatro patas de manera que él viera en primer plano su culo en pompa y con un consolador fui dilatándole el ano pero no me costó mucho trabajo ya que la zorra esta estaba ya muy abierta y cuando lo tenía ya preparado, le puse la punta de mi polla y se fue perdiendo hasta que mis pelotas chocaron contra ella.

Le di varios empujones suaves y ella volvió la cara y me dijo Amo, reviéntame, jódeme el culo, métemela fuerte y agarrándola de las caderas le di unos fuertes embestidas que ella soportó como si en su vida no hubiera hecho otra cosa que eso.

Después de un buen rato follándole el culo se la saqué y de los pelos la tire en la cama boca arriba, le separé las piernas y empecé a jugar con mi polla en su coño.

La restregaba, le metía un poco y la sacaba hasta que se la metí entera y me tumbé encima. Ahora la tenía totalmente sometida, debajo mía, a mi merced.

La follaba y la cara se le descomponía y entonces le dije que abriera su puta boca y que sacara la lengua, que tenía que follar con la boca así. Yo le metía mi lengua, le lamía la cara y con la boca abierta como la tenía le escupí dentro.

Ella puso cara de rechazarlo y le di una ostia ¿vas a rechazar la saliva de tu Amo, guarra? Y le volví a escupir pero esta vez en la cara y ya no me volvió a rechazar.

Empecé a follarla violentamente gritándole, dile a tu marido que aprenda como se folla a una zorra como tú, que vea lo zorra que puedes llegar a ser, que sepa que a un putón como tú hay que tratarte como a una perra.

Cuando se iba a correr paré y ella me gemía que siguiera, me suplicaba llorando no pares Amo, haré lo que me pidas pero no paressss y entonces la dejé correrse como una salida viciosa.

Una vez ella se corrió la dejé y me fui hacia él y le dije, mira cabrón lo que vuelve loca a tu novia, y le restregué mi polla por su cara, ¿has visto de lo que es capaz de hacer por mi polla? ¿Viste la cara del camarero cundo le dije que era tu mujer y a la vez le tocaba la teta? Ella se estaba mojando.

A todo esto no paraba de restregársela y pajearme en su cara. ¿Imaginas lo que pensaría el taxista a ver a tu novia comérmela? Te voy a decir lo que pensaron de ti, que eres un cornudo, eso es lo que eres y en ese momento me corrí echándole toda mi lefa en su cara.

Apiadándome de él, le desaté una mano y le deje que se pajeara con mi leche en su cara y escurriéndole por su cuerpo y viendo como su novia y yo mirábamos. Su novia y mi puta.

Cuando terminó me fui ordenándole a mi zorra que no lo desatara hasta pasara media hora y que se masturbara delante de él mientras y les dije antes de salir que la próxima vez habría una sorpresa para los dos.

Continuará…

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