Un delicioso e inesperado intercambio. Una pareja es invitada a una cena y casi sin darse cuenta están participando de lleno en un intercambio que les reporta un placer inesperado.
Como cualquier hombre ante su primer sujetador tuvo sus problemas para poder desabrocharlo. Recordaba claramente como se desataba un sujetador por los juegos inocentes que practicaba con su madre en su tierna infancia, pero los nervios le traicionaban.
Después paramos en una pornoshop, yo no las conocía y no podía evitar poner los ojos sobre aquellas fotografías y sobre todo en los dildos que exhibían, me enseñaron una sería de pechos artificiales (de silicón) y escogimos uno con el pezón bien definido y bien formados, se sentían muy reales, eran como de 350gr cada uno.
No lo pensé dos veces, mientras ella orinaba salí del individual sin hacer ruido y trabe la puerta principal del baño para que nadie mas entre, con la música no se iba a escuchar nada, luego volví a entrar al individual y cerré la puerta.
Yo me estaba dejando hacer, pero decidí empezar a hacer contigo lo mismo, no protestaste, simplemente empezaste a dejarte hacer, empezaste a dejarte llevar, me dejaste que empezara a quitarte la poca ropa que llevabas puesta.
Así que lo tiré sobre la cama y empecé a desnudarlo, él se dejaba hacer un tanto sorprendido lo dejé totalmente desnudo y entonces me lancé a mamar su verga de manera lasciva... con lujuria, como una puta profesional... empecé a lamer sus huevos, a lamerlos suavemente para después chuparlos despacio... los metía a mi boca alternadamente, jugándolos con mi boca, con mi lengua... lo tenía loco en pocos minutos...
Cuando salió estaba sin tanga y con el vestido levantado y me pidió que le sacara un poquito más de vello. Me acerqué y comencé a recortar y mis ojos no podían salirse de sus labios vaginales, de un color rosado y algo brillantes. Sin querer se los rocé y saltó en la cama.
Yo soy estudiante de biología, y estoy seguro que nunca olvidare la clase de fisicoquímica, cuando entre al salón de clases me sorprendí mucho, ya que la profesora que ya andaba pasando los treinta era muy guapa, pero lo que mas llamó mi atención es que tenia unas nalgas enormes y bien formadas, extrañamente al seguir el curso del semestre siempre había tenido diez en todos los exámenes, a pesar de que todo el tiempo me la pasaba soñando con poder jodérmela por detrás..
Cuando le confesé que en esa oportunidad había tenido el mejor sexo desde hacía bastante tiempo y le pedí que no se ofendiera por mis palabras, pero que siempre había fantaseado con ello y que estaba feliz porque lo había concretado y compartido con él se puso contento ya que dijo que le gustó poder cumplirme ese deseo oculto
Cuando llegue del trabajo me lleve una sorpresa, la casa estaba con la luz apagada y yo desde afuera no sabia si ella estaba dentro, cuando entre en la casa me lleve una sorpresa, ella estaba en el sofá esperándome, llevaba puesta una vestimenta que yo no había visto jamás, era alucinante toda extraña, unas botas de tacón de aguja, que le llegaba hasta la rodilla, unas medias negras cogidas por un corsé muy ceñido
Ese día estuve intranquila exageradamente, pasé a una tienda de lencería y me compre lo más erótico que encontré y llegué a mi casa ya tarde con la esperanza de que aquél hombre se apiadara de mí y pasará a cogerme como el día anterior.
Llegó el momento que tuve a mi vista todo lo que su vestido había ocultado y ahora dejaba libre. Una espalda lisa, tersa, de una piel dulce, como esculpida en pulido jade. Tan solo un sujetador, por la apariencia casi nuevo, blanco, de fino encaje, con pequeñas puntillas, quebrantaba este bello paisaje que sólo yo, podía contemplar.
Yo quite mi mano de allí y comencé a bajarle el vestido y la fui desnudando hasta poder ver sus tetas que me volvían loco, cuando lo hice comencé a pasar mi lengua desde su base hasta llegar a su pezón y cuando tocaba este notaba como se retorcía estaba realmente muy caliente y a mí me estaba poniendo igual, estuve largo rato chupando sus pezones y mientras lo hacia entre mi mano entre sus piernas acariciando su coño
Desde hacia tiempo queríamos repetir la experiencia de compartir una noche de placer en trío formado por nosotros dos y otro caballero, sin embargo diversas circunstancias no nos lo había permitido e igualmente no habíamos logrado contactar la persona idónea.
La sentí lista para mi paquete, así que baje la tapa de uno de los excusados y me senté, y le dije que ella viniera y se sentara sobre mí, ahí me dijo algo que llevo mi excitación al extremo, Diana, mi querida prima menor, era virgen, por lo que me pedía que la tratara bien.
Sentí un calorcito delicioso, ella se veía que también era oficinista pues llevaba un elegante vestido de esos de tela muy delgada lo cual permitía que sintiera el calor de su cuerpo.
Cuando estábamos todos que no podíamos de excitación mi amigo dijo que me sentara encima de su polla y que el chico me clavara su enorme polla en mi culo. Cuando note como era penetrada por aquellas dos pollas solté un grito de placer y cabalgaba como una loca.
La mire cuando se alejaba a dejar el bolso en la cómoda y vi lo hermosa que estaba. Algo chocaba en ella y en la imagen que tenia grabada de cuando se fue, tan hermosa y seductora con esos juegos de transparencias, ¡ su pelo ya no estaba recogido! ¿Cómo pudo soltarse? ¿Seria el baile? Se la notaba un poco bebida pero no borracha.
Mi mujer quería ir de compras y a mi me encanta verla probarse cosas y ver zapatos y sandalias ya que soy fetichista del calzado femenino así que fuimos a la zona de las boutiques a mirar algo.
Vale acepto, conteste yo imaginando que me había ganado otra tunda de azotes, pero no fue eso, Quítate el vestido, ordeno mi novio/amo, no me lo esperaba, mire al Notario que miraba los papeles como un poseso y no levantaba cabeza.
Aquí te levantas y te sientas para tomar el vino y yo aprovecho para sacarte el vestido, tu protestas un poco pero yo retiro el mantel de la consola y te digo, si viene alguien te cubres con esto .
Ella no es dada a probar nuevas experiencias, pero esta vez será distinto... no podrá resistir los impulsos sexuales que la provoca un hombre y se entregará a Él, mientras tanto su marido observa todo.
El líquido manó, y manó y manó, mientras yo gruñía de satisfacción, el líquido manó por toda la esférica piel, chorreando por los cuatro costados, mojando las sábanas, dejándola toda dorada, brillante.
Primero con delicadeza, y luego introduciendo su lengua en mi boca con tanta pasión que la saliva salía de nuestras bocas sin dar tiempo a que la tragáramos.
Ella se despidio de mi dándome un beso en la boca, quedándome el sabor de mis jugos vaginales, y me dijo la próxima vez que no veamos te las regreso y veras que es lo que te tengo preparado.