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Relación en una fiesta

Relación en una fiesta

El reloj no había dado las nueve de la noche, cuando terminado de arreglarme, salí de mi cuarto y me dirigí hacia el living de mi casa, mis padres estaban listos para ir a una fiesta familiar, las que generalmente son aburridas, pero como no tenia nada mejor que hacer, pues me anime a acompañarlos.

Me intrigo el hecho de que a pesar que todos estuviéramos listos, no saliéramos, así que les pregunte la razón, me dijeron que una de mis primas, Diana, había aceptado acompañarnos, a lo que reaccione positivamente, ya que al menos no estaría solo, Sin imaginar lo que ocurriría después.

Lo cierto es que al llegar a la fiesta, nos sirvieron un cóctel de bienvenida, que a Diana le resulto delicioso, por lo que enseguida pidió otro, en ese momento bromeamos sobre que no debía tomar mucho, ya que si no se podía emborrachar.

Cuando había pasado ya de la media noche, Diana no había parado de pedir esos cócteles, por lo que me dijo que ya se sentía algo mareada, que si podía acompañarle al baño del lugar, para polvearse la nariz.

En ese lugar el baño para hombres y mujeres tiene una sola entrada, así que mientras ella iba, yo la esperaba afuera, pero al estar ahí por un rato, también me entro la necesidad de ir, así que entro en el baño de hombres y cual es mi sorpresa al abrir la puerta, ver a mi prima arreglándose las medias nylon color negro, con su largo vestido del mismo color subido hasta la cadera.

Al ver esto, y debo aceptarlo, mi aparato se puso como tronco, aunque no había pensado en eso realmente, y al ver que a ella parecía no importarle, me acerque despacio para verla bien.

Cierto que tiene 4 años menos que yo (en ese entonces yo tenia 22), pero su cuerpo superaba en formas a las chicas de mi edad, así que verlo de esa manera, me puso a mil.

Al acercarme ella me vio, y su primera reacción fue de asombro y trato de bajarse el vestido, pero no lo llego a hacer, ya que se la había atascado en una de sus prendas, así que con la sorpresa no podía bajárselo, al tenerla a mano le digo:

Debes tener cuidado, prima, este es el baño de hombres.

Y con mis manos agarro el vestido y se lo empiezo a bajar.

Al recorrer sus curvas, mi aparato estaba a punto de explotar, luego le acaricie sus largas piernas y quede de frente a su sexo, y sentía que ella empezaba a jadear, así que al terminar mi labor y levantarme, fui rozando con mi nariz todo su cuerpo, y al llegar a sus increíbles y duras tetas, ella me levanto el rostro y me clavo un beso que estoy seguro no olvidare nunca, me la separe con mucho esfuerzo, y me dirigí a ponerle seguro a la puerta del baño, entonces la tome en mis brazos, mientras ella me abrazaba con sus piernas, el vestido que tanto disfrute bajando, había vuelto a la posición que había tenido hace solo instantes, por lo que sus increíbles piernas que eran algo prohibido, ahora me pertenecían a mí, le acaricie todo su cuerpo y le solté la parte de arriba de su vestido, por lo que sus tetas quedaron frente a mi, las bese y chupe hasta hartarme, mientras ella llegaba a su primer orgasmo, al sentir sus fluidos mojándome y manchando el traje que con tanto empeño había logrado arreglar, yo también explote.

Luego mientras ella me miraba a los ojos, decidí darle el mayor placer de su vida, y procedí, sin quitarle las medias, a limpiarle su sexo con mi lengua, dura labor, ya que mientras lo hacia, ella volvió a irse mientras me rogaba que no me detuviera nunca.

La sentí lista para mi paquete, así que baje la tapa de uno de los excusados y me senté, y le dije que ella viniera y se sentara sobre mí, ahí me dijo algo que llevo mi excitación al extremo, Diana, mi querida prima menor, era virgen, por lo que me pedía que la tratara bien.

Además ella me dijo que la dejara tocar mi miembro antes, así que ella lo saco, se agacho para verlo, y lo besa, me cuenta que dos semanas antes sus amigas y ella habían visto una película porno y que en ella tres damas se deleitaban con el miembro del hombre, y que ella quería hacerlo, lo besa de nuevo y se lo traga, ciertamente era primeriza, ya que me lo muerde, y aunque duele, también es excitante.

Luego se monta en él, y comienza un frenesí de saltos y jadeos, mientras yo me entretengo besando sus labios, sus tetas y su cuello.

Ella tuvo tres orgasmos mas, y con mi explosión final, continué besando sus formas hasta que pudimos detenernos.

Al salir, iba tocando su jugoso culo, el cual ahora me parecía mejor que nunca y ella iba tocándome el pene, mientras con su delicioso cuerpo me tapaba la mancha que sus dulces líquidos habían dejado.

Entonces nos encontramos con mis padres, quienes nos preguntan en donde habíamos estado durante tanto tiempo, les dijimos que habíamos ido a una tienda, para comprar caramelos, y volvimos a mi casa.

Ella durmió en mi casa esa noche, aunque en realidad no durmió, ya que estuvimos juntos, pero como he leído en otros relatos, esa es otra historia para otro momento.

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