Roxana siempre fue una chica bella, de rasgos finos y delicados, siempre tuvo esa dicha de ser delgada, con una figura que aun andando en fachas se veía impresionante, al cumplir los 17 años ya contaba con algo de experiencia en cuanto al tema del romance, había tenido algunos novios, y algunas experiencias mas... intimas. Su cara contenía un toque de seducción, sus ojos pequeños con esas pestañas rizadas le daban un toque muy especial; su nariz recta, indicando la belleza
Angélica no me dejó opinar al respecto porque me quitaba el aliento mientras su lengua bajaba por mi pecho y sus manos desabrochaban mi pantalón y ¡al fin! dejaba libre mi herramienta lubricada. Sólo sentí una tibia sensación que acogía mi pedazo duro de carne.
Su clítoris estaba durito y puntiagudo y el brillo de la humedad recorría todo su coñito. Seguí lamiendo alternando lametazos con el ensamble de mi lengua dentro de su agujerito cada vez mas abierto.
Separé un poco las nalgas con las manos, de tal forma que la abertura se pudiese alcanzar con más facilidad e introduje la lengua en su interior, primero con movimientos suaves y después cada vez más rápidos, dilatando su ano con mi lengua. Finalmente, introduje en el interior uno de mis dedos ensalivados, que fue succionado con facilidad, patinando sobre una superficie lisa y líquida.
Entonces sentí una lengua aparte de la que estaba en mi raja, en mi ano, la verdad que cuando lo sentí casi tenia un orgasmo, por la lengua que me estaba lamiendo el ano, y solo cerré mis ojos y me deje que me lamieran todo lo que querían, no sabia quien era, pero no me importaba lo disfrutaba totalmente, era riquísimo
El muchacho tuvo un sobresalto y despues de unos va y ven con mi lengua lo largo de su asta, su excitacion y inexperienca no le permitio’ controlarse mas y sin preaviso, se corrio’ enviando sus multiples y potentes descargas de leche sobre mi cara y mis tetas !
Las sensaciones se hicieron más intensas y nuestras pelvis se agitaban cada vez más, no se quien comenzó primero, pero casi lo logramos nuestros orgasmos comenzaron a fluir, con cada ves mas intensidad, con nuestras bocas pegadas al clit de nuestra compañera y ese dedo travieso deslizándose una y otra vez dentro de nuestro anillito que cada vez lo apretaba más como para no dejarlo salir.
Se encontraron en el baño y tuvieron una conversación de lo mas excitante, ofreciéndose ella a saciar su calentura ya que su esposa no se encontraba en la casa y los dos estaban muy cachondos.
De repente, la imagen de mi mujer duchándose entró en mi cerebro, me imaginé el recorrido que haría el agua desde que cae con fuerza sobre su pelo, luego mas despacio se desliza por su cuello, algunas gotas sueltas quedarán adheridas durante unos instantes a sus blancos pechos y sus pezones estarán tremendamente rojos, erectos y duros , luego el agua que se cuele por el canalillo de los pechos bajará con cierta velocidad por su vientre, hará un pequeño remolino en su ombligo
Comencé a masajearle los pechos como imaginaba, eran grandes, pero yo quería sentir su piel y le insinué que se quitase la camisa, se la quitó y puede ver aquellos espléndidos pechos, grandes, la piel tersa y sus pezones grandes y duros de un color moreno. Quería y necesitaba probarlos y sin mediar palabra me acerqué a ellos lentamente y fui saboreándolos uno a uno y su olor era dulce y cálido, pasaba mi lengua por el exterior y haciendo un recorrido con mi saliva
Brotó en tal cantidad que pensé que me iba a atragantar. Lo mantuve en la boca, mientras ella continuaba bombeando cada vez con menos potencia. Unos momentos después dejé que esos fascinantes y calientes néctares goteasen desde mi boca y resbalasen por su polla. A medida que perdía consistencia, continué chupando su polla con su leche.
Para tranquilizar los ánimos e incitar a las buena culminación de esta tarde la invité a acercarse diciendo: bueno saludémonos conjuntamente uniendo nuestros alientos, besémonos al unísono, y juntamos nuestras bocas y lenguas los tres juntos. A mí esas dos bocas con sus labios sensuales y calientes me pusieron a mil. Además olían las dos de maravilla.
Ella se quedó quietita, jadeando sobre la cama, soportando todavía mi cuerpo encima de su cuerpo tembloroso, diciendo con su vocecita entrecortada que era toda mía, que me amaba y que se enloquecía de deseo y de placer, que ya no le alcanzaba con ser mi hijita sino que quería ser mi mujer. La besé en la boca y mi hijastra me respondió con su lenguita insaciable.
Las dos mujeres dedicaron gran parte de la mañana a dormir y una vez que desayunaron, cerca de mediodía, Ana, que había despertado particularmente eufórica, sugirió tomarse un aperitivo antes de almorzar, el que se convirtió en más de tres, lo que motivo que Edith se pusiera tan alegre como su cuñada, tal vez por su poca costumbre de beber.
Llame al timbre, bastante nerviosa y emocionada, y esperé, al cabo de un par de minutos, la puerta se abrió y vi a Laura, estaba medio dormida, despeinada, pero realmente atractiva, llevaba una bata de raso de color crema, cerrada con la ayuda de un cinturón también de raso anudado a su cintura, pero lo suficientemente abierta para adivinar sus pechos firmes y desnudos.
Desalentado, volví a subir a casa pensando que debía sosegarme lo suficiente para poder volver a dormir. Quizá miraría la televisión, quizá jugaría con el ordenador, o me abandonaría a la casi-vida virtual, o quizá escucharía algo de música y, casi con toda seguridad, me masturbaría con desesperación, en fin cualquier cosa que me serenase. Pero, mientras subía sudando los inacabables peldaños de la escalera, tramo tras tramo, la visión del delicioso balanceo del culito de la travestí más pequeña no abandonaba mi sobrecalentado cerebro.
Siguió cabalgándome, sus tetas se movían al compás de sus movimientos, ella no dejaba de besarme, le pasé las manos, por detrás y conseguí colocar un dedo en su entrada trasera, que aún permanecía húmeda, ella disminuyo los movimientos y se fue calmando mientras yo conseguía ir introduciendo un dedo, ella se abrazó fuerte cuando entro el segundo.
La respuesta fue que su único dedo libre se clavó en mi culo. Te gusta así...te gusta cómo te clavo el culo, muévete zorra, goza goza, me moví en forma inconsciente, donde llevara mi pelvis me introducía algo, adelante mi vagina explotaba en sus manos, atrás y mi ano se llenaba, me soltó y puesto sobre mí me introdujo de un sólo golpe su verga.
Este es mi caso; deslizo mi lengua hasta la cabeza de su pene y lo humedezco perlando un sendero de baba mientras avanzo. Mojado por mi saliva se ve aún más apetitoso. Hago una última excursión con mi lengua hasta sus testículos antes de metérmelo todo en mi boca.
Se llevó a cabo una fiesta de la Compañía en un hotel cercano a la playa, donde había virtualmente todo: Paseos a caballo, natación, pesca y demás. Mis hijos quisieron ir de pesca y mi esposa y yo pensamos que sería bueno que yo los llevara, junto con otros muchachos. El plan era salir en bote por un lapso de más de tres horas. Me di cuenta que ella así lo prefería. David no podía apartar la mirada de su escote, de sus levantados pezones, de sus largas piernas con los dedos de los pies coquetamente pintados.
Mi semen sale a borbotones llenándote y tú dejas caer tu cuerpo sobre el mío, acariciándote el clítoris y estallando en un orgasmo que empieza cuando el mío está acabando. Quedamos los dos quietos, abrazados. Nos acariciamos con las manos, dulcemente, sin buscar ahora más que eso, la caricia sin afán sexual.
Desde hacía tiempo empezó a gustarme y más después de enterarme que se había divorciado de su marido recientemente, he creído siempre en la fidelidad y aunque tener fantasías sexuales es uno de mis placeres, estoy ya un poco cansado que éstas sean virtuales y sean definitivamente reales.
Subiendo y bajando, subiendo y bajando. No lo podía creer, pero ella me estaba haciendo una lenta pero impresionante paja. Era bestial, me sentía como extasiado, como si me hubiera metido una dosis de L.S.D., solo notaba su mano como acariciaba mi polla, que la tenía dura como el acero. Estoy seguro que si un gato me la hubiese arañado en ese momento, no me hubiera enterado de nada, estaba a punto de estallarme. Me dije para mí mismo, que aquella era la ocasión para ver realizado mi sueño. Así que no me corte un pelo.
De nuevo los chicos comenzaron a animarse así que continuamos con una nueva sesión de sexo. Como nadie había llamado a mi puerta trasera les anime a ello, ya que muchos de ellos jamás lo habían probado, Sebas, por ser el anfitrión, fue el primero. La verdad, que de su follada no saque nada de placer. Me embestía como si fuera el macho más macho de macholandia.
Allí estaba ella plantada delante de aquellos dos chicos pidiendo sexo. No se lo podían creer, pensaban que era una broma, pero era verdad que aquella chica tan sexy, estaba muy caliente.
Ella se llevó las manos atrás y liberó sus grandes tetas de la opresión a que eran sometidas por el sujetador, quedé maravillado por aquella visión: a pesar de ser grandes, sus pechos eran turgentes, sus pezones hacían visible su excitación, pues apuntaban directamente a mi cara... Se los lamía, mordisqueaba levemente, los chupaba, mientras ella contoneaba su espalda y soltaba algún gemido.
Su madre se tenía que marchar. Allí lo dejó con la hija que acababa de romper con su novio y que estaba dispuesta a hacer todo lo que se le pasaba por la mente.
Pero antes que pudiera reaccionar, la Paca había metido aquello entre mis muslos y presionaba. Separé mis piernas y ella ponía una mano sobre mi vientre y separaba mis labios con los dedos, de manera que mi clítoris estaba bien visible. Su boca volvió a apoderarse de él, lamiéndolo y haciendo sentir el objeto que me penetraba a la vez que la electrizante sensación en mi botoncito.
Después de diez minutos de comidita de vagina ataque a su clítoris con toda avidez rodeándolo de mi boca, dándole unos besos succionadores que lo hacían crecer una y otra vez, la excitación lo había llevado a un estado ya de color morado pero no abotargado sino muy sensible a mis acometidas, mi mano iba de su ano a separar sus labios para poder darla aún más placer.
Tomándolo con la mano derecha, primero. La restregó contra una de sus mejillas con fuerza y arrebato, luego sobre la otra y empezó a recorrerla con la punta de la lengua desde la cabeza hasta los testículos, brindándome un placer inexplicable. Luego se la metió en la boca y me la chupó de una forma excepcional. Por poquito me derramo dentro de su boca, sino fuera porque logré controlarme y porque no me hubiese gustado hacer aquello tan prematuramente.
Reconozco que estaba disfrutando como loca, quería comerme todo su pico, lo lamía con desesperación, su cabeza estaba hinchada al máximo, de pronto, mientras subía, comenzó a soltar chorros de semen que cayeron en mi pelo, mi frente, mi mejilla y finalmente en mis labios.
Después de esto separe sus labios eh intentaba meterle los deditos en la pucha, y mi sorpresa fue sentir lo estrecho que era su agujerito, y eso me aseguraba de que ella aún era virgen (cosa que tuve el privilegio de quitarle y que contare más adelante) al sentir ella mi dedito deseo que querer meterse entre su vagina ella se apartó dando un gemido de dolor...