Aquel día de verano, mi primo estaba de vacaciones y se había venido a pasarlas con nosotros, él se llama David tiene 13 años y es un chico bien guapo (incluso actúa de modelo de bañadores de su edad para algunas marcas) rubio ojos azules, el cabrón liga la ostia, estábamos echando unas canastas cuando mi madre vino para decirnos que se iba a la ciudad a hacer unas compras y que se llevaba al chofer así que nos tendríamos que que dar en casa todo el día.
Y mientras seguía diciéndole obscenidades, que le ponían como un jamelgo, noté como su lengua repasaba la entrada de mi culo y como apoyaba el glande en mi esfínter esperando la orden de ataque. Me eché un poco hacía atrás, como una gatita en celo para que los primeros centímetros inauguraran aquel pasadizo del pecado.
Estaba tan caliente que me comía la polla de Paco, esta rápidamente se puso a tono, entonces hizo que su hijo se echase en la cama y yo montara en su polla, el por su parte puso saliva en mi ano y comenzó a empalarme por detrás. Era la primera vez que lo hacia conmigo pues en Ibiza nunca lo había hecho.
Pocos días después Carlos me llamo al despacho para interesarse por mí, como estaba el coche y cosas por el estilo, ya me despedía, pues estaba atareada, cuando me pidió para salir a cenar, primero le dije que no, que estaba casada y que no solía salir con desconocidos. Carlos insistió con mil argucias, así que finalmente accedí a ir a cenar con él al día siguiente.
En ese momento estás con la polla tan tiesa y el coño tan húmedo que nos da igual a ambos. Que queréis que os diga. Un sueño, aquello es como un sueño. Yo que nunca me había acostado con otra mujer que no fuera la mía, estoy con dos!
Pero no entendía por qué, su estado de embriaguez provocaba que no pudiera evitar entusiasmarse con la idea, porque en el fondo siempre lo había deseado, y, el colocón la hacía lo suficientemente atrevida como para plantearse seriamente hacerlo delante de esos hombres.
Se puso de pie y sus senos comenzaron a encogerse con el viento; caminó despacio hacia la orilla, con toda la naturalidad de la que fue capaz, y se metió en el agua. No pudo hacerlo de golpe, estaba demasiado fría, aunque quería hacerlo lo antes posible dado que sabía tener clavados muchos ojos.
Estaba siendo follada a un ritmo fuerte por mi chochito, mientras se preparaba mi culo para ser perforado por el pollón de la noche. El tercero en discordia, se conformaba de momento con recibir mis lametones en el capullo cuando las embestidas de mi potro salvaje lo permitían.
Mi madre se puso una falda de esas típicas de verano, ancha y muy finita, no se molestó en ponerse bragas, y una camiseta blanca con tirantes, tampoco se puso sujetador, yo tampoco me puse calzoncillos, me coloqué unos pantalones cortos de deporte que me llegaban a la altura de las rodillas.
No paró de empujarme con fuerza hasta que se corrió dentro de mí. Pero cuando terminó, su polla seguía dura como si no hubiera vaciado, al verla de esta forma, se la chupé con pasión hasta dejarla bien limpia, y él volvió a follarme.
Su jefe también se sentó y la miraba con intención incluso de perturbarla, de que pasara vergüenza; lascivamente su mirada se centraba en sus senos y en su sexo, incluso en sus ojos se reflejaba cierto desprecio que pretendía mostrar hacia ella, desprecio a su cuerpo provocador y a sus ganas de follar.
Cuando en junio escuché en la tele que en Inglaterra se tomaban a las Islas Canarias como un paraíso sexual no le di ninguna importancia y me pareció una exageración las quejas de una persona encargada del turismo porque menospreciaban todos los encantos de las Islas.
Se fue hacia ella, con la mano en la polla masturbándosela, y la obligó a que se sentara en la mesa, le subió hasta la cintura la falda y la abrió bien de piernas; Lorna se reclinó levemente para poder abrir aún más sus piernas y recibir toda esa polla en su coño, la cual no podía dejar de tocar y mirar anhelándola.
Su cuerpo le dolía, la extraña posición de brazos y piernas obligadas por las esposas y la presión de su espalda contra el suelo. Pero su confianza se resquebrajó cuando Bill, el armario negro se desabrochó los pantalones. No había visto en su vida una polla tan grande y ni siquiera usado un consolador tan descomunal así que se dio cuenta de que aquello iba a dolerle.
Los dientes del metal se clavaron en la carne y una oleada de fuego recorrió mi cuerpo. Saltaron las lágrimas de mis ojos y un grito atronó desde lo más hondo de mi alma. El pezón derecho estaba preparado. De nada sirvieron mis sollozos ni mis súplicas. Sonriéndome, Jaime cerró la pinza. Me sentí mareada por el dolor.
Son las 2 de la tarde en pleno mes de mayo y hace un calor sofocante...¡Uf! No sé que tiene la primavera que me hace hervir la sangre y me altera más de lo que es habitual, y mi ex-cuñadito me acaba de dejar colgada, ¡con lo que me pone este niño!
Así es que cuando poco después estábamos por la cama yo la besaba, acariciaba, lamía y besaba con devoción, mientras que ella no me dejaba que se la metiera, aunque me acariciaba mi pito y los huevos con sus uñas de manicura francesa.
Sonia obedeció y no ofreció resistencia. Se quedó de pie frente a su hermano mirando embelesada su enhiesto pene y el vibrador que le abría el culo. Yo me puse a su lado y la obligue a que se agachase frente a él sin que ella hiciese nada para evitarlo. Sonia seguía mirando aquella larga polla sin pestañear y podía ver como el deseo luchaba en su interior por aflorar.
Paty dejó de besarme, me bajó el pantalón del pijama con lo que mi polla salió como un muelle, tiesa, gorda, con todo el glande fuera, pidiendo guerra. Entonces, se agachó y se la introdujo en la boca iniciando una mamada de las que era una experta. Enseguida, pasó la lengua por la punta y con una mano me acariciaba las pelotas y con la otra el culo.
Laila, que así se llama, comenzó a quitarse la ropa para irse a la ducha. Primero la camiseta, quedándose en sujetador. Sus tetas estaban bien paraditas dentro de esa prenda. Cuando se quitó el sujetador pude apreciar cuan bonitas eran.
Ella me había enseñado que podía mantenerse excitada (sin correrse) durante períodos de tiempo bastante largos pero en esos instantes no era capaz de controlar su propio cuerpo y Sheena era una experta comedora de coños; todas mis esclavas son capaces de hacer maravillas con sus lenguas.
Me quedé dormido profundamente, al despertarme me di cuenta que algo no funcionaba bien, no podía moverme, estaba atado a la cama, cuando alce la vista, me lleve una sorpresa en principio no muy placentera, mis parientes me estaban mirando atentamente, antes de que pudiera experimentar tenía el coño de mi tía en mi cara y mi prima me comía mi polla mientras mi tío lo grababa todo con su cámara de vídeo.
Elisabeth ya había vuelto e intentaba paliar la falta de haberse corrido de Vanesa. Las dos me dijeron que lo entendían, que no podría empalmarme tan pronto, pero en un resto de amor propio mi polla volvió a ponerse dura. A mí también me sorprendió pero es que aquello era lo que nunca había ni siquiera soñado, las tres hermanas.
Ahora las tenía en mis manos a mí entera disposición; Gianluca la tenía muy gorda y carnosa, aunque algo flácida todavía, mientras que Milán la tenía más larga, dura y muy mojada ambas buenísimas y con unos gordos testículos en la base. Mientras tanto, ellos tampoco perdieron el tiempo en acabar de dejarme solo en bragas.
Una noche me tocó un reparto en una noche de tormenta por eso me jodió tanto tener que acudir a aquella casa pero esa fue una noche que nunca en la vida podré olvidar. Os cuento, era una noche bastante fea había muchos rayos, truenos, etc. me tocó un reparto en una calle que no conocía lo que me hizo tardar un poco más en mi entrega pero al fin llegué, miré el piso, 4º D.
Se puede decir que soy una mujer viciosa, me encanta navegar por internet, ver todo ese mundo de posibilidades sexuales, tremendas pollas, orgías de ensueño y que hablar de los chats, aunque no muy asidua a ellos, tengo que reconocer que en alguna ocasión he podido contactar con varios hombres que me han dado todo lo que he necesitado.
Después, la coloqué entre las palmas de ambas manos y suavemente se la fui frotando. Aquello parecía encantarle. Me fui acercando aún más y con la lengua saboreé los últimos líquidos que salían de ella, le pasé la lengua por todo el glande recorriéndolo de arriba a abajo hasta llegar a sus huevos que con delicadeza introduje en la boca. Finalmente, muy despacio, recorrí su polla nuevamente hasta que de golpe la introduje toda en mi boca.
Mi hambre de sexo, que en principio debería de estar completamente saciada, crecía por instantes y cada pocos minutos, mi mente comenzaba a imaginarse fantasías de todo tipo, con la peculiaridad que yo podía hacerlas realidad con tan solo pedirlo.
Elisa se levantó y se puso encima mio introduciéndose mi polla en su coño, mamá se separó y busco en un cajón del guardarropa un consolador,luego le lamió el ojete a Elisa y empezó a meterla el consolador por el culo, Elisa gozaba como perra y pedía más entre jadeos. Mama nos animaba diciendo:
En el transcurso de la semana se volvía el ambiente más picante, tanto en su vestir como en su vocabulario, me decía cosas que nunca me había dicho, como que era virgen, que nunca había visto una polla y que estaba algo cachonda pero luego solo se quedaba ahí.
Estaba un poco gordita, aunque conservaba un buen cuerpo. Se quitó el sostén y la bragas. Ante mi aparecieron dos pechos no muy grandes, algo caídos por la edad, con unos pezones enormes y oscuros. Su coño era peludisimo.
Después de un largo rato siendo follada por aquel semental nos fuimos corriendo sobre su cara y ella tragó lo que pudo. El hombre sacó su polla y llenando el pene artificial hasta que reboso, hecho el resto sobre el cuerpo de mi mujer y su coño dejándola bastante mojada.