Una de las amigas de Cristina traía consigo un periódico y se dedicó a hojearlo mientras platicaban de sus cosas, en un momento dado la chica del periódico apenas seguía la conversación de las mujeres, éstas le preguntaron acerca de su distracción, a lo que contestó la aludida que en el diario venían anuncios muy curiosos, "algunos muy atrevidos", dijo, pero ante las bromas de Cristina y de la otra chica, la interesada en los anuncios dejó por la paz las hojas impresas y se metió de lleno a la plática de las mujeres.
Durante años el sexo fue para Leonor algo así como parte de las obligaciones que toda mujer debe tener. Originaria de Oaxaca, como la mayoría de sus coterráneas se había casado muy joven, y junto con su marido llegó a la gran ciudad en busca de nuevos horizontes.
Cuando entraba al baño, dejaba la puerta abierta y en más de una ocasión fue sorprendida espiando a los muchachos cuando iban a hacer sus necesidades fisiológicas.
Involuntariamente estaba convirtiendo su vida en un infierno. Pero no un infierno de lágrimas y dolor, sino en un infierno cuyo mayor castigo era la monotonía. Un infierno gris de paredes de hormigón gris, sin ningún tipo de relieve, en el cual sencillamente no pasaba nada.
Si veo una muchacha que se inclina me acerco a ver si puedo ver parte de sus senos, y ni que hablar si va una mujer en bicicleta o moto, que me pongo delante de ella para tratar de ver su ropa interior.
Por la noche, no podía dormir, pensaba en lo que habíamos hecho, mis pensamientos viajaban de que era algo malo y pecaminoso, hasta el temor de ser descubiertos, y al mismo tiempo imaginaba como volver a hacerlo sin que nadie se enterase, nuevamente llore por lo bajo, eso era algo que no debería repetirse.
No me suele gustar mucho parar a gente extraña y menos a esas horas, pero mi mujer me convenció haciendo alarde de su buen corazón, y detuve nuestro vehículo detrás de la furgoneta.
Fue entonces cuando me dejó boquiabierto, me dijo que siempre le había resultado un hombre muy atractivo, que dentro de un mes ya sería un hombre casado y que antes de que ello ocurriera, quería tener sexo salvaje conmigo.
Porque aunque de cara a la galería, éramos novios, y se suponía que dormíamos juntos en una hermosa cama de matrimonio que tenía en su piso, en la intimidad yo no era más que su puta, su fulana, y sobre todo su esclava, y por tanto me reservaba un cuarto, pequeño y oscuro para que durmiera.
Estas ultimas palabras hicieron eco en su cabeza mientras veía como el dr. Alcocer se incorporaba y se dirigía a él con un gesto de malicia. se coloco delante de él. sin decir una palabra lo tomo por los hombros y lo obligo a ponerse de rodillas, el hombre tomo el zipper de sus pantalones y lo deslizo.
He venido recibiendo muchos mails dándome cuenta de la cantidad de lectores que les gusta mis historias, continuo con ellas debido, principalmente a que deseo contar las cosas satisfactorias que me ocurrieron.
Entendí como de manera muy velada mi mujer me estaba casi pidiendo permiso para ir a encontrarse a solas con él y dejarle hacer lo que quisiera con ella.
Porque su esposo no llegó el día que ella lo esperaba, se convirtio en bailarina y prostituta, después que fue invitada por una amiga a una supuesta despedida de solteras.
Nada que ver con lo que, por voluntad propia es ahora. Un sumiso "cornudo chupaleches", como le llaman mis Amos, obligado a presenciar y colaborar en la degradación y emputecimiento extremo de su esposa, que tiene que suplicar para poder cubrirme alguna vez, y cuando le permiten hacerlo es solo después de que otros hayan descargado sus fluidos sobre esta ramera. Siempre el último, y siempre debe limpiar a la puta con su lengua.
Siempre cortaba cuando la conversación se dirigía hacia el terreno de lo concreto, cuando me pedían una cita, el número de teléfono, la dirección de correo electrónico, pero segura de que había conseguido mi objetivo: convencer a mi interlocutor y, no sólo convencer, sino también asegurarme que excitaba su deseo, y eso tan sólo utilizando la palabra.
Empezó a recibir llamadas y comenzó a quedar con desconocidos que esperaban de ella servicios que ya empezaba a prestar con naturalidad y, sobre todo, con mucho gusto. En pocos meses, sin habérselo planteado, se vio convertida en una prostituta de lujo.
Al pasar cerca de un polígono industrial donde las calles son bastante oscuras y tranquilas, ya antes habíamos estado en ese polígono y ya teníamos un sitio preferido, le pregunte si tenia ganas de jugar un poquito y ella me asintió con una mirada muy morbosa que hizo que me pusiera mas caliente todavía, en ese momento alzo las piernas apoyándolas en el salpicadero y comenzó a quitarse las braguitas tocándose y diciéndome:
La primera con un dedo durante la vuelta de la discoteca al hotel, la segunda con la lengua en el parking del hotel (en el asiento trasero del coche) y la tercera ya en la habitación con mucho sufrimiento pues ya estaba a punto de estallar de lo caliente que estaba y además ella tardó por los dos orgasmos anteriores.
Alrededor de dos años que vengo fantaseando con la idea de ver a mi novia (Brenda) ser cogida por otro hombre y que otro hombre tenga la oportunidad de sentir la profundidad de esa vagina.
Bueno pues sácamela para que veas, claro que yo no era tan confianzudo y pues le dije que el se la sacara, pero el insistía en que yo lo hiciera, y aunque me moría de ganas de hacerlo, pues no lo hice total de que pasaron los días y una noche llega de un partido de basket todo sudado y con una película en la mano
Sentada en su oficina recordaba de manera más clara, como aquellos hombres de negocios parecían no prestarle mucha atención a sus palabras, mientras que todos y cada uno de ellos parecían querer arrancar la ajustada blusa de aquella suculenta y deliciosa criatura de la que se había hecho acompañar.