Con sólo su capullo dentro me era suficiente para tener un orgasmo impresionante mis jugos fluían fuera de mí, podía sentir mis líquidos bajando sobre mi ano, a medida de que José iba introduciendo más y más de su hermosa verga iba yo iba teniendo orgasmo tras orgasmo, no quería detenerlo, pues su tranca se ensanchaba más y más según llegará a la base y apretaba mis adentros, por primera vez sentía mi vagina bien llena y poseída.
Llegó a la dirección que me diste, tocó impaciente a la puerta, y esperó... no tardas mucho, veo en tus ojos que me reconoces perfectamente, y que te gusta lo que ves, me dices, “alma” y con solo esa palabra sellamos nuestro encuentro, me invitas a pasar tomándome de la mano y jalándome hacia adentro
Me puse boca arriba y ella se sentó arriba mío, agarro mi pija que (creo que nunca estuvo tan dura) y ala puso en la entrada de su agujero, se la metí hasta el fondo y se le escapó un grito de dolor impresionante (esa posición es la que más les duele) pero estaba mezclado con placer, en ese momento pare pero ella me dijo que siguiera.
Se acercó a mí y tomando mi cabeza la llevo a su verga para que se la chupara, no me cabe casi nada en la boca, me obliga a tragar mas, siento que mi boca se desencaja tratando de tragarla, logra meterla un poco más allá de su cabeza y se mueve cogiendome la boca, mientras Ignacio no deja de coger fuerte mi culo, gimo ahogada en la enorme verga, estoy así un rato y lo oigo decir, putita ahora es tiempo que tengas esta enorme verga en otro lado.
Mi dedo se desplazaba en su interior con asombrosa facilidad, así que decidí utilizar un segundo dedo, lograrlo fue algo más difícil pero conseguí que se dilatara lo suficiente para conseguirlo, una vez superado esto mis dedos se desplazaban en su interior con suavidad y seguridad, horadando su interior a la vez que mi sexo penetraba su delicada vagina.
En un momento me dijo, ahora te voy a enseñar otra manera de seguir siendo virgen y me volteó boca abajo y del cajón de la mesita de noche sacó una tapita de vaselina, la cual unto en mi ano metiendo su dedo índice para que quedara bien lubricado.
Yo sabía que eso traería complicaciones, pero la quería y eso era lo que importaba, además siempre me quejé de mi ex que era pasiva en las relaciones y era yo el que tenía que insistir para echar un polvo porque a ella no le iba mucho.
La ordene que se quitara la blusa- no sería que la fuera a estropear, pues cara me costo y en bragas- bueno, más bien en medio tanga, pues ambos cachetes de su trasero estaban casi al aire- y sujetador blanco, se quedó.
Mi hermano como pudo se la paro y comenzó a masturbarse, en ese momento por cortesía de la borrachera y la calentura que tenia le agarre la verga a Lalo (mi cuñado) él comenzó a masajear mis tetas que son pequeñas como ya dije , de repente sentí una verga en mi cachete, cuando gire un poco la cabeza me encontré enfrente de mi boca, la verga de mi hermano Rafa.
Su quejido me excitó aún más, con lo que empuje hasta sentir la mitad del pene dentro, dios mío creía estar soñando, pero mi sorpresa fue aún mayor cuando Isabel levantó el culo para acabar de introducir todo el pene dentro de su culo.
La acosté boca arriba y comencé a lamerle la chucha que se encontraba mojadita y me comí su ano a lengüetazos, penetrándola luego por ahí mientras ella se metía sus dedos a la boca y se los chupaba.
Me puso en cuatro, me dilató el ano con su lengua y creo que hasta la metió unos centímetros... me dejó listo para el ataque y éste fue delicioso.... 20 centímetros de verga en mi intestino me hicieron gozar.... apenas dos o tres movimientos y me vacié.
A lo que yo dije, sí cógeme hazme todo tuyo, y Javier me dijo será un placer chiquillo, y me puso boca abajo en la cama y con su lengua partiendo de mi nuca recorrió centímetro a centímetro mi cuerpo, hasta que llegó a mis pies y luego subió y con sus manos separó mis nalgas y su lengua acariciaba y penetraba mi ano
En la oficina me encontré a Enrique, me invitó a comer y le dije que estábamos los dos en México en un viaje de dos días, charlamos un buen rato y después de la comida me dio un aventón al hotel, pero antes de llegar nos paramos en un bar a media de nuestro hotel.
El dormía en la cama de arriba de la mía así que cuando fue a subir tardó un poco más de lo normal dejando su pene a pocos centímetros de mi cara y yo sabiendo que el no podía verme abrí los ojos y mire bien, hasta pude sentir su aroma.
Mi papá me llevó al baño como si nos fuéramos a bañar, nos desnudamos, y el ritual de siempre, yo arrodillarme y a chuparle la verga, pero en esa ocasión estaba yo desesperado por sentirme completamente penetrado por mi papá, sacó un frasco de no sé que, se embarra los dedos y comienza a pasarlo por mi culito
Extrañamente como luego me explico, no sentí mucho dolor cuando me metió la punta. Hizo otro esfuerzo y metió un poco más; ahí sí sentí un poco de dolor, pero nada terrible; el fastidio era superado con creces por el placer que sentía.
La tomaron de vuelta y la sentaron en la silla, y de repente la empezaron entre los cinco a orinarla, ella abría la boca y recibía descargas de orín, yo estaba impresionada de lo que veía, después la abrieron de piernas y la pusieron a orinar, a mi mama hasta le brillaban los ojos al ver esto.
Sonia actualmente cuenta con 30 años, es mi esposa desde hace 5 años, tiempo en el que por la intensa vida sexual que llevamos, así como por la madurez que como mujer ha ido adquiriendo, cada día que pasa me gusta más.
Me llevó a comer a un restaurante próximo y luego fuimos a la piscina de su casa , era un día de sol y nos apetecía ir ligeros de ropa, me puse un bikini de dos piezas de su hija un par de tallas menor que la mía, parecía una puta de esas de barra y la verdad es que al verme se quedó bastante complacido
Ya estábamos todos muy cachondos, y Vanessa sugirió cambiar las tornas, y antepuso que así estarían mas mojaditas para poder hacer con ellas lo que quisiéramos, a lo cual accedimos todos.
Recorría todo el falo con su lengua, como si estuviese reconociendo el camino, sorbiendo de vez en cuando el glande. Mientras una de sus manos sujetaba la polla de Guillermo, la otra acariciaba con dulzura sus huevos, provocando que la verga se enardeciese aún más, si ello era posible, pegando pequeños saltos.
No se notaban demasiado las de coca-cola, pero al servirme el pescado que yo había pedido de segundo, el camarero me arrimó en exceso la bandeja, y dejó un gran rastro de grasa en la pechera.
Mi pene estaba en toda su longitud entre sus piernas mientras mi esposa, mi hija y mi hermana reían y gritaban por los avances en su juego, mientras nosotros dábamos vueltas de vez en cuando para disimular que estábamos bailando.
Al llegar a mi casa, note algo de olor a cigarrillos, lo cual dije que mi prima había tenido visitas, pero como soy muy respetuosa no quise hacer ruido para que ella no se despertara por que era algo tarde, pero de momento oí un ruido extraño en su recamara y sin el más mínimo ruido me acerque.
Arqueó ligeramente su cuerpo, y clavó su miembro en la vagina de Lucía, quien en ese momento dejó de mirarme, cerró los ojos y pasando ambos brazos detrás de la cabeza del rubio, enroscó ambas piernas en la cadera masculina y se entregó por completo a la verga que entraba y salía, haciéndola gemir de placer.
Le hago un pequeño pase de baile, que me agradece con una sonrisa y un saludo. Se que hoy se volverá a pajear pensando en mí, algún día lo meteré en mi cama, pero hoy no. Hoy estoy reservada.