Hasta llegar al área cercana de sus rosados pezones donde no se detuvieron si no que llegaron hasta el punto donde volvían a desparecer bajo el encaje., para volver lentamente sobre su camino bordeando la áspera tela de las costuras., rozándola nuevamente con las yemas de sus dedos para ocasionar que de inevitable manera, los pequeños capullos comenzaran a surgir al contraerse la piel de circundante de sus pezones.
No pude hacer otra cosa que gemir por la excitación de poderla observar desnuda en todo su esplendor, la mire caminar meneando su cadera, sobando su hermoso falo semi erecto acercándose a mí poco a poco, parecía como una ninfa salida de la mitología mientras yo permanecía hincada en el sillón con la falda arremolinada en mi cintura, sobándome la entrepierna y mi rostro enrojecido por la lujuria.
Después de que bajamos del autobús nos dirigimos a la fuente de sodas ahí me senté cerca de ella y le empecé a platicar como me folle a mi primera chava de cómo es un beso y cosas así mi plan funcionó a la perfección ya que ella se había excitado y además hasta la hora de entrada se le olvido. ya que note que estaba excitada le empecé acariciar las piernas ella se resistió discretamente pero en mi segundo intento se dejo mi mano subía por sus piernas y de un solo movimiento llego a su conchita la cual ya estaba derramando jugos a lo cabrón
Pero Sonia permanecía con los ojos cerrados y frotando su raja, apretando los dientes mientras el caluroso roce de la ropa interior la encendía más y más hasta llegar irremediablemente a un delicioso orgasmo, que apagó entre pequeños gemidos. Según recuperaba la respiración contenida, jadeando silenciosamente, abría los ojos, sin apenas darse cuenta de que aquel miembro de goma le miraba directamente a la cara situado en el valle que formaban sus tetas.
Como tuve un día complicado olvide que a las 18:30hs. Había quedado con una amiga para tomar unos mates en casa, ella era de bajo perfil muy tranquila y a simple vista una chica del montón. A la hora acordada ella llego, me sorprendía ya que no la esperaba, y baje a abrirle la puerta.
Llegue a espiarla cuando se duchaba, verla toda desnuda recorriendo su cuerpo con el jabón, fregándose las tetas, ver sus pezones de color marrón claro, su concha con poco pelo que casi se podía ver su raya, y su culo redondo hacia que me pajeara hasta quedar seco.
Luego apoyé esa mano en su espalda y, con un empujón mi polla comenzó a penetrarla. Se quedó quieta y dejo de suplicar, mi polla continuó entrando, hasta que con otro empujón se la metí entera. Puso los ojos en blanco y comenzó a moverse lentamente.
Saqué mis libros y los puse sobre la mesa, la mire y ella me miraba de vez en cuando sonriéndome, la verdad es que era preciosa, perdonad pero aun no os la he descrito físicamente, tenia el pelo negro largo y algo ondulado, ojos castaños, bastante grandes, su figura estaba muy bien cuidada para sus 37 años, la verdad es que estaba muy buena, unos pechos impresionantes, bastante paraditos para su edad, una cintura estrecha, y una cintura y un culo bien puestos.
No te he esperado dentro porque el dependiente se ha puesto algo impertinente, y me ha dicho que si no me habías dejado satisfecha, el podía ayudarme. Pero has comprado algo, pregunté, algo, contestó ella.
Yo estaba encantado, cuanto más tiempo pasase con él, mejor. Estuvimos charlando como una hora y necesitaba mirarle el paquete que había sobado por eso fingí que se me caía el tabaco al suelo y contemplé la dimensión que tenía su polla... marcaba un rabo gordo, al menos el pantalón le hacía mucho bulto...
Siempre estoy deseando que me torture ella. La idea del amo es una orgía, con juegos sado incluidos, zoofilia y lluvia dorada que tendrá como condición el que todos los hombres eyaculen dentro de mi ano. Esther, mi hija, como reverso del uso de su vagina, no tendrá derecho a semen por ningún agujero.
Recordaba como estando ella hecha un manojo de nervios debido a su nueva y más reciente infidelidad contra su marido, se molestó en el momento en que de aquella manera tan burda se le insinuara al oído.... “ Pues usted dirá señorito, de a como no o donde nos vamos a ver para que le ayude con esos permisos que quiere su jefe, ya sabe usted Reinita, si quiere la veo mas tarde y le acepto hasta cuerpomatic o lo que usted quiera”
Muchas veces les he escrito confesiones y creo que lo hago para liberarme de la carga que me entregan y tengo que decirles que en parte he sacado al viento propias bastante pesadas.
Me llamo Helena y tengo 21 años, soy rubia (de bote), tengo los ojos verdes y unas medidas que para nada resultan espectaculares, soy gordita, bueno mas bien gorda, pero eso no es ningún problema, porque tengo una buena personalidad y no digo que me los lleve a todos de calle.
La perra me observaba por uno de sus costados esperando a que la penetrara, como si supiera lo que iba a suceder, al ponerle mi pene en su rajita se quedo quieta pero no lograba penetrarle por mas que empujaba no lo lograba y de tanto intentarlo ya que no estaba dispuesto a renunciar a tal experiencia, de tanto piquete creo que la excitación de la perra hizo que dilatara su vagina
Yo cerraba los ojos y gemía de excitado y caliente que estaba. El cuerpo me ardía y moría porque me hiciera suyo de nuevo. Quería que el quiosquero me poseyera de nuevo y me ensartara su tranca, dejándome bien empalado en ella.
No podía creer que estaba magreando el delicioso culito de mi hermana, ella estaba con su shorts de lycra y tanto su almejita como su trasero se delineaban muy bien, levanté la banda elástica de la prenda y metí mis manos para sentir su suave piel, Yasna se separó de mis labios con ojos vidriosos, estaba excitada – soy virgen – me dijo manteniendo sus ojos en los míos, no sé si me pedía que hiciera algo al respecto o me estaba implorando de que la dejara ir
Su verga luciente y mojada golpeaba mis muslos, luego mis nalgas, con mi mano acompañé su pene a mi vagina y eso fue el inicio de un bombeo continuo y frenético, me tiraba sobre su verga y jadeaba como desesperado, daba hasta una especie de pequeños ladridos de goce
De un tirón me acostó y se puso entre mis piernas que abrió con sus manos. Besó mis piernas hasta llegar a mi clítoris que lamió de forma maravillosa. Me preguntó si era virgen y le dije que si, entonces metió primero un dedo y luego dos sin dejar de chuparla. Ese fue mi primer orgasmo, me retorcí de placer.
En esa ocasión me dijo mi novio, que te parece si vamos al cine a ver una película porno, al principio me dio un poco de temor por que si alguien nos viera, se me caería la cara de vergüenza, pero después de todo, como ya me había tomado unas cervezas en la comida, me relajé y le dije que aceptaba.
En una ocasión me paré para ir al baño, y ella aprovechó la oportunidad para tocarme el culo. Yo seguí hacia el baño, y al volver M.A. me dijo que Estela quería guerra conmigo. Yo no sabía si ella le habría dicho de lo nuestro, pero me senté a su lado y comencé a besarla.
Nada más ver las 2 primeras revistas, los ojos se me fueron a una de ellas, era una pequeña revista y en la portada ya se veía a 3 asiáticos desnudos manteniendo sexo, uno estaba dándole por el culo a un jovencito asiático, y el otro le estaba comiendo la polla mientras el otro le daba por el culo. Dios, aquella visión ya me puso bien palote, sujeté la revista con mis manos, y empecé a ojearla.
Cuando pase de regreso de la cocina a mi cuarto, Eric se había quitado la camisa dejando a la vista un pecho precioso con unas tetillas paraditas y unos cuantos vellos alrededor de estas. Había puesto su camisa sobre el sofá. Estuve tentado a tirarme encima de el, pero me contuve, no estaba seguro que el sintiera lo mismo por mi.
Me levanté de mi cama, fui a la cocina, abrí la heladera, tomé una botellita de agua mineral y me acerqué a la ventana, se sentía un exquisito aroma a tierra mojada y estallo la lluvia, aquello calmaba mis ánimos tan exaltados, sentí la necesidad de salir a tomar aire fresco, cuando abrí la puerta todo ese aroma me inundó y me sentía extasiada.
Este amigo tenía una hermana que se llamada Loli (aunque en el instituto todos mis amigos la llamábamos Gustava, por motivos obvios) que era una morenita preciosa, no tenía unas tetas tremendas, ni nada que la hiciera sobresalir de las demás, pero en conjunto era muy atractiva, con una naricita respingona que me volvía loco, además de ser muy simpática.
A lo cual antes de mi respuesta sentía su aliento en mi mejilla derecha y ya no pude conversar, me sentía excitado mi verga se empezó a endurecer y a notarse através de mi pantalón, la verdad no se si ella lo noto pero pareció no importarle y me seguía preguntando cosas triviales y yo ya solo respondía lo necesario en un momento terminé mi bebida y coloque mis manos en el volante para tratar de que ella quitara su cara de mi hombro
Se retorcía y gemía, levanté la vista y noté que ya no se tocaba los pezones, ahora se tocaba los cabellos. Su cuerpo, así alargado, aparecía bellísimo ante mi vista. Me excité más y aceleré el ritmo de la mamada. Apreté sus nalgas y la oí gemir de una manera especial, ni siquiera había gritado tanto cuando le metí el consolador por atrás.
A partir del siguiente lunes cuando veía algún grupo cuchicheando., de inmediato se tensaba al pensar que pudieran estar hablando de ella, preguntándose si acaso podría alguien ya haberse enterado de lo suyo con el Sr. Hernández y haberla encasillado dentro de aquel grupo de “mujeres fáciles para consumo de los jefes y clientes distinguidos”.
Planteado el problema a Harry, aceptó las condiciones y así yo me convertí en su amante equiparada en derechos a él, Luz sería nuestra puta financiadora ejerciente en un burdel de sanidad garantizada y mamá sería nuestra esclava con empleo a capricho o necesidad. Los cuatro elaboramos y firmamos un contrato para sellar el acuerdo.