Es una cachonda y me calienta, pero solo quiere follar a la manera tradicional, se excita mucho pensando en que vamos a jugar pero a la hora de la verdad no se atreve.
Empezó a acariciarla en redondo, arriba y abajo, con las dos manos, moviendo suavemente sus dedos bajándome la piel del capullo y dejando el glande a la vista, gordo y rosado, con una gotita de liquido preseminal en la punta.
Yo al ver esto no pude más y no pude evitar correrme como un loco, agarrándole las caderas a mi novia, mientras esta al notarlo empezó a menearlas frenéticamente con movimientos circulares diciendo: ¿Qué haces cabrón? no te corras, no me dejes así.
Yo estaba destrozado, las piernas me temblaban no tenia fuerzas para nada me recosté sobre la cama y cuando estaba quedándome dormido entro mi tía completamente desnuda y diciéndome "toma tu premio" me tiro unas bragas que al cogerlas vi que estaban completamente empapadas, eran las bragas de su corrida las puse sobre la almohada y me dormí con el olor de los jugos vaginales de mi amada tía.
Cuando le vi salí de la clase, esperé unos segundos y entré detrás de él sin que me viera. Él se bajó la cremallera (todavía sin verme) y se puso a mear en el urinario de la pared. Yo aproveché para mear en el de al lado, y así ver la polla que tanto había ansiado durante esas semanas.
Me lanzaron sobre el suelo y comenzaron a acariciar mi cuerpo con sus manos, sus bocas recorrían mi piel, besando y acariciando mi cuello, mis pezones, mis caderas, besándome cerca del pene, los muslos. Rápidamente mi sexo comenzó a endurecerse, sabían perfectamente como acariciar a un hombre, que hacer para recuperarlo después de una buena corrida.
¿Cómo le quedan? En ese momento abrí la cortina. Póngase aquí que hay mas luz. "De cintura le quedan bien pero tal vez una talla mas", y llevando su mano al lado de mi paquete me dijo: "fíjese por aquí le tiran un poco" y cogiendo un poco de tela con dos dedos pero apoyando su mano en mi bulto dijo: "la pinza le queda un poco abierta", "póngase la talla 46", y volvió a correr la cortina, dejándola otra vez entreabierta.
Yo mientras tanto, estaba besando y lamiendo sus pechos, dedicándole especial atención a sus pezones que estaban completamente erizados, mientras con las manos ya había accedido a su coño y comenzaba a acariciar un sexo que se encontraba totalmente empapado. Con el dedo anular localicé el clítoris y una vez hallado empecé una suave caricia mediante movimientos circulares que hizo que se arqueara y gimiera de forma maravillosa.
Me llamo Karina, tengo 32 años, soy divorciada desde hace 4 años y tengo una hija de esa misma edad; la causa del divorcio con mi ex marido fue que me embarace y el no quería tener hijos aun, pero bueno, así pasan las cosas; el caso es, que desde que me divorcie no he tenido sexo con ningún otro hombre, primero por cuidar a la niña y después por un poco de miedo, a lo mas que he llegado es a masturbarme, pero la verdad muy pocas veces porque soy católica y siento remordimiento.
Hoy mi marido, en la barca, ha comenzado a meterme mano en mi coño, primero un dedo, después dos, y al final casi toda la mano. He comenzado a convulsionarme de placer mientras le pedía que se quitase el bañador. Ya desnudos los dos me he puesto a mamarle su polla mientras él seguía con sus dedos en mi clítoris.
A mi la verdad, no me hacía mucha gracia ponerme a ver pelis porno con el tute del día anterior, pero como ya he dicho para que no se mosqueara, y teniendo en cuenta que por la noche venía su padre y no podríamos verlas, le deje ponerlas.
En esa postura comencé a cabalgar loca de deseo hasta que volví a correrme, entonces mi marido en esa misma postura comenzó a meter y sacar su polla con brío hasta que se corrió.
Una pareja se mete en un descampado y en pleno acto son 'secuestrados' y ella es violada delante de él. Luego a él le queda la duda de si ella disfruto.
La conversación, como es obvio, se fue calentando, comenzaron a hablar de los chicos con los que habían estado y lo ingenuas que eran. Yo aprovechaba cualquier comentario para indagar mas y crear un estado de buen rollo y confianza.
Cuando se giraba y escribía en la pizarra todos mirábamos su pedazo de culo y decíamos cosas en voz alta para que se diera por aludida, pero ella se hacía la despistada y no decía nada. Un día yo le dije a un compañero que se estaba poniendo como los quicos ya que se sentó en la primera fila que está a menos de un metro de la pizarra.
Cuando me dio la mano y me dijo "vamos a bailar" yo le dije que si, pero me dio la impresión que habría sido inútil decir que no, puesto que el ya me arrastraba hacia la pista. Nos pusimos a bailar en un rincón de la pista, estaba llena, ya dije antes que era una disco pequeña, así que estábamos bailando bastante cerca el uno del otro.
Los dos tíos se guardaron sus pollas y se fueron y yo me quede un par de segundos sin reaccionar, de rodillas en el suelo de los lavabos con los pantalones bajados y el culo súper abierto por la follada y la cara llena de semen de dos tíos, y otro tío que me estaba mirando con la polla en la mano y que se había corrido mirando como me follaban.
Estás más cachondo que un perro en celo. Venga, lame todo, perrito." Y se rió sonoramente a la vez que me propinaba una buena patada en el culo. Cuando le pareció oportuno me retiró cogiéndome de los pelos de nuevo y me condujo hasta el lateral de la cama y me dijo que me quedara ahí abajo a cuatro patas.
Entonces me dijo que hiciéramos abdominales, que empezaba él. Se estiró en el suelo y yo me agaché para sujetarle los pies. Al tener las piernas dobladas y mover su cuerpo el pantalón se le fue deslizando poco a poco hacia abajo y pude ver que no llevaba calzoncillos.
El otro día al llegar a casa me encontré a Sandra, la amiga de mi hermana, en el comedor. Esta tiene 18 añitos recién cumplidos, es un bomboncito listo para comer. Un culito respingón, cuerpo estilizado, unos pechos redonditos y puntiagudos. La verdad es que cuando venía a nuestra piscina a bañarse y la veía en bikini me ponía a cien.
Me dio unas cuantas embestidas hasta que yo me corrí, luego se echo el en la cama y yo me puse a cabalgar encima de él, volví a correrme, entonces él me puso de rodillas en el suelo y él de pie, y poniendo su polla cerca de mi cara se corrió en ella.
La velada era de lo mas excitante, estábamos en pleno faje; yo le abrí su blusa y bajando un poco el sostén empecé a chupar su erectos pezones; ella me empezó a acariciar mi polla por sobre el pantalón, vaya que los polvos ya habían hecho efecto, porque mi polla estaba tan dura que me dolía y ella estaba tan mojada, que su aroma impregnaba toda la habitación; ya no había marcha atrás, ella saco como pudo del pantalón y del bóxer mi polla y la tomo con ambas manos iniciando una paja riquísima