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Un Intercambio que necesitaba

Un Intercambio que necesitaba

Llevamos casi dos años juntos, el primer año fue un noviazgo arrebatador, con muchísima pasión, la verdad es que aprovechábamos cualquier momento y escusa para follar.

Nos íbamos de fin de semana y no salíamos del hotel, cuando salíamos de marcha follábamos en el coche, y ya no sólo era una cuestión de meterla, realmente hacíamos el amor, nos dedicábamos todo el tiempo del mundo.

El segundo año decidimos irnos a vivir juntos, poder emanciparnos de los padres y vivir una vida en común nos hacía muchísima ilusión.

La verdad es que al principio fue genial, era como estar de colonias todos los días, y por supuesto nuestra actividad sexual era muy buena, disfrutábamos los dos como nunca.

Incluso había descubierto que tenía sensibilidad en lugares que ni hubiera sospechado.

Pero creo que el hecho de pasar tanto tiempo juntos y de poder follar a nuestras anchas se convirtió en un arma de doble filo. Yo pese a estar totalmente satisfecho me masturbaba, y no comprendía porque.

Claro evidentemente yo no comentaba nada a Eva(mi novia), por temor a represalias o quizá temor a crear un conflicto conyugal que ni yo mismo entendía.

La cuestión es que dejé pasar el tiempo, no le di mucha más importancia hasta que un día navegando por Internet descubrí una pagina web donde la gente escribía relatos eróticos.

Al principio no hice caso, pero conforme iba leyendo me di cuenta de que me gustaban muchísimo y que no era algo sucio o pornográfico, no no, eran historias reales o no, que tenían un contenido erótico que me hacían ponerme cachondo, cosa que es curiosa.

No era una cuestión de imágenes o videos, no, era texto que contenía un relato que era capaz de activar la imaginación y fantasía en una persona.

Me quedaba horas y horas leyendo relatos, y cada vez me gustaban más, algunos los copiaba en mi ordenador y luego me masturbaba mientras los leía. Era increíble.

Lo que más me gustaban eran los de intercambio de pareja, ya solo el hecho de pensarlo me hacia que mi mente lo rechazara, pero creo que ese rechazo de mi educación frente al morbo, era lo que me hacía disfrutar.

Cuando leía los relatos disfrutaba, pero cuando pensaba en la posibilidad de llevarlos a cabo lo pasaba mal, primero porque no sé si yo estaría dispuesto a compartir a mi amor y porque estaba convencido de que Eva jamás accedería a compartirme a mí. Y además creía que el hecho de pedírselo ya sería motivo suficiente para que me dejara, o algo así.

Quién diga que en la pareja lo más importante es la sinceridad se equivoca, estoy convencido de que si una pareja realmente sin tapujos contara todo lo que le pasa por la cabeza en todo momento, tardaría dos o tres días en pelearse.

Pero aun así me dispuse a organizar un encuentro, y como mi egoísmo me posee, la idea era invitar a cenar a una amiga de la infancia de Eva. En un principio mi intención no era ni más ni menos que cenar amigablemente los tres juntos, pero poco a poco fui tanteando la situación…..

Era sábado, habíamos quedado a eso de las nueve y media de la noche, la idea era hacer un picoteo de embutido para empezar y luego algo de carne a la brasa. Mi novia y yo habíamos preparado la mesa, nos habíamos duchado, en fin, era una cena informal pero siempre te gusta dar buena impresión cuando hay visita.

Marta, que así de llama la amiga de mi novia, se encargaría de traer el vino y el postre. La verdad que Marta es una chica guapa, mas que guapa es atractiva, tiene una constitución normal pero se hace muy atractiva al hablar y caminar. Además, sin ser explosiva, tiene un cuerpecito muy bien hecho.

Mi novia también es muy guapa, pequeñita, un culo precioso, extremadamente extrovertida y divertida.

Por fin llegó Marta a casa, nos dimos los besos de rigor y yo como un caballero recogí su abrigo mientras le ayudaba con las bolsas. Eva y Marta se sentaron en el sofá, y empezaron a hablar de todo lo que había pasado desde la última vez que se vieron, mientras yo, iba sirviendo los platos y las bebidas.

La cena fue muy distendida y divertida. Al principio empezamos hablando del trabajo de lo cabrones que eran los jefes de lo mal que pagan las empresas. Luego ellas hablaban de las típicas historietas de cuando estudiaban juntas, los romances de adolescencia. Mientras, yo escuchaba y me aseguraba que las copas siempre estuvieran llenas de vino.

Son increíble los efectos del alcohol en las personas, crean un estado de felicidad artificial, que es maravilloso, y te hacen dejarte llevar sin dar demasiada importancia a las cosas.

La conversación, como es obvio, se fue calentando, comenzaron a hablar de los chicos con los que habían estado y lo ingenuas que eran. Yo aprovechaba cualquier comentario para indagar mas y crear un estado de buen rollo y confianza.

Después de los postres, me levante y pregunte a las chicas que es lo que querían de copas, y me puse a servirlas. Causa directa de esto, las risas y los comentarios salidos de tono iban aumentando.

Aproveche el buen ambiente que se respiraba para poner un poco de música de fondo, y las animaba a que bailaran, aparté la mesa, me senté con un cubata en el sofá y mientras ellas bailaban y reían en el centro del salón, yo saboreaba mi bebida.

No hacía más que mirarlas, veía sus cuerpos moverse y me ponía cachondo. De vez en cuando mi novia me sonreía y me enviaba un beso. Y no paraba de decirles… Guapas¡¡ Ellas sonreían y seguían bailando.

Entre canción y canción mi novia aprovechaba para acercarse a mí y darme un beso y Marta aprovechaba para beber un poco.

Conforme pasaban las canciones notaba que los besos de mi novia cada vez eran más intensos y profundos.

Al principio no le di importancia, pero luego noté que ella estaba cachondísima porque aparte de besarme aprovechaba para pasarme la mano por el paquete.

Yo estaba con la polla durísima y claro ella lo notaba, pero aunque mi intención era invitar a Marta a que participara, cada vez lo veía mas complicado y no hacia mas que pensar que estaría mal, que mi novia me tomaría por un vicioso. Bla bla bla..

Mi novia se sentó a mi lado y me empezó a besar profundamente intercambiando nuestras lenguas y acariciándome el paquete, y me susurraba al oído comentarios picantes del tipo: Que polla más dura que tienes cabrón… Té la comía aquí mismo.¡¡

Claro yo, estaba super caliente pero un poco retraído por la situación, yo lo que realmente quería era follarme a las dos.

Entonces pasó algo que fue el detonante… Mientras me besaba yo miraba de reojo a Marta y en una de las veces mi novia me pilló, yo me di cuenta e inmediatamente cerré los ojos, pero claro ella lo notó.

Y ante mi sorpresa, Eva me preguntó al oído…. Te gusta mi amiga?

Esa pregunta fue como si un cubito de hielo me recorriera rápidamente la espalda, no sabia que contestar.. …bueno si sabía lo que quería, pero no sabía lo quería oír mi novia.

Pero como dicen que se pilla antes a un cojo que a un mentiroso, conteste con voz temblorosa…. Sí.

Fueron décimas de segundo en las cuales me pasaron multitud de ideas y posibles reacciones. Lo primero que pensé fue en que me mandaría a la mierda, lo segundo, si acepta ella no signifique que Marta se quiera unir…. Luego temores….ahora mi novia se pensara que ya no me gusta etc.

Pero sorprendentemente ella me contestó…. Espera aquí cariño que voy a hablar con ella.

Y no sé lo que le dijo ni me importa, pero la cuestión es que al poco rato se acercaron las dos hacia a mí con una sonrisa de complicidad y se sentaron en el sofá, yo en medio de ellas. Yo alucinaba.

Mi novia empezó a besarme el cuello, a acariciarme la espalda, y de repente note que Marta hacia lo mismo.

No me lo podía creer, tenía a dos mujeres besándome y magreándome, yo no sabía que hacer porque aun teniendo esa prueba evidente de participación, siempre tienes dudas.

Pero opte por relajarme y dejarme llevar, no iba a perder el tiempo intentando comprender la situación. Ellas me tocaban el paquete, Marta me besaba en el cuello y Eva en la boca, yo estaba que me salía de gusto. Mi novia me desabrocho el pantalón y saco mi polla dura y me dijo que si quería que Marta me la chupara, yo tardé décimas en decir que sí. Entonces Marta se arrodillo frente a mí y mientras me quitaba el pantalón y los slip, movía de arriba a abajo mi polla muy despacio.

Mi novia seguía besándome en la boca y yo notaba como su respiración iba aumentando. Parece que a ella también le excitaba esta situación nueva.

Marta tardó poco en comenzar a chuparme la polla y la verdad es que lo hacia muy bien, despacio, con suavidad, recorriendo toda la superficie que podía, y masajeándome los huevos, yo estaba cachondo y con las pulsaciones a mil. Marta incrementaba el ritmo de sus chupadas y acompañaba con la mano el ritmo.

Mientras, mi novia se fue quitando la ropa; primero el pantalón, luego la camiseta, luego el sujetado y por fin las braguitas, comencé a acariciarle las nalgas, los pechos y ella empezada a gemir de placer.

Marta al verlo me acercó su cara y nos dimos un beso tremendo, metiéndonos la legua, y yo le correspondí acariciándole por encima de la ropa sus pechos que eran algo más grandes que los de mi novia.

Que sensación, poder tocar unos pechos, mientras te están chupando la polla y besando.

Yo estaba excitadísimo y con la polla que parecía un mástil impregnado de saliva. Eva estaba también excitadísima y no pudo aguantar más y le dijo a Marta que ahora era su turno que mientras me follaba se fuera desnudando. Era increíble, ver a mi novia dirigiendo una orgía.

Entonces Marta se levantó y apartándose de mí se empezó a desnudar suavemente, yo seguía sentado en el sofá y mi novia se puso encima de mí, me quito la camiseta y mientras me besaba se introdujo mi polla dentro, de un solo movimiento, no hay que decir que la excitación que tenía mi novia era más que suficiente para justificar lo lubricada que estaba.

Yo no podía más, y tuve que gritar de gusto, le cogí con las dos manos el culo y empecé a acompañar el movimiento de penetración, ella sentada encima de mí, cabalgaba, gritando: cabrón fóllame, fóllame, así, así. Yo le chupaba los pezones y nos besábamos, ella después de unos instantes se corrió.

Yo estaba a punto de correrme, pero quería correrme con Marta, mi novia se aparto y se puso a descansar en el sofá.

Mientras Marta que había visto toda la escena se estaba masturbando de pie, yo me levante y me acerqué a ella, nos abrazamos y empezamos a besarnos de forma lasciva, tocándonos el culo, yo aprovechaba para sobarle las tetas. Le cogí de la mano y le dije que se tumbara encima de la alfombra, cosa que hizo sin titubear, le separe las piernas y empecé a comerle el coño, ella se retorcía de placer y me calentaba más, ella me suplicaba que la follara que quería notar mi polla dentro de ella.

Me puse a su altura y con mucho cuidado, le metí la punta y al ver que ella me abrazaba, decidí metérsela de un golpe.

Que placer dios, notar un coñito tan caliente, con matices diferentes, era más estrechito que el de mi novia y yo recibía más presión lo cual hacía que disfrutara como un loco.

Empecé a penetrarla, al principio lentamente y haciendo movimientos circulares, pero después era un mete saca continuo, los dos gritábamos de placer.

A los cinco minutos ella tuvo su primer orgasmo, fue tan fuerte que apretó sus uñas sobre mi espalda.

Mi novia estaba sentada en el sofá viendo el espectáculo y se masturbaba, yo le pedí a Marta que se pusiera a cuatro patas delante de mi novia y que le comiera el coño, de esta forma yo podía penetrarla al estilo perrito.

Que placer, la estampa era preciosa, mi novia disfrutaba por la comida que le estaba haciendo su amiga y yo penetraba como un perro en celo a Marta, miraba a mi novia que justo la tenia enfrente y nos sonreíamos y le decía que la quería muchísimo.

Mi novia tuvo un orgasmo y a los pocos segundo Marta tuvo otro, ahora solo faltaba yo.

Mi novia mirándome me gritaba: Córrete, córrete cariño dentro de mi amiga, córrete ahora solo faltas tú. Y yo entre el estado de excitación y las palabras de mi novia, tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida, inundé todo el coño de Marta.

Cuando saque la polla, aun tenía restos de semen y flujo y marta no dudo en limpiármelos con su boca.

Seguidamente los tres nos fundimos en un abrazo y nos quedamos dormidos en el sofá.

Fue fantástico.

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