Regresamos después de la una. Tras cenar, habíamos paseado por la playa en penumbra, a la que apenas llegaba la iluminación del paseo marítimo, dejando que el agua tibia del mar acariciara nuestros pies. Habíamos estado hablando de mil cosas toda la noche; verdaderamente, Eva e Liliana estaban muy compenetradas, pero yo no me sentí excluido en ningún momento.
Después le saque las bragas y tras colocar un trapo la senté sobre la mesa de la cocina y empecé a comerme su clítoris, mientras recorría con mi lengua su clítoris introduje un dedo dentro de su deliciosa vagina tras lo cual, entre gemidos y gritos de placer se corrió inundando mi boca con el dulce sabor de sus fluidos vaginales, sin detenerme seguí con mi tarea bucal y caricias, tras lo cual comencé a meter un segundo dedo, luego otro y en eso sonó su celular.
Las esclavas esposaron mis extremidades a una cruz en forma de aspas que se encontraba plantada en el centro de la habitación sobre una tarima; pasaron una soga por mi cintura de forma que mis caderas quedaran inmovilizadas sobre el madero y mis genitales sobresalieran generosamente expuestos a una altura de metro y medio del suelo.
Desde ese día y a lo largo de varios meses, sus miradas se hacían más penetrantes, además noté que se acercaba más su cuerpo a mí, su cara se acercaba más a la mía y miraba mis labios cuando le hablaba... ya que su estatura es casi la misma que la mía... sentía su aliento cada vez que me hablaba, era exquisito sentir ese olor a macho, caliente.... ahhhh, pajas y más pajas... todo hasta la semana pasada....
Pues como a las dos hora llegue al bar y me dirigí con él, estuvimos platicando, casi 15 minutos antes de salir el me invito una bebida llamada Kalua, la cual el había conocido porque yo se la había invitado anteriormente, pues en fin se terminó su turno y me dijo que acabase mi bebida de un jalón porque nos teníamos que ir y no podía sacar el vaso del establecimiento.
Todo comenzó cuando yo acababa de tomar un nuevo puesto en la empresa y las cosas no estaban saliendo tan bien como yo quería y traía una tensión acumulada que me estaba generando un fuerte dolor muscular a la altura de los hombros. Ese día después del turno de trabajo llego a mi oficina decidida a quitarme esa molestia en los músculos, me dijo que me sentara de espaldas a ella y comenzó la sublime labor.
Mi deseo de las pantimedias sobrepasó el pudor y comencé a platicar con ella, no podía evitar ver sus piernas, ella lo notaba y no hacía nada por evitar que lo hiciera, así comenzaron los pequeños jugueteos, pasando por "accidente" mi mano por sus piernas y todo parecía que a ella le gustaba tanto como a mí, después de un par de horas hubo un descanso en el curso, entonces nos paramos, no había notado sus hermosos tacones que traía puestos, que le hacían lucir unas piernas como nunca había visto yo antes un par.
En un momento de pasión, me puso debajo y se tumbó encima de mí... Comenzó a morderme los pezones, y empezó a bajar... (Siiii! Siii! Pensaba yo... Ves hacia ahí!!) Y claro, llegó a mi pene y comenzó con lentos besitos donde rozaba con su lengua mi glande... Estaba en la gloria... Seguía chupándomela y se la metió de pronto toda en la boca. Era una PUTA experta... En dos o tres mamadas estaba ya a punto de correrme...
Mi semen sale a borbotones llenándote y tú dejas caer tu cuerpo sobre el mío, acariciándote el clítoris y estallando en un orgasmo que empieza cuando el mío está acabando. Quedamos los dos quietos, abrazados. Nos acariciamos con las manos, dulcemente, sin buscar ahora más que eso, la caricia sin afán sexual.
Carmen seguía frotándose contra mi boca y Sonia subía y bajaba a la vez que hacía círculos y refregaba de adelante hacia atrás su sexo contra el mío, haciéndome sentir que explotaría en cualquier momento. Yo no quería llegar tan rápido por lo que me concentré más en Carmen mientras dejaba a Sonia disfrutar de lo suyo.
Yo había visto en determinadas playas lugares reservados a los nudistas. Recordé la Playa del Inglés en Gran Canaria. La zona reservada está compuesta por dunas, con una rala vegetación, a un lado y relativamente lejos de la playa propiamente dicha, por la que pasea gente vestida. La mayoría instala una especie de paravientos, que los oculta de las miradas indiscretas. En alguna ocasión, había visto a alguna pareja, ya de más que mediana edad, que se bañaban completamente desnudos, aparentemente ajenos a la expectación que despertaban entre los "vestidos".
Comenzamos una buena amistad y ella me confeso muchas cosas, que su marido era muy celoso y que no podía salir de su casa que fue virgen hasta su matrimonio y que últimamente las relaciones sexuales con su marido iban disminuyendo, me entere que le gustaba mucho el sexo y que también tenía cierto gusto por las películas pornográficas.
Le dije que no había problema, que siempre era bonito volver a ver a los viejos amigos, que si quería ir adelante. ¿Y si se pone romántico?, me dijo, ¿si quisiera hacer el amor conmigo?, se me paró de inmediato el pene al momento que le estaba contestando: pues si quieres hacer el amor con él, pues hazlo, conste, me dijo. Llegó la noche y se bañó, poniéndose uno de sus mejores vestidos.
Con toda intención dejas caer tu saliva que resbala fuera de tu boca. Cabeceas sobre mi pene como si fuera cuestión de vida o muerte y no sé si me excita más, la chupada que me estás haciendo o el cuadro de tu cara con los ojos cerrados, la boca forzada para acogerme, el llenarse y vaciarse de tu mejillas al ritmo de las chupadas o el gemido que sale de tu pecho.
Yo tenía en ese entonces 19 años, y mi madre me había mandado donde su modista para hacerme unos pantalones. Mi mama me dio la dirección y me dijo que la modista se llamaba Erika. Mi madre la conocía hace unos 5 años y siempre le había hecho arreglos a su ropa. Yo no la conocía, solo sabía de ella por las cosas que me contaba mi mama.
Su madre se tenía que marchar. Allí lo dejó con la hija que acababa de romper con su novio y que estaba dispuesta a hacer todo lo que se le pasaba por la mente.
Después nos fuimos a la cama, en ella estuvimos el resto del tiempo, permitiendo que Quique la acariciara de la cintura hacia abajo ya que yo estaba besándola y tocándole sus pechos, ella lleva su mano al pene de este y lo masturba durante un rato, excitado Quique se coloca entre sus piernas y la penetra ella no da muestras de ser penetrada solo se ve una mano suya que se posa sobre la espalda de este, la saca y la vuelve a poner, noté que a diferencia de la anterior filmación, Katy no expresó el sentir de las penetraciones de él ni de sus embates, esos quejidos que le salen del alma y que yo conozco muy bien no se sintieron
Entre con Lucia como enamorados, la iba a visitar a su casa todas las tardes un día de esos se me hizo muy noche y nos encontró su madre Cristina en la puerta de calle a primera vista la vi muy buena una mujer de 37 años, ojos azules, su piel blanca de estatura pequeña, pelo castaño, su cuerpo muy bien formado y proporcionado a simple vista una diosa, para mi suerte era divorciada.
Sus gemidos eran ya pequeños gritos de placer, cuando de repente ella aparto mi cabeza y se dio la vuelta. Yo me levante y nos dimos un apasionado beso tras el cual me dijo: - No puedo más, como sigas así me vas a volver loca. - Y eso es malo? - No, pero quiero sentirte dentro de mí ya! Como pudo cogió su bolso que estaba en el asiento delantero y saco un condón.
Al despertarme, así desnudita como estoy voy al baño, y luego de hacer pis, parada en puntas de pie frente al espejo miro mis tetas, las levanto aún más con mis manitas y viéndolas así, turgentes, infladas, pienso: cuántos hombres darían lo que no tienen por chuparlas; parece que fueran de una chica mayor, muy duras y firmes, con unas oscuras aureolas y en su centro dos protuberantes y rojos pezones. Luego observo mi cola paradita, aún más por estar en puntitas de pie, mis nalgas se contraen haciéndolas más redonditas.
Mi pene rozaba con su culo y mi erección era total, dudo que ella no se enterara porque mi pantalón tenía un bulto muy visible. Cuando llevábamos la mitad del recorrido empezó a mover su culo arriba y abajo, no tarde mucho en correrme y cada vez me excitaba más.
Úrsula era una chica morena, escultural, de pecho abundante, sin ser una vaca lechera, de culo hermoso, pero sin ser culona. Usaba un body ajustado que nos quitaba el hipo a todas, y a más de un marica, como os digo, se le quitaba el hipo al verla. De ojos negrísimos y expresivos, nariz griega y labios sensuales.
Desde los quince años siempre tuve fantasías con un hombre, hoy de cincuenta años, que siempre quiso acercarse , siempre nos ayudó, y siempre vi su mirada, ante mi presencia, pero siempre estuvo a un paso, un día subí a su auto, me llevo a mi casa y no intento nada, me sentí frustrada, porque ese día yo estaba con ganas
No pude más, mi semen saltó, caliente, espeso, con olor a hormonas sobre su rostro, su pelo, su cuello y sus tetas y sobre los mismos jadeos, usamos nuestras manos y nuestras bocas para compartir la leche de esta relación clandestina y sexual que aún perdura.
Un joven recibe una felación de su tío después que ambos han visto el pene de uno de los vecinos del pueblo en las duchas de la piscina. El mismo pene que luego recibirá su tía.
Una muchachita va de vacaciones a la hacienda de su tío que le tiene preparado un soberbio caballo. La chica se queda encandilada con el pene del caballo y una noche en que baja a mamárselo tiene que hacerle el mismo servicio a su tío.