Este fin de semana pasado pensaba descansar, salir de paseo con mis hijitos, llevarles al cine, al parque de atracciones, en fin, lo que debe hacer cualquier madre decente, no como yo, que los tengo demasiado abandonados por causa del trabajo. Estoy cansada debido a mi embarazo, en su octavo mes, de mi tercer bebé. No por eso mi jefe me tiene contemplaciones. Dice que ya descansaré tras el parto.
Si bien Marcelo cada día era más ocurrente e inventamos mil maneras de hacer el amor, nunca en verdad me satisfacía. Me calentaba de manera alocada y yo enardecía por tener su miembro dentro de mi vagina lo más urgente
Mi tía no pudo aguantar y saco de el primer cajón un consolador enorme y se lo introdujo a Ana por la concha. Miriam, saco de su cartera otro aun mas grande y lo mismo hizo con mi tía, y mi consolador (el verdadero) encontró entre los agujeros, el de Miriam, que comenzó a montar sobre mi pene.
Había ido a una fiesta con mis amigos Marcos y su novia Alexia, el lugar era un poco retirado en las afueras de la ciudad, a unas dos horas de viaje en auto.
¿Aquel día si que fue fuerte verdad? Fuimos por la mañana al mercado de La Piedra, nos tomamos unas ostras por probarlas y eso nos levantó el ánimo. Después fuimos a casa de mis tios pero no estaban. Me preguntaste si ya había besado a Juli, el noviete que me había echado allí ese verano y te dije que no, que ese chico era muy parado y que a mí me apetecía un montón un muerdo.
Ella bruscamente la alzó y me dio la gran sorpresa. Su tanga estaba a un lado mostrando totalmente su húmeda cuevita con sus labios grandes y rosados. Alcancé a tocarle excitado su conchita y estaba húmeda, empapada, casi goteando.
Me encanta ser mujer, me fascina tener las partes adecuadas para gozar y hacer gozar, hasta el límite, con esos hermosos hombres que te penetran con su miembro viril en los insondables tesoros del sexo palpitando y ardiente. Ser penetrada y recibir los jugos del macho, es uno de los placeres más exquisitos que nos ofrece la naturaleza.
Me subí a la mesa con ella, me hinqué agarrándola por la cintura y la subí encima de mí. Nos movíamos como nunca, perfectamente coordinados. Ella gritaba mientras escurría ese líquido transparente y caliente de su vagina. Me acostó y comenzó a cabalgarme dando una exhibición de buen sexo hasta que me hizo venir.
Mientras disfrutaba sintiendo como se tragaba todo ese pedazo continuó chupándosela al otro hasta que acabó dentro de su boca y no solo no se resistió a ello sino que no dejó escapar ni una sola gota, utilizando su lengua para terminar todo rastro de lo que allí había ocurrido.
Hacía tiempo que veníamos charlando con Euge el tema del intercambio y fuimos interesándonos cada vez más en el tema. Ahora llegaba la oportunidad de tener sexo con otros hombres delante de mi marido, a la vez que lo vería a él acariciando a otras mujeres.
Se puso de pie y sus senos comenzaron a encogerse con el viento; caminó despacio hacia la orilla, con toda la naturalidad de la que fue capaz, y se metió en el agua. No pudo hacerlo de golpe, estaba demasiado fría, aunque quería hacerlo lo antes posible dado que sabía tener clavados muchos ojos.
Estaba siendo follada a un ritmo fuerte por mi chochito, mientras se preparaba mi culo para ser perforado por el pollón de la noche. El tercero en discordia, se conformaba de momento con recibir mis lametones en el capullo cuando las embestidas de mi potro salvaje lo permitían.
Faltaba ya media hora, así que se apresuró a marcharse para llegar a tiempo, aunque con un poco de retraso, a su excitante aventura que se estaba atreviendo a ejecutar. Su jefe, Sr. Arkin, le estaba esperando, le sonrió y la acompañó hasta el vestíbulo.
Estos manoseos hicieron acabar rápidamente a mi esposa que es de muy rápidos orgasmos, la que una vez recuperada a su vez procedió a desnudarlo sacando primero su camiseta y luego su pantalón para proceder a recostarlo en la cama y empezar a besarlo por todo el cuerpo, a todo esto mi esposa es muy hábil con la lengua y le encanta hacer gozar a los hombres de esta manera.
Salí despeinada y adolorida del cuerpo, aun excitada y con los pezones estirados por el frío, cuando entré a la casa Paco intentó detenerme pero le dije que estaba cansadísima y fui a la ducha, tardé un largo rato dentro del baño masturbándome con las pantaletas llena de semen de otros y fui a la recamara decidida a decirle a Paco lo que pasaba.
Después de sufrir en mis carnes decenas de orgasmos, los chicos que de forma muy profesional habían aguantado todo el tiempo sin correrse, se colocaron en fila india, y uno a uno se fueron corriendo en mi boca. Jamás antes había visto corridas como aquellas.
Sí, estaba seguro, o al menos eso creía porque cuando ella se levanto las falda plisada por encima de los muslos y me los mostró tan túrgidos y sensuales, con la tanguita transparente que deja ver los prominentes labios de su coño, no pude resistir, me abalance sobre ellos y quise quitarle la braga, pero ella no me dejó bajársela y entonces pegué mi cara sobre ellos, los lamí y lamí de arriba abajo
Por la ocasión me coloqué un vestido minifalda de color celeste, muy ceñida al cuerpo, ropa interior blanca, de modelo de bikini que apenas cubría mis partes íntimas, vestí unas medias blancas que compré para la ocasión, las cuales me cubrían hasta la parte alta de mis muslos donde se sujetaban con una pretina
Mientras me bombeaba yo seguía lamiéndole la verga al otro, logrando con esto sentir un orgasmo que me provocó risa y llanto a la vez. Daba gracias por el tipo de trabajo que tenía mi marido, ya que así yo podía gozar de cuanto macho supiera cómo lograr que le abriese las piernas.
Desde que llego a la cuadra todos quedamos admirados por su culo... recuerdo todavía como movía sus nalgotas cuando venia de la escuela y ella lo notaba, un día que íbamos a jugar fútbol con sus hermanos, ella estaba limpiando el piso y al agacharse podía admirar sus tremendas nalgas cubiertas por un pantys apretadísimo que dejaba ver sus pantaletas en aquel tiempo de bikini, ya que ahora solo usa tangas.
Cuando Laura empezó a pedir con desesperación que se la cogieran por el culo, se colocó uno de ellos y la penetró, ella sintió delicioso y comenzó a moverse rítmicamente al paso de ellos, de pronto sintió una gran presión en su orificio trasero ya ocupado, cada vez más intensa y con gran dolor, casi insoportable, y comenzó a pedir que se detuvieran, pero no estaban dispuestos a hacerle caso, ésta era la prueba final para ella y la iban a forzar a vivirla, para esto la habían preparado por tantas horas.
Cuando las comencé a chupar y a mordisquear sus ya duros pezones, mi compañero se estaba quitando el pantalón, en ese momento interrumpí mi labor, como queriéndolo detener y evitar que la penetrara, pero mi excitación era más que mi conciencia.
Una semana después Laura mi hermana llega otra vez enojada diciendo que le robo un proyecto y lo presento y le ascendieron y le subieron el sueldo, y me dijo que si decía al él le iban a creer y a mi no decía mi hermana llorando, claro todo esto sin que mis padres y su novio se enteraran.
El chico y unos amigos se dieron cuenta de las intenciones lujuriosas que ella llevaba y como su marido se había quedado dormido a causa de su borrachera, decidieron que esa sería la gran noche para desinhibirse.
Ocupó una esquina de mucho tránsito frente a una perfumería famosa. Parecía un buen sitio para mendigar. Un lugar lleno de turistas, de gente de paso, que podrían lanzar miradas fugaces a su rostro, a su cuerpo y a su célula de identidad que enseñaba en su mano derecha, para que la gente no le tomara por un farsante y dejara alguna moneda sobre la caja de zapatos que reposaba a sus pies.
Al llegar a su casa, sin decirle nada la tumbe boca abajo en el sofá y se la metí hasta el fondo, la sensación de su coño caliente y las bolas dentro me provocaba un placer infinito, pero estaba dada y yo quería algo más estrecho así que le saque las bolas chinas y le metí el consolador de un solo golpe, al momento ya tenía mi polla en su culo y ella gemía y se revolvía con rabia. Yo le decía: -Joder guarra como me pones, eres la más puta y viciosa que conozco y tu coño sucio me proporciona gran placer.