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Castidad a la suerte

Era una fría mañana y ella estaba sentada en un café bar con un humeante chocolate, se oía una de las canciones de nuevo CD de Sabina de fondo, y le estaba echando un vistazo a la sección de trabajos de un periódico local .

Por fin!

Por fin un jueves conocí a Alfonso, estuvimos chateando, obviamente la conversación fue caliente y yo estaba excitadísimo, hasta que nos dimos cuenta de que vivíamos muy cerca y me ordenó vernos…

Cibersumisión

Esperaba sentada en la estación de tren, con el libro recién comprado y apenas leído, para poder ser correctamente identificada por su señor, llevaba puesta una falda plisada de tenis, a la altura de las rodillas, un polo azul ajustado, bragas y sostén negros.

Educación real de una esclava II

Saque la navaja y le fui quitando la capa de jabón y con ella los pelos de la parte superior de su pubis. Poco a poco todos los pelos iban desapareciendo. La dejé sin un pelo del ombligo al agujero del culo. Tras limpiarla y secarla, le di una crema y contemple el resultado. Como siempre que veo un coño recién depilado, la palabra que vino a mi mente fue apetecible, pero no pensaba darle esa satisfacción, no la iba a follar, estaba muy excitada y tenía que aprender, que el placer, la excitación, también pueden hacer sufrir.

Educación real de una esclava I

Agachó la cabeza, esperando mi siguiente orden. Debía estar absolutamente inquieta, vestida solamente con unas medias y unos zapatos de tacón, en medio de un aparcamiento público, en el que constantemente está entrando y saliendo gente. Y aunque en la zona en la que estábamos, era imposible que alguien llegara sin que yo lo viera, seguro que a ella le parecía que estaba en medio de un pasillo.

En estado de buena esperanza

Siempre estoy deseando que me torture ella. La idea del amo es una orgía, con juegos sado incluidos, zoofilia y lluvia dorada que tendrá como condición el que todos los hombres eyaculen dentro de mi ano. Esther, mi hija, como reverso del uso de su vagina, no tendrá derecho a semen por ningún agujero.

Esclavo de mi amo I

Esta vino en abundancia, en 5 o 6 borbotones, que me llenaron la boca de una crema deliciosa, de un sabor áspero y viril, ligeramente salado, que saboreé tragué y disfruté, apresurándome a limpiar bien la polla de mi amo, para que no quedara ningún resto de esperma en ella.

Marcado y humillado

Ni bien entro al baño, me dirigí al cuarto de servicio, en donde desplegué la tabla de planchar y comencé a planchar un pilón de ropa que yacía arrugada a mi lado. Aun no había finalizado mi tarea cuando sentí al amo salir de su ducha. Como no me dio ninguna orden seguí en concentrada en mi tarea.

Teléfono erótico II

Su jefe también se sentó y la miraba con intención incluso de perturbarla, de que pasara vergüenza; lascivamente su mirada se centraba en sus senos y en su sexo, incluso en sus ojos se reflejaba cierto desprecio que pretendía mostrar hacia ella, desprecio a su cuerpo provocador y a sus ganas de follar.

La caída de Elena

Mientras tanto el amo había hecho retirar a los dos negros y llamado esta vez a tres, con los miembros si cabe más grandes, que siguieron follando simultáneamente a la preñada, quien en ese momento tenía dos pollas en el ano y una en la vagina. Era difícil comprender como se habían colocado los tres inmensos cuerpos para poder acceder a los orificios, pero lo habían hecho.

La puta y su cornudo II

Y también me pongo ahora a cuatro patas al lado de mi mujer, mientras folla con él, porque así consigo que vea mi culito respingón y locuaz de puta, que yo muevo sinuosamente en círculos para atraer al macho y que se sienta tentando de follárselo y follarme, y ya de paso conseguir con esta argucia que mi mujer me permita lamerle su hermoso coño, que tanto amo y me cautiva. Porque la amo con toda mi alma y sólo quiero lo mejor para ella.