A habíamos tenido sexo a roletes, en la mesa, en la cocina, en la ducha, en el living mientras mi cuñada dormía (o sé hacia la dormida, nunca se lo he preguntado, calculo que alguna masturbación se habrá hecho mientras nos sentía), en el auto, etc.
La señora con los niños se hizo adelante muy cerca del baño los ancianos detrás de ella y los borrachos no habíamos salido cuando ya estaban roncando, las hermanas estaban en la cuarta fila yo venia como en la sexta y la mujer sola como en la octava casi atrás mío.
Sin nada que lo sujetase, el vestido se deslizó por el cuerpo de María cayendo irremediablemente al suelo de aquella estancia, dejando ante mi la espalda desnuda de aquella mujer tan deseada, su culo que minutos antes había estado penetrado con mis dedos y las medias y zapatos que eran las únicas prendas que se mantenían sobre su piel.
Una tarde con mi mejor amiga Hemos quedado los tres para comer, tu yo y nuestro amigo. Sobre las 14.30 llamo a tu telefonillo y me abres la puerta. Subo y hay estas esperándome en la puerta, entro y según me voy quitando la chaqueta me comentas que nuestro amigo ha llamado diciendo que no […]
El relato que sigue no es de mi autoría. Es un mail que me envió un lector y la historia me pareció tan fresca y bella que le pedí permiso para publicarla.
Tomé respiración y me dije que ahora o nunca. Ya había estado parado mirándola demasiado tiempo sin que ella me viera y aunque no había llegado la hora de la cita, quería estar con Neffissa cuanto antes.
Por diversas circunstancias, yo había cursado mi educación media en aquella ciudad y Mariana era todavía para mí, como aquella hermana, cómplice, encubridora, paño de lágrimas, que uno nunca tiene.
No tarde en enterarme. Esa misma noche estaba tratando de dormir, cansado y excitado por el viaje no lo lograba, cuando escuché unos gritos de mujer que oía como si estuviera ahí mismo.
El ambiente estaba muy caliente, pero los padres de ella, podían entrar en cualquier momento y aunque ella ya tiene edad de hacer estas cosas, no es muy recomendable hacerlo en su casa o en este caso, en casa de sus padres.
Los ojos de él ya se habían acostumbrado a la oscuridad y dejo la linterna a un lado, mientras veía como aquel cuerpo se movía marcando cada curva, con un movimiento sensual, sexy, provocativo, pidiendo ser poseído, acariciado, besado.
Una alberca de aproximadamente 12 metros de largo, por unos 8 de ancho almacenaba por lo menos una docena de personas, en su mayoría chicas entre 16 y 19 años.
Raúl era un antiguo enamorado que apareció en la palestra hacia unas semanas y quien me había invitado a salir en varias ocasiones, invitaciones que había rechazado, pero en esta oportunidad me sentía ansiosa y deseaba sentir por lo menos unas caricias y porque no, tener sexo.
El viaje continúa y busco insolente el contacto con la piel bajo el ombligo de la otra muchacha en el vagón lleno de cuerpos sudorosos y estresados al mínimo contacto de mi mano huye de ahí.
En la ciudad de México como quizá en muchas otras grandes ciudades, el sistema de transporte colectivo se convierte en una fuente inagotable de placer al ver rebasada la capacidad del mismo para transportarnos a los que allí confluimos.
El movimiento de las paradas y arrancones hacían lo suyo. Mientras yo me humedecía, me daba cuenta de lo incómodo o cómodo que iba él al sentir mi tremendo trasero, pues ya les dije, estoy muy culona.
Les quiero contar algo más actual, de hace un par de años más o menos: Salía con varios tipos, incluso con uno estaba medio como de novia; y tenía un trabajo nuevo desde hacía algunos meses, allí, como en todos lados había hombres disponibles, pero ya no me faltaba con quien coger, más bien me sobraba.
Me gusta mucho chupar vergas, masturbarme con mis dedos o metiéndome objetos tanto mi concha como mi culo y algunas veces las dos a la vez Lo que les voy a contar es 100% real, pasó hace algunos años con un ex mío, Ezequiel.
Que no era el trabajo que le gustaba hacer, es verdad, pero muy poca gente trabaja en lo que realmente le gusta, aunque todavía no había perdido las esperanzas de encontrarlo.
Hasta que apareció un colega que me ganó con su ternura, creo que me enamoré, ¡Qué boluda! y que a él le pasó igual, andaba muy necesitada del cariño que mi ex marido nunca me dio.
Su físico, era bastante gordita, no coincidía con el tipo de físico estereotipado que el puesto requería pero cuando la entreviste, antepuse las condiciones y el talento al aspecto y no me había equivocado al tomar esa decisión.
Después que cortamos la relación nos seguíamos viendo y teniendo mucho sexo, pero como amigos, ya que nos conocíamos desde hace mucho y me encantaba como me cogía.
Sus veintidós años, reflejados en su cuerpo, con senos más grandes que los de hace dos años, su mirada al ver su andar sensual indicaban que las ganas de avanzar sin contemplar diferencias de edad, por las curvas de esa hermosa mujer, decían a gritos que la relación no había sido por amor
Estas muy húmeda, mi pene entra en tu vagina deliciosa lentamente y poco a poco comienzo a moverme dentro de ti, tus piernas rodean mi cuerpo mientras gimes de placer.
Avatares de un jovencito metido circunstancialmente a peluquero de señoras, sus éxitos y fracasos, tanto amorosos como económicos, y su fin como peluquero de paisaje.