Eso pasó hace ya un tiempo.

Cuando yo estaba en 4rto de E.S.O. Vino una chica nueva al colegio, se llamaba Silvia. Recuerdo la imagen de todo mi grupo de amigos el primer día de colegio todos en la puerta esperando a que abrieran, cuando entró por la puerta del cole un Bombón de tía.

Recordaré siempre las caras de mis amigos al ver aquella dama.

Todos nos preguntamos qué hacía aquella en nuestro cole, nunca la habíamos visto. Cruzamos todos los dedos para que fuese nueva y tuviera la misma edad que nosotros y por lo tanto estuviera en nuestro curso.

Al entrar nos hicieron pasar a la sala de actos del cole. Una vez los profes dijeron las clases, cada clase se fue a su aula. En la clase estábamos todo el grupo de amigos, como siempre.

Al entrar la profesora se presentó y charló un rato, lo que sería el curso y tal. Ni rastro de la tía, yo ya pensaba que la habían puesto en otra clase. Mientras hablaba entró otra Prof. y le dijo algo que no pude oír.

Y entró ella, por fin la pude ver entera, un murmullo impresionante de la clase hizo poner a la chica roja.

Entró la Prof. y la presentó. Se llamaba Silvia, era de lo mejor que todos habíamos visto, de mediana estatura iba con unos pantalones arrapaos totalmente que le hacían un calor de sueño. Pasando más arriba tenía un par de melones irresistibles para comérselos ahí mismo.

Su cara también le favorecía mucho. Unos ojos verdes oscuros, el cabello más bien negro le llegaba hasta las tetas, y unos labios de guarrilla impresionantes.

Todos los tíos en la clase nos empalmamos al segundo de verla.

La Prof. la presentó, dijo que era nueva en Barcelona, y tal lo típico, pero no puedo explicar lo que dijo la Pta Prof. porque la verdad estaba fijándome en la tía.

Se sentó a tercera fila detrás de mí.

Al patio de la mañana los tíos decidimos irnos a presentarnos, lógicamente estaba con las tías de la clase.

Una vez allí nos presentamos uno a uno y le dimos todos dos besos en las mejillas. La noté caliente, y que perfume.

Hacia un olor de princesa…

Entre los tíos no hicimos una porra haber quien se la ligaba antes. los días fueron pasando hasta que me decidí a atacarla de verdad, ya aviamos hablado un poco, pero ya todo iba a cambiar. Le pedí el móvil y encantada me lo dio la misma noche le envié un mensaje explicándole un poco mi vida y tal, y ella me contestó explicándome lo suyo, lo que le gustaba, algo sobre ella. La mañana siguiente a clase estuvimos todo el rato hablando de cómo sería nuestro chico/ chica de los sueños y más o menos yo encajaba en los patrones, juegue, a las 4.30 me dijo si quería ir con ella al Pub., un sitio donde a veces al salir del cole vamos a jugar al futbolín, hablar…

No me faltó un segundo para decirle que sí.

Allí nos pusimos a hablar a un rincón. Cuando llevábamos unos minutos hablando dijo que tenía mucho calor, que se iba a quitar algo. Yo mientras vi la expectación que estaba creando entre mis compañeros esa charla entre Silvia y yo en aquel rincón oscuro. Al cabo de un rato ella vino con un escote rojo, que no se si lo hizo expires porque se le veía todo, la tenía delante hablando y no podía dejar de mirarle aquello, creó que ella lo notó porque me dijo:

– Te gustan?

– Quuueeeeee…?¿?

– Te pregunto si te gustan mis pechos.

En aquel momento la empalmación fue directa, en un microsegundo la tenía durísima.

– sí, mucho.

Yo en aquel momento no pensaba solo estaba flipando, y sin pensarlo me salió de la boca;

También me gustas tú.

De verdad ¿

Tú también eres muy mono

Y sin pensarlo me lanzó la cogí por las manos y la tiré hacia mí. Nos estuvimos enrollando un buen rato, pensé muchas veces la posibilidad de meterle mano, pero no lo hice por miedo a que se sintiera mal, no se fui imbécil. Además, meterle mano a una tía en un bar es un poco cutre.

Cuando acabamos que por cierto paré yo porque ya estaba cansado, me dijo si quería ir a su casa miré el reloj, y, ¡uf! Tenía tiempo. Salimos del pub, una vez fuera le pregunté si habría alguien en su casa.

Me dijo que no, que estaba casi siempre sola su madre siempre estaba de viajes, sus padres estaban separados. Vivía con su madre. Al entrar nos fuimos al salón allí yo dejé mi mochila y ella me preguntó:

¿Que ha significado para ti eso del pub?

¿El que…? lo de que nos hemos liado?

Si.

No sé tía. a mí me gustas (si pudiera salir con Silvia seria lo mejor)

¿Quieres que salgamos?

Vale. Me parece bien.

Entonces saltó sobre mí. Mis manos tardaron muy poco en despertar, ya que le empecé a tocar sus tetas, ella paró y se sacó la camisa que llevaba encima del TOP. Eso era un mensaje claro de que me dejaba paso libre para hurgar entre sus melones.

Antes de que la cosa se desmadrase se levantó, me cogió de la mano y me guio hasta su cuarto, me tumbo en la cama y continuamos, no escatime ni un segundo empecé por tocarle los pezoncillos que los tenía muy marcados, ¡¡la estaba excitando!! Jeje le intente sacar los sostenes he aquí mi problema, si habéis leído alguna de mis otras relaciones sabréis que me cuesta mucho sacar los sostenes.

Unos salen feos, otros sin saber ligar-se ha pivas buenas, pues yo no se quitar sostenes. Bueno, ella al ver mi intención me ayudo y me dijo.

Te tendré que enseñar eh!!!

Cuando las tuve delante y sin sostenes por el medio las empecé a lamer eran los mejores pechos que había tenido entre mis manos. Eran bastante grandes y estaban muy derechos, no colgaban nada.

Cuando termine ella se tiro rápidamente a mi polla sin darme tiempo a desabrocharme los pantalones cosa que ella hizo sin ningún problema.

Estuvo unos minutos jugando con mi polla sin sacarla de mis Calvin Klein.

Cuando la liberó se la puso en su boca y me la empezó a lamer poco a poco, pero como sabía la tía, me la succionaba y eso me daba mucho placer. Antes que me corriera quise para porque me la quería follar.

Le comenté el tema y aceptó, fui a mi cartera a buscar mí el condón que siempre guardo de repuesto.

Me lo puse y la penetré con mi polla erecta que me pedía a gritos entrar en ese habitáculo oscuro y húmedo.

Cuando me corrí ella me sacó el condón con la boca y me dijo que haber cuando se repetía porque le había gustado mucho.

Y aquí empezó mi relación con Silvia.