Al salir noté bajo la sotana el bien formado y delicioso trasero de la monjita, que aunque no era muy alta, si se manejaba unas formas de reina de belleza, al ponerme de pie ella notó mi erección y se sonrojó, a la vez que observé que miraba mi bragueta con un brillo lujurioso en los ojos color caramelo que se manejaba.
Mientras chuapaba sendas pollas. Luego uno por uno me probo y yo probé sus encantos. Lo que mas me gusto es que cuando terminaron de acabar los tres y yo estaba todavía a full me dijeron que me lo coja a Gerardo que era el que tenia el mejor culo (el mas grande) Así que el se agacho y se puso en cuatro patas.
Le pedí que se recostará en la cama boca arriba y que lo montaría pero cuando sentí que esa enorme paloma se deslizaba en mi interior únicamente grite de placer y desboque mi lujuria culiando sin parar, cada vez que sentía que se iba a venir me detenía para dar tiempo para que mi novio llegara; luego me incline sobre él y continué
Su culo se cerro de inmediato y un gemido de placer salio de su boca, pero en ese instante le separe las nalgas y comencé a chuparle el ano, despacito por el costadito mientras ella pedía por favor que no lo hiciera hasta que empece a cogerla con la lengua y se la metía lo mas adentro posible, su ojete se dilataba lentamente y empezó a gemir de placer, le introduje un dedo en el culo y la empece a pajear.
Comencé a masajearle los pechos como imaginaba, eran grandes, pero yo quería sentir su piel y le insinué que se quitase la camisa, se la quitó y puede ver aquellos espléndidos pechos, grandes, la piel tersa y sus pezones grandes y duros de un color moreno. Quería y necesitaba probarlos y sin mediar palabra me acerqué a ellos lentamente y fui saboreándolos uno a uno y su olor era dulce y cálido, pasaba mi lengua por el exterior y haciendo un recorrido con mi saliva
No menos de diez pulgadas y bastante gruesa era su verga que entraba y salía de la vagina de Sonia, cuyos gritos de placer podrían confundirse con dolor, de no ser porque el rictus de su cara demostraba el gozo que estaba recibiendo.
Por fin llego la hora de salir, antes de recoger mi coche, me tomé unas cervezas mientras esperaba. A la hora señalada ya estaba yo con mi coche esperando en la puerta. Fue la primera en salir, no se si por las habladurías o porque tenia ganas de estar conmigo, el caso es que se montó en el coche y nos dirigimos a un pub de un amigo, un sitio tranquilo, con poca iluminación, música no muy alta..., en fin, ya sabéis.
Quería hacerle muchas cosas, pero sólo atinaba a penetrarla. Ella estaba ansiosa, y no hacía mas que mirar a la puerta cerrada. Alguien en algún momento podía entrar, y sorprendernos. Alicia tomó mi pene, lo acercó a su sexo, chorreante, y lo restregué a lo largo de la rajita, volviéndola loca de placer. Tuvo que contener un grito cuando de repente le clavé la polla hasta lo más profundo.
El me agarró el pene y bajo su dirección, empujé hacia arriba y con alguna dificultad, poco a poco lo fui penetrando por el culo. El orificio de su ano estaba tan caliente y apretado, que casi me vengo con sólo sentirme adentro, pero logré controlarme. Nos quedamos quietos un momento y luego empezamos un movimiento de ir y venir, de sube y baja, de mete y saca, en tanto él se masturbaba con su propia mano.
Brotó en tal cantidad que pensé que me iba a atragantar. Lo mantuve en la boca, mientras ella continuaba bombeando cada vez con menos potencia. Unos momentos después dejé que esos fascinantes y calientes néctares goteasen desde mi boca y resbalasen por su polla. A medida que perdía consistencia, continué chupando su polla con su leche.
Una noche recorriendo unas de las ciudades de la playa, nos metimos los tres a un bar, y después de estar tomando bastante el se quedo totalmente borracho entonces nos fuimos al hotel lo acostamos, y nosotras nos fuimos a la alberca ya que hacia un gran calor nos parecía bueno estar en el agua fresca, como no había nadie alrededor empezamos a jugar nosotras y así estuvimos tocándonos abajo de nuestros bikinis, al irnos a los vestidores me encontré con dos amigos también guías y recordé que ellos me habían hecho trampa para que tuvieran relaciones conmigo
Sin exageración, sin intención alguna ella iba derramando sensualidad con cada paso. Lo que la hacia aún más atractiva no era la inocencia de su hermoso rostro, o los cautivantes ojazos color miel, ni esos labios carnosos; sino que se podía ver por la espontaneidad de su mirada, su bella sonrisa y amigable conversación que no sabía remotamente lo atractiva que era.
Con fruición, con deleite, con toda la pasión que era capaz de sentir y con toda mi experiencia concentrada en ese acto, comencé a basar ese coñito, primero por los lados recorriendo con mi lengua sus frágiles pliegues y tratando de abrir esa delicada caverna con mi lengua que progresivamente y como un niño busca la teta materna, buscaba su precioso botón hasta encontrarlo allí, expuesto, palpitante, rosado y delicado, para iniciar tal ves la mejor faena que recuerde en lo que a succionar, morder, deleitar y saborear un clítoris había hecho en mi vida.
La obediencia y sumisión de todas las hembras es absoluta, ya que ante la más mínima desviación la aplicación de correctivos psíquicos y castigos físicos es implacable. Estos se desarrollan en una sala especial, dotada de los más apropiados y sofisticados aparatos, como de potros y sistemas de suspensión, así como de todos los instrumentos necesarios e inimaginables.
Nuestra misión en la vida consiste en disfrutar a plenitud del goce sensorial, actividad indispensable para mantener en marcha el motor de la vida. Es a efectos de alcanzar ese objetivo, que hemos sido provistos de un maravilloso organismo, universo completo en su genial complejidad.
Yo le dije que estaba bien que no era para tanto. Pero día siguiente, cuando nos preparábamos para ir a la fiesta, pude notar el esmero que ella ponía en su arreglo personal, quizá se ponía así todas las veces que íbamos a una fiesta donde iban a estar los compadres, se puso algo sexi, una falda un poco encima de la rodilla, pero suficiente para mostrar que tenía buenas piernas, el entallado de la falda le hacía mostrar el culo que tenía, ancho y bien llenito.
Luego de varios años de matrimonio también le rompí el culo, se resistió a que se lo haga , pero finalmente le pude hundir mi verga de 20 cm aproximadamente, cuando la rompí lloro un poco pero después le gusto y cada mes por lo menos le doy una cachada por el culo o como le llamamos por el canal dos.
Aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis. Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.
Luego el otro me hizo salir y tomó mi puesto, se la metió de un golpe, que gemía excitadísimo, yo me masturbaba viendo como sé lo culiaba, su polla entraba y salía de aquel estupendo culo y el otro parecía morirse de placer, luego sé la sacó, lo tumbó en la cama boca arriba, le abrió las piernas y volvió a metérsela, me encantaba ver aquel espectáculo, aquel hombre con las piernas abiertas y el culazo, dejando que la verga del otro le traspasara, así estuvieron un rato, luego cambiaron de posición
De tanto en tanto Marisa introducía su lengua entre los abiertos labios del coño y lamía con profusión aquí y allá. Maite, entre tanto se había colocado a horcajadas encima del pecho de Sole, frotándose su coño con las tetas de mi novia y dejando a veces que le lamiera su exageradamente abierto sexo, mientras se pellizcaba los pezones para mantener su dureza y agarrándose la teta desde abajo se la llevaba a la boca para chupar de su propio pezón.
En una ocasión mi esposa organizo un paseo a nuestra casa de la playa, invito a dos parejas de amigos y a sus hijos para que la semana fuera agradable para todos, el esposo de una de ellas decidió no ir por lo cual ella fue sola, y el otro quedo en llegar después.
El día que me contó esas historias yo la estaba excitando, tocándole los pezones, y diciéndole como me imaginaba que se la habían cogido de joven, a lo que ella me contesto que sí, que si se la habían cogido en la oficina en donde trabajaba, ahí, me puse a 1000, y me empecé a masturbar al mismo tiempo que ella me decía como se había dado ese primer momento.
Argemiro y yo también salimos a bailar. El me apretaba y me agarraba ocasionalmente, entre risas, y a ratos nos acercábamos a nuestros amigos para cruzar comentarios o para bailar entre todos. Así estuvimos alternando baile y copas hasta bien tarde en la noche. Argemiro pagó el importe de la cuenta y nos dijo que ya era hora de seguir la fiesta en otra parte.
La nueva esposa me puso en cuatro, su busto recaía sobre la cama, con sus manos tomaba mi pene y con sus boca, succionaba mis testículos, sus rodillas se apoyaban sobre el lecho y su cadera estaba levantada y erguida sobre la cama, mi amigo sin pensarlo dos veces la tomo de las caderas y la ensarto enseguida, yo note al ínstate que eso surtía efecto en la arrechera de la tía, porque inmediatamente fue en calibrada, procedió a gemir y a mamarme la verga.
Debo reconocer que mi físico no es para impresionar a nadie. Apenas llego al 1,70 y mi humildad económica no me permitió jamás lujos como el gimnasio o deportes que me tomaran mucho tiempo, pues desde los 12 años casi me sostengo solo, pues mi madre apenas puede con los gastos que generan mis hermanos menores y yo he tenido que trabajar de casi todo.
Cuando él se montó en mi auto me pregunto que para donde íbamos y le dije que no se preocupara que solo íbamos a dar una vuelta y luego lo llevaría de regreso a recoger su auto, pero el ajeno a mi plan se quedó tranquilo y no dijo más nada.
Desalentado, volví a subir a casa pensando que debía sosegarme lo suficiente para poder volver a dormir. Quizá miraría la televisión, quizá jugaría con el ordenador, o me abandonaría a la casi-vida virtual, o quizá escucharía algo de música y, casi con toda seguridad, me masturbaría con desesperación, en fin cualquier cosa que me serenase. Pero, mientras subía sudando los inacabables peldaños de la escalera, tramo tras tramo, la visión del delicioso balanceo del culito de la travestí más pequeña no abandonaba mi sobrecalentado cerebro.
A determinados niveles de poder económico se puede uno permitir disfrutar de un viaje en yate privado. Ese era el caso de Rosa y su esposo Rodrigo. Magistrada ella, Gerente de una gran empresa de asesoría financiera, él. Ambos decidieron relajarse y desconectarse de su estresante vida profesional y fletar, junto a dos matrimonios más, un precioso yate con su correspondiente tripulación, naturalmente.
En el camino me imaginaba que ella se agachaba y me mamaba la verga pero solo platicamos, al llegar a su casa me pase y ella comenzó a buscar la dichosa medicina, a veces pasaba y me acariciaba en eso entro a su recamara y me llamo, al entrar la vi hincada con el culo al aire, me dijo que si la ayudaba y al pararse choco su trasero con mi verga, a lo que comento que en que estaba pensando
Antes de iniciar este relato quiero aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis). Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.
Cuando mi amiga Patricia cumplió su mayoría de edad, la invite a almorzar y pasamos un buen rato hablando de todo tipo de cosas, obviamente el tema llego a hombres y sexo.
Se la empezó a meter despacio y cuando el negro sitió que entró la cabeza le dio un empujón que le metió casi la mitad. Mónica gritó en señal de dolor y yo le dije al negro que no la lastimara. Después ella sola se empezó a mover poco a poco. Cuando le entró más o menos la mitad, llamó al otro, para que la penetrara por la vagina. En ese momento empezó a gritar como nunca.