relatos eróticos placer

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146 relatos

Su maravillosa prima pelirroja de 20 años va a su casa

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Era mi prima pequeña de 20 años, una adolescente de pelo rojo como el fuego y rizado, igual que el mar enfurecido, sus ojos verdes intensos que atraían hasta el hombre mas cabal, su cuerpecito dulce, tierno, suave sus curvas, provocativas acariciadas por aquel vestido blanco que dejaba entrever su lindo pubis, con una piel blanca pura sin pecas sus labios carnosos.

De amiga a puta

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Tras un rato mas de esto me dijo que me subiera a la cama; para continuar con el juego yo le dije que no que ya era suficiente, y el me tomo por la muñeca y me haló sin ningún esfuerzo al lecho. Entonces me ordenó que me pusiera de cuatro patas que así me quería coger y yo obedecí.

Mi esclava traga II

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Entonces le rodeé la cabeza con mi brazo izquierdo y apreté fuerte su cabeza contra mi polla, con mi mano derecha le sujeté el mentón por debajo de la papada, y arqueé mi cuerpo hacia delante pegando mis abdominales a su frente.

El rodaje

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Hasta el momento en que, deslizándose por mi cintura, se introdujo en la parte trasera de mis braguitas. Fue todo tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar ni a quitármelo de encima antes de sentir su afilado dardo haciendo las veces de supositorio, y después me dio igual, pues el enorme placer que sentía bien valía la molestia de su intromisión.

Doble penetración con nuestro amigo

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Por lo pronto me acerqué a su sexo y comencé a darle lengua a su clítoris, viendo y sintiendo como aquella poderosa verga le entraba y salía de su cuquita, movida con ardor por ella misma, queriendo de esa manera satisfacer aquel fuego encendido por la pasión y el deseo mutuo.

La entrevista: Una historia de dominación laboral

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Mire a su currículo y no me cabía duda de que ella estaba suficientemente preparada para desempeñar aquel trabajo, de la misma forma que no tenía ninguna duda que no era la mejor de las candidatas, la volví a mirar y como si una mano invisible me empujara me levanté del asiento y comencé a pasear lentamente a sus espaldas.

Como culie con la mas puta del liceo

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Ella se levantó de su silla y se inclinó hacia mi, el grado de excitación que en esos momentos me dominaba es difícil de explicar, pero os puedo asegurar que cuando saco mi polla y se la introdujo en su boca llegue a pensar que iba a correrme en el acto.

Madurita calentona

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Ya estando allí me encontré con una amiga de mi barrio la cual me presentó a su tía que había venido de Neuquén, grande fue mi sorpresa cuando la vi, era una mujer de unos 39 años, tez blanca, pelo castaño corto, de 1,60 de altura aproximadamente, con una cola espectacular y unas tetas el doble de mejor, pero lo que mas me impactó fue su mirada (de seguro se reirán por esto) ya que tenía una mirada de "come-hombres" que mataba.

El rugido del jaguar

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Su mano izquierda comenzó a acariciarme, sus dedos se movieron con rapidez, tocándome con habilidad toda mi entrepierna, mientras con su boca comenzaba a besarme los testículos. Alicia se afanaba en lamerme la parte anterior, que cada vez adquiría mayores proporciones y durezas, y sólo transcurrido un rato comenzó a subir hacia el prepucio.

Bruno

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El único sonido que se escuchaba era el de unos tímidos gemidos que emitía Sara coincidiendo con los cambios que sufría en mi erección, yo sólo notaba un placer cada vez más intenso, no por el simple medio del placer físico, sino por mi sensación de plenitud y fortaleza, mucho más intensa que ninguna erección anterior.

Mi gran astucia

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Mi forma de ser se vio descubierta de forma muy casual pero muy muy adecuada y aprovechada por mi astucia, la cual llego al dia inolvidable para mí y con la persona que menos pensaba.

Deseo y pasión en Madrid

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Me tumbe sobre la cama bocarriba ella se coloco sobre mi encima mía pero con una pierna sobre el suelo, cogió mi pene con sus dedos y llevó hasta su vulva frotándolo contra ella yo le coloqué mis manos sobre su cintura y la obligue a que fuera bajando, hasta quedarse por completo penetrada.

Mi primera vez

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Me viro boca abajo y comenzó a acariciar la espalda, me daba mordiscos y me pasaba la lengua a la vez que me acariciaba la pinga. Iba bajando la espalda y me llego al culo, le comenzó a pasar la lengua.

Cuando nos bañamos

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Mi polla se enriela y yergue justo detrás de vos, me encorvo un poco para hacerla coincidir con la cañada de tu culo perfecto y aplasto tus montañas redondas de carne con la proximidad de mi pelvis que tiembla de amor y se aposenta en la mujer que es el sabor de la vida, de mi vida.

Viaje al supermercado

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Explicó que para hacerlo debía ponerse en un estado de calentura que igualara, por lo menos, el que él sentía y que para ello debía darse la vuelta y dejar que la inspeccionara por detrás para aconsejarle los movimientos a seguir.

Flechazo de un noche con un desconocido

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Sentí algo frío que bajaba por mis pechos, un hielo quizás... sii um se derretía al contacto con mi piel, chupaba las gotas de agua que se deslizaban, yo gemía y gritaba mientras le pedía que siguiera, que bajase hasta mi sexo y disfrutara, que me hiciera disfrutar.

El placer de pajearme

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Empecé a masturbarme hace años, porque había escuchado acerca de ello y un día pues me entró curiosidad y decidí hacerlo. Aquella primera vez lo hice en la soledad de mi cuarto, sobre mi cama.

En el autobus

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Me dirigí a la parada del autobús y como era costumbre estaba especialmente abarrotada, pero tuve suerte de estar de los primeros y conseguí un buen sitio, casi al final, al lado de una ventana.

La clienta morbosa

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Al momento de estar allí dentro estábamos de nuevo besándonos y mordiéndonos nuestras lenguas y yo no pude evitar hacer algo con lo que había soñado tantas veces poner mis manos sobre aquellas dos nalgas que estaban esa noche bajo una faldita no demasiado corta pero bastante ancha sin dejar de besarnos mis manos entraron por debajo de su falda y se posaron de nuevo en su culo apretándola contra mí y haciéndola sentir mi paquete que se había puesto muy duro.

Mis historias

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Con la misma precipitación introduje mi pene en aquella chorreante cavidad y solo necesite unas breves sacudidas para conseguir alcanzar mi propio clímax y eyaculé profusamente terminando de inundar las entrañas de Elena antes de caer derrumbado sobre ella.

Prueba y aprueba II

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Una pequeña lección práctica de placer. Era fácil que me pusiera en erección recordando la imagen de esa cría completamente desnuda, bañada en sollozos, tragando mi semen.

María III: Juan

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Los orgasmos se encadenaban unos con otros y ya no veía nada de lo que me rodeaba. Mis espasmos provocaron la corrida de Pedro que esta vez se derramo sobre mis nalgas y mi espalda mientras Juan regaba con su semen toda mi cara.

Mi retrato II

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Mi papá día con día me revisaba mis senos, me los acariciaba, los chupaba y me decía que me veía y me sentía más mujer que nunca.

Mi retrato I

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Mi papá me llevó al baño como si nos fuéramos a bañar, nos desnudamos, y el ritual de siempre, yo arrodillarme y a chuparle la verga, pero en esa ocasión estaba yo desesperado por sentirme completamente penetrado por mi papá, sacó un frasco de no sé que, se embarra los dedos y comienza a pasarlo por mi culito

Otro sueño VI – Final

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Yo me acerqué a su lado y le ofrecí mi verga hinchada y caliente para que me deleitara con su boquita y lengua, mientras ella disfrutaba de esa golosina que yo sabía le encantaba, intentando desesperadamente obtener todos mis jugos como si fueran maná del cielo.