Su andar grácil, marcaba su juventud, rubia ojos marrones, labios perfectos, eran el blanco de las miradas de todos los hombres al caminar llevando esos jeans ajustados, 15 años escondidos tras los senos firmes y sensuales, nada decían de sus sentimientos, sus deseos sexuales, sentarse con los mecánicos del padre en el bar de la plaza, daba una imagen desprejuiciada acorde más a las amigas del tío que de su padre.
Lo consideraba mi amor platónico hasta que tuve la suerte de quedar junto a el en un grupo de trabajo, eso implicaba verlo casi a diario durante tres meses para nuestro trabajo de curso, el era un chico fascinante, tenía una novia típico de los galanes.
Sucedió cuando yo tenía 25 años. Soy moreno, un latino guapo, 180 cm y tengo un cuerpo atlético. Entonces tenía una novia que estaba de miedo, una morena guapísima de ojos verdes que tenía unos melones de impresión.
E se fue con el resto. Como yo no les conocía empezamos a hablar y el chico me comentó que había estado saliendo hacía un tiempo con E y que por lo que se escuchó la otra noche había cambiado mucho pues ahora parecía toda una fiera en la cama.
Como todos los sábados mi mujer y yo nos reunimos con su hermana gemela y su marido. Estas reuniones eran muy agradables, pues por fortuna mi concuño y yo tenemos mucho en común. Entre otras aficiones, ambos jugamos ajedrez con un nivel parecido, así que teníamos mas o menos la misma cantidad de triunfos y derrotas.
Seguían viniéndole a la mente las imágenes mientras pensaba en el trabajo que le esperaba ese día. No se fijó siquiera en el cruce temerario de otro vehículo que casi le hace chocar con el semáforo.
Luego apoyé esa mano en su espalda y, con un empujón mi polla comenzó a penetrarla. Se quedó quieta y dejo de suplicar, mi polla continuó entrando, hasta que con otro empujón se la metí entera. Puso los ojos en blanco y comenzó a moverse lentamente.
No te he esperado dentro porque el dependiente se ha puesto algo impertinente, y me ha dicho que si no me habías dejado satisfecha, el podía ayudarme. Pero has comprado algo, pregunté, algo, contestó ella.
En una ocasión me paré para ir al baño, y ella aprovechó la oportunidad para tocarme el culo. Yo seguí hacia el baño, y al volver M.A. me dijo que Estela quería guerra conmigo. Yo no sabía si ella le habría dicho de lo nuestro, pero me senté a su lado y comencé a besarla.
Mi esposa con esa película se entona así que había de usar todas las pócimas a mi alcance para hacer de esa noche un a noche de sexo. Estaba superexcitado pensando en las posibilidades que nos iba a ofrecer la noche. Cenamos y mientras la película se desarrollaba masajeaba a mi esposa.
Comenzó a penetrarme lentamente, aunque mis labios estuvieran muy húmedos y su dedo hubiera abierto camino, hacía tiempo que no practicaba el sexo y costó un poco al principio, incluso me llegó a doler un poco, pero este es un dolor agradable, porque es simple roce cuando el agujero está tan cerrado con el clítoris, crea una sensación de placer que muy satisfactoria.
Hable con la mujer de mi cuñado para que esa noche descansara ella en casa, ya que los dos próximos días tendría que estar con mi sobrina en el hospital y de todas formas esa noche, nos dijo el medico que al menos estaría con los efectos de la anestesia bien, bien hasta casi el amanecer.
Luego bajaste a comerle el coño y yo molestaba en mi posición así que me levanté un rato al baño para disimular y dejaros vía libre. Volví y me senté a su lado mientras seguías lamiéndole el coño y ella arqueaba el cuerpo del gusto que le dabas.
Una vez más me equivoque, sentada a su lado, por unos instantes seguimos al sol en su camino a la noche, el momento era propicio para hablar y creo obligatorio relatarles una vez más escuche una confesión en este caso de una compañera de viaje.
El tiempo pasaba lento y desesperante por mi parte además en las noches aun cuando soñaba con lo que había hecho y lo que había sentido y todo lo que me importaba era reunir gota a gota de mi cuerpo de mi semen para descargarlo dentro de mi mamita en su preciosa vaginita peludita y olorosa dentro de esa seducción malsana que deseaba de ella.
Los movimientos de va y viene aumentaron de intensidad, nuestras manos se encontraron en mi vagina, acariciando el hinchado y enrojecido clítoris, hasta que explotamos en un orgasmo simultaneo, que es de los pocos que he tenido hasta hoy, siendo penetrada por el culo, que quedo tan abierto que al sentarme en la cama todo el semen que estaba adentro de mi quedo en la funda de la almohada, lo que a ambos produjo una buena carcajada!!!!
Se lo recorrí íntegramente con mi lengua húmeda y escuché entusiasmada como escapaba un suspiro de los labios de Juan cuando me acariciaba el pelo mientras le lamía el duro tronco. Utilizaba mi lengua lentamente hacia arriba, hasta llegar al glande, metiéndola en su agujerito de la punta y luego volviendo nuevamente a la base. Llegaba hasta los testículos y los mordía muy suavemente, lo quería excitar al máximo.
El regresó este fin de semana, después de cuatro meses de ausencia, a verme solamente, entonces nos encontramos, salimos a bailar y nos pasamos toda la noche besándonos mientras mi enamorado seguramente en ese momento estaba durmiendo en su casa, esa noche de besos no pasamos.
Cuando salí de el prácticamente desnuda José había llenado la habitación del hotel de velas, la luz temblorosa hacia que todo fuera mas intimo y mientras yo cogía o dejaba algo sobre una silla el se acerco a mi por detrás, me cogió y comenzó a acariciar mis enormes teta haciendo que mis pezones se pusieran durísimos en solo unos segundos, yo notaba su polla en mi culo y eso me excitó aún más, así que me giré y besándonos llegamos hasta la cama
Lo conocí en casa de un amigo, el cuarto estaba lleno de gente pero fue como si estuviésemos solos, sentí como si me hubiera despertado de un largo sueño o que en ese momento se iniciara un sueño, solo lo veía a él y supe que nunca había visto antes a un hombre, que allí había recibido el don de la vista y del sentimiento.