relatos eróticos dolor

34 relatos

Un jovencito se enamora locamente de un muchacho de 19 años

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Tuve conciencia de mi homosexualidad antes de cumplir los 12 años. Siempre buscaba mirar antes el pene de mi hermano, 5 años mayor que yo, que la rajita de mi hermana 2 años menor que mi hermano. Solía esconderme en un armario-habitación que había en la habitación de mis padres, y que se accedía a él tanto por su propia recámara, como a través de otra puerta en el pasillo.

Enculado por mi primo

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Juan, ese el nombre de mi primo, con el empezó mi experiencia sexual, teníamos casi la misma edad, desde niños siempre fuimos muy unidos, pasábamos las vacaciones en casa del uno o del otro, hasta que con el tiempo al empezar a crecer comenzó nuestra curiosidad por el sexo y lo fuimos descubriendo juntos.

Ahora entiendo porqué

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Soy un hombre casado de 50 años recién cumplidos. La gente me considera una persona bien parecida y con un cuerpo razonablemente atractivo ya que practico diariamente diversos deportes por espacio de dos horas.

Tren nocturno

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De pronto dio una embestida y el glande se coló en mis entrañas, produciéndome un dolor insoportable, con lo que intenté zafarme de esa penetración pero me tenía muy cogida y lo único que conseguí es que se metiera un poco más, por lo que intenté quedarme quieta y esperar que cediera el dolor.

Recuerdos de la guerra I

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Mis glúteos cabían en sus manaza y me apretaban con mucha fuerza. Me arrimaba cada vez más fuerte a él y la hebilla de su cinturón empezó a clavarse en mi abdomen.

Verónica III

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Esa noche hice un análisis de cómo era, físicamente no se puede negar que me encantaba sin embargo había detalles que no me agradaban demasiado, no se rasuraba las piernas y el bello púbico estaba descuidado. Además la ropa que usaba no era precisamente sexi, ambas cosas podían ser arregladas fácilmente y me servirían de prueba de su buena disposición.

Historias sexuales de Silvia I

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Cuando cumplí los 18 años mi tío el papá de Ramón y Saúl que ya para entonces contaba con unos 28 años era fuerte y apuesto, me llevo mi regalo y dijo que no había llevado a sus hijos por que se habían ido a una excursión pero que no me preocupara ya que el estaría para jugar conmigo a lo que quisiera, como mis padres habían salido a inscribir a mis hermanos a la primaria, le dije que si quería jugar con él.

En la casa

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Yo no quería abrir los ojos, por que ya sabia lo que me esperaba, pero me acorde de mi hermana y la busque con la mirada y se encontraba en el suelo, también le habían bajado el pantalón y le habían abierto su blusa, ella se retorcía en el suelo, pero uno de los tipos la sostenía de las manos mientras el otro acariciaba sus piernas.

La historia que me marcó para toda la vida

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Hace tiempo que escribí mis experiencias de amor y sexo en mi vida, no es mi fantasía es mi realidad, lo hice en forma de diario aunque en pocas partes, ahora que encontré este lugar en la red me gustaría compartirlas con ustedes.

El despertar equivocado de la sexualidad

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La posición en que me tenia le permitía acomodarme a su gusto a pesar de mis pataleos y corcoveos estaba entrando en mi y sentía con dolor como se derrumbaba el estado de mi virginidad anal ya que con cada empujón en mi traste sentía que esa arpía ganaba terreno victoriosamente.

Viajando con el tío II

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Era increíble la sensación, empezamos el ritmo, yo movía mis caderas, rotaba y me enroscaba, el seguía taladrándome la vagina, qué rico sentía, gemía, gritaba en silencio de placer y él también, lo estaba haciendo sentir como nunca me decía yo le decía: más, más, cógeme, no me la saques, métamela, me encanta, dame verga, dame verga por favor, más, métamela, me encanta tu vergota mi amor.

El gimnasio

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La gente se amontonaba en los rincones cubiertos por la bóveda de mármol de las escaleras, fumándose un cigarrillo, sintiendo pasar las horas, y el claxon de  los coches que circulaban por la gran avenida de Pablo Picasso.

El final de la partida IV

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Los dientes del metal se clavaron en la carne y una oleada de fuego recorrió mi cuerpo. Saltaron las lágrimas de mis ojos y un grito atronó desde lo más hondo de mi alma. El pezón derecho estaba preparado. De nada sirvieron mis sollozos ni mis súplicas. Sonriéndome, Jaime cerró la pinza. Me sentí mareada por el dolor.

Amantes de día viernes

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Camilo retiró un poco la presión que ejercía con su miembro sobre el orificio de su amigo, hizo una pausa para tomar fuerzas y sujetando enérgicamente las caderas de Mauricio se lanzó hacia adelante con todo el peso de su cuerpo logrando introducir, de una sola vez, su gran miembro de dieciocho centímetros hasta lo más hondo de la cuevita hasta hacía poco inexplorada.

Iniciación zoofílica VI

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El olor a café me hizo suponer que el castigo había terminado o que se trataba de un descanso, pero no, era lo primero, fui desatada, entre las dos me sentaron en una silla, me ataron las manos al respaldo y las piernas muy abiertas a las patas.

De leer quise probar

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Este es mi primer relato, jamás pensé que me atrevería, he estado leyendo desde hace tiempo los relatos zoofílicos, y sinceramente me impresione e inclusive me escandalice, no pensé que existiera ese tipo de relaciones a pesar que tengo 18 años era virgen hasta hace apenas 2 días... aquí comienza mi relato y mi primera experiencia sexual y zoofilia...

Iniciación zoofílica III

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El dolor era fuerte pero para mi sorpresa no era insoportable, sentía un escozor muy fuerte, sentía como la sangre fluía en aquel punto con fuerza y una excitación para mi desconocida empezaba a invadir todo mi cuerpo.

Mi sanduche favorito II

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Nosotros ya contentos porque quería repetir el sanduche, pero aún había un problema el hombre todavía no terminaba de instalar las alarmas y no podíamos hacer nada aun, esperamos como una hora y no terminaba así que sin importar que aquel desconocido entre de rato en rato a mi casa nos encerramos en mi cuarto y comenzó lo bueno.

Rewind

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Parado en la cornisa tuve dos segundos de una tranquilidad infinita, la que se siente cuando algo definitivamente se resuelve, pero al instante volvió el dolor, esta vez no del cuerpo sino del alma, de sentir realmente que duele la vida.

Despecho

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Llego yo llevaba puesto un short blanco de deportes, de esos que se transparentan, y una playera sin mangas, él llega con una bermuda de gabardina azul, y le digo que paso Daniel, lo note demasiado nervioso no mejor no te digo nada, porque no somos amigos confía en mi, de hecho confiaba mas que en hermana y su cuñado