Síguenos ahora en Telegram! y también en Twitter!

Ahora entiendo porqué

Soy un hombre casado de 50 años recién cumplidos. La gente me considera una persona bien parecida y con un cuerpo razonablemente atractivo ya que practico diariamente diversos deportes por espacio de dos horas.

El caso es que tengo bastante éxito entre las mujeres y con muchas de ellas he practicado el sexo anal y obviamente el oral, desde hace tiempo me he preguntado porque les gusta hacerlo de esa manera.

En lo personal, me fascina ver como cambia en muy poco tiempo la sensación de dolor por la del placer cuando se las meto por el culo.

Al paso del tiempo, se me ha despertado el interés de saber en lo personal que se siente tener una verga adentro, pero por motivo de no tener alguien de confianza con quien hacerlo me había privado de vivir esta experiencia.

Por motivos de trabajo, tengo que viajar desde Guadalajara, México que es donde radico hasta la Ciudad de Tijuana que es la frontera con los Estados Unidos y en el último viaje que efectué, tuve necesidad de hacer escala por una noche en la Ciudad de Culiacán, en donde me hospedé en su hotel más tradicional.

Como siempre, en esa Ciudad hace mucho calor y es tradición mía el bajar al bar a tomarme algunos refrescantes tragos.

Al sentarme saludé a un amigo de Guadalajara a quien hacía mucho tiempo no saludaba y al encontrarnos los dos solos nos sentamos en una sola mesa.

Platicamos de lo mal que está la situación y de muchos otros temas.

Mientras transcurría el tiempo, me di cuenta que con mucha insistencia me tocaba mis piernas lo cual me hizo pensar que tenía enfrente la posibilidad de tener la experiencia que tanto ansiaba. Así es que al cerrar el bar pedimos otras copas y lo invite a mi habitación para continuar bebiendo.

Una vez en mi cuarto le indique a mi amigo que me ducharía rápidamente a lo cual me respondió que el también lo haría en su habitación y que pronto regresaría. Una vez que me bañe salí cubierto solo con la toalla y el llegó con su pijama de pantalón corto. Nos sentamos en el sillón para ver la tv en donde continuó haciéndome tocamientos en mis piernas ya desnudas lo cual empezó a provocar que se me fuera parando mi verga, al voltear a verlo, vi que su miembro también estaba totalmente erecto.

Dentro de mi excitación, también sentí miedo y no hice nada pero mi amigo tuvo la osadía de sacársela y preguntarme si me gustaba.

La verdad su tamaño era del todo normal, nada espectacular pero para mi, en mi primera vez se me hizo hermosa, así es que empecé a tocársela con mi mano y después sin que me lo pidiera se lo acaricie rápidamente con la boca.

Mi amigo gemía y me decía como le gustaría que le hiciera. Mientras estaba yo ocupado con su verga, el me empezó a sobar mis nalgas dando algunas pasaditas por mi culo que cada vez se ponía más ansioso. En eso, se para y toma la crema que tenía en mi baño, se unta el dedo con ella y me lo mete con mucho cuidado, primero uno, después otro haciendo un mete y saca delicioso.

Cuando sintió que mi ano estaba lo suficientemente relajado, me pidió que me pusiera de perrito y comenzó a pasarme la cabeza de su verga por la raya de mis nalgas y a ponerla, haciendo un poco de presión sobre mi dilatado agujero.

La verdad en ese momento lo único que quería era sentirlo adentro de mi y le pedí que lo metiera pero con mucho cuidado.

No se si era por los tragos que había tomado o por que mi culo estaba totalmente dilatado pero no sentí dolor alguno, solo un delicioso calor dentro de mi.

No se cuanto tiempo duro ese maravilloso momento ni cuantas posiciones diferentes utilizamos, lo único que sé es que ahora entiendo a las mujeres que les gusta que se los metan por ahí. Es Maravilloso!

¿Qué te ha parecido el relato?