Así fue como empezaron mis aventuras sexuales, con la primera enculada que me hizo mi primo.
Juan, ese el nombre de mi primo, con el empezó mi experiencia sexual, teníamos casi la misma edad, desde niños siempre fuimos muy unidos, pasábamos las vacaciones en casa del uno o del otro, hasta que con el tiempo al empezar a crecer comenzó nuestra curiosidad por el sexo y lo fuimos descubriendo juntos.
Una mañana luego de esas noches en que dormíamos juntos (antes de que descubriéramos nuestro mutuo gusto por el sexo juntos), desperté, yo estaba recostado de lado, el recostado del mismo lado delante de mí con sus nalgas muy pegadas a mi miembro, y con cualquier pequeño movimiento que realizaba las pegaba más a mi verga que empezó a responder poniéndose erecto, grande y grueso, como para atravesarlo de lado a lado, ambos fingíamos estar dormidos así que pasé mi mano por sobre él hasta tocar su verga, la tenía erecta así que empecé a acariciársela, mientras, me juntaba más a él para sentir su culo, que me empezaba a enloquecer con su movimiento.
Lo malo fue que al ser la mañana todo el mundo despertó ya y nos quedamos con las ganas de seguir el juego, y al ser el último día de vacaciones tuvimos que esperar un par de semanas y con el pretexto de realizar una tarea vino a dormir en mi casa un fin de semana, estábamos «durmiendo» los dos solos en el suelo de mi dormitorio, ya que mi cama era pequeña y hacía demasiado ruido, y no queríamos ser descubiertos ni interrumpidos; yo empecé a acariciarle todo el cuerpo incluso su verga que estaba flácida al principio, el respondió y empezó a besarme primero en la boca, luego el cuello, siguió por mi pecho y mi abdomen, hasta llegar a mi pubis, entonces tiernamente lamió y chupo mi verga que se puso grande y dura como nunca antes, lo hacía tan bien que me volvía loco por completo, apenas podía contener mis gemidos de placer, ya que sabia que no podíamos hacer mucho ruido! OOOOH DIOOOOOOOOOS CUANTO PLACER¡, realmente era la primera vez que me realizaban una mamada era casi el cielo, el solo decía ¡MMMMM¡ ¡MMMMM! ¡MMMMMMMMM! y unos sonidos que provenían de la mezcla de su saliva con parte de mi liquido seminal.
Decidí «tomar venganza», ahora era él quien estaba de espaldas al suelo y yo el que le chupaba su miembro que era divinamente grande, y estaba tan duro como el acero, me lo engullí totalmente, todo ese gran palo lo tenía en mi boca, me llegaba hasta la garganta impidiéndome respirar, pero eso no me importaba para nada yo lo seguía chupando, arriba y abajo, una y otra vez, sin parar; escuchar su jadeo y sus gemidos acelerándose me excitaba al extremo, fue entonces cuando me acerque a su oído y le susurre me la metiera en el culo; (nunca antes había tenido una relación sexual y menos había tenido sexo anal, pero habíamos visto un par de películas juntos, y yo había quedado impresionado con las escenas en que le enculaban a alguien, así que llevado por la excitación y por mi curiosidad de saber que es lo que se sentiría estar ensartado en la enorme verga de mi primo) el accedió así que se colocó de rodillas detrás de mi, yo me coloqué en cuatro luego de untarme suficiente cantidad de crema lubricante en mi ano virgen y su enorme palo, bajé mi cabeza y mi dorso y levante mis caderas y mis nalgas, exponiendo y ofreciendo a la vez todo mi culo, con desesperación y ansiedad de que me enculara, y el jugaba conmigo, deslizaba sus dedos alrededor de mi ano, procediendo a meterme delicadamente un dedo primero, a lo que mi cuerpo reaccionó con un temblor que me recorrió totalmente y me llenó de placer, luego me introdujo un segundo dedo y el temblor se hizo mayor, yo estaba desesperado por sentir ya dentro de mi esa tremenda verga , me encontraba dispuesto a ser penetrado de una sola vez por todas así que le suplicaba que me la metiera de una buena vez, pero el sacó sus dedos de mi ansioso ano y jugó un poco más al rozar con el capullo de su miembro en la entrada de mi culo antes de proceder a introducírmelo lentamente, pero a pesar de la delicadeza con la me la metió, al pasar la cabeza de su verga por mi huequito sentir el dolor más insoportable del mundo, que estuve a punto de gritar !AGGGG! ¡OOOOOOOOOOOOOOOOH POR DIOOOOOOOOOOS COMO DUELEEEEEEEEE! y mordí con fuerza la almohada para contenerme, sentí que me partía en dos, que mi culo se desgarraba, que iba a reventarme…, fue tal mi dolor que me moví hacia delante para desensartarme de él y me quede inmovilizado unos minutos por el dolor, él se recostó a mi lado y empezó a besarme y acariciarme como pidiéndome perdón por haberme «lastimado».
Pero yo estaba dispuesto a terminar con lo que empecé así al pasar un poco el dolor, me volví hacia mi primo y empecé a mamársela con muchas más ganas, hasta que se puso tan grande y dura como antes, el se encontraba recostado sobre sus espaldas así que me puse en cuclillas y me encaramé sobre él y era yo quien guiaba su enorme palo hacia mi culo y al encontrar la entrada de mi «agujerito», me deslicé hacia abajo para que me penetrara (pensaba que después del dolor que tuve al ser penetrado por primera vez, ya no seria tan dramático lo que sigue pero….), al ser penetrado nuevamente, volví a sentir aquel dolor tan grande, y a sentir que mi culo explotaba al abrirse tanto, mi primo excitado empezó a embestirme desde abajo mientras yo lo trataba de detener empujando mis manos contra él para que no se moviera mientras pasaba el dolor, ya que esta vez no iba a dejarme llevar por el dolor, decidí aguantarlo y no sacar esa enorme verga de mis entrañas.
Así, el dolor empezó a reducirse y fue entonces que el placer se abrió paso y empecé a gozar de verdad era yo quien llevaba el ritmo y la profundidad de la penetración y obviamente que me la ensartaba enterita, ¡AH AH AH AH ¡ ¡OOOOOH! ¡MMMMM! ¡MÁS, MÁS, MÁS, QUIERO TODO TU TRONCO! ¡QUIERO QUE ME METAS TUS BOLAS TAMBIÉN!,cada vez me dejaba caer con más fuerza para que la penetración fuera más profunda, la quería más y más dentro, era lo mejor del mundo, con cada embestida y con cada gemido de mi primo me excitaba más y aceleraba el ritmo tratando de llegar al momento máximo.
Este llegó al cabo de un buen rato de coger, cuando escuche un gemido tremendo y lo vi contorsionarse, supe que se estaba viniendo así que me retire rápidamente y me abalancé sobre su palo que en una tremenda eyaculación emanaba gran cantidad de leche caliente y blanquecina, algo salada, sabía a la mierda de mi culo mezclada con su semen pero a mi me supo a miel, la salpicó por todas partes, una buena cantidad sobre mi cara y en mi boca y yo me la lamí y me la tragué como si de eso dependiera mi vida y seguí chupando su verga y sus bolas por un muy buen rato hasta asegurarme de haberme bebido hasta la última gota de su leche y dejar su pene totalmente libre semen.
El me tomó de la cara y me acerco a la suya me ayudó a terminar de limpiarme con su boca del semen que aún quedaba en mi rostro, y nos besamos hasta atragantarnos mutuamente con nuestras lenguas…
Luego sonreíamos como sonríen dos chiquillos que acaban de hacer una travesura , fue una sonrisa de complicidad, estábamos cansados y felices, pero llegaba ya el amanecer y había que madrugar, así decidimos pasar el resto de la noche «tranquilos», aunque con las ganas de seguir nuestro juegos sin parar, ni modo nos tocó dormir soñando con lo que hicimos y lo que podríamos hacer.
Este es el final de la historia, por hoy por lo menos.
Pero tranquilos no lo es de toda la historia, en mis otras historias ya les contaré de muchas travesuras que hicimos.