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Añoranza, deseo y amor

Abro mis ojos, por que no quiero dejar ese lindo sueño...y miro el cielo, esas estrellas tan inalcanzables en el firmamento y pienso....¡¡ Es posible que los dos , estemos cubiertos estando uno de el otro tan lejos...por este mismo cielo ¡¡ Que extraña la vida, tan lejos y es posible que miremos el mismo cielo, la misma estrella!!.

La duna

Empecé a mordisquearla y a chuparla con tanta pasión que estuvo a punto de correrse... pero no, la saqué rápìdamente y paré el movimienteo bruscamente agarrándolo fuerte por los cojones -aún no habia llegado el momento- .

El violento deseo de la tarde

Esas tardes en que yo se los entregaba en cada momento, en cada rincón, cuando aprendió a mamarlos con delicadeza, a veces, y con furia otras, en que me sentí amamantando a un animal joven, hambriento y mío y en que los dos nos dejábamos llevar por este juego diabólico que nos llenaba cada día de un deseo creciente.

Pasión por mi sobrina IV

Sandra se percata de la seriedad de mi mirada. Su sonrisa desaparece y me mira con una expresión mezcla de interrogación e incredulidad, pues presiente que yo no soy dueño de mi mismo. Y tiene razón, pues me domina el deseo de tocarla y nada me importa en ese momento que no sean sus senos. No hay fuerza ni razonamiento que me haga desistir. Sus senos están ahí y es lo único que puedo ver.