No pasaron diez minutos cuando él asomó por la puerta y dijo que llegó para comentarnos que se había excitado mucho en el autobús en el que llegó a la ciudad porque un desconocido creyendo que él dormía le había acariciado la verga y nos mostró como su pantalón mostraba un bulto enorme que se advertía completamente duro.
A la mañana siguiente, yo desayunaba tranquilo cuando apareció ella en la cocina, vistiendo una ligera pijama de dos piezas, que aunque de mangas y pantalón largo, por lo delgado de la tela, dejaba adivinar que no tenía absolutamente nada debajo de la ropa.
Era una nota de tono romántico para suavizar la situación, le contaba como hacia tiempo que observaba su belleza desde la ventana de mi aula y lo mucho que me apetecía charlar con ella en algún lugar tranquilo para poder expresarle mis sentimientos. Le di el numero de mi móvil y le dije que me llamara si aceptaba el convite.
Estaba que explotaba de placer, parecía que no llegaba el momento de penetrarla. Me miró a los ojos, me sonrió y lentamente cerró sus ojos al tiempo que se iba sentando sobre mi polla tiesa. El ano no tardó en ceder a la presión de mi glande y pude sentí con nitidez como ese ano tan deseado se abría para abrazar todo mi glande.
De pronto siento una lengua en mi clítoris. Es Rudy que sentado en el suelo me esta chupando la chocha, el clítoris, mientras todavía tengo la verga de Carlos adentro. Siento un gusto cabrón con esa lengua moviéndose ahí abajo donde más me gusta mientras me meten una verga como si quisieran matarme.
Yo estaba parado en el terminal esperando un carro que saliera para Florencia cuando veo que viene mi profesor de Educación Física, hombre alto de unos 38 años y muy peludo como a mi me encantan. Hasta ese momento yo no creía ser homosexual por que hasta tenía novia pero a mi siempre me había llamado la atención mi profesor.
La posición en que me tenia le permitía acomodarme a su gusto a pesar de mis pataleos y corcoveos estaba entrando en mi y sentía con dolor como se derrumbaba el estado de mi virginidad anal ya que con cada empujón en mi traste sentía que esa arpía ganaba terreno victoriosamente.
Me acerque a su carita empecé a besarla lentamente pasando mi lengua por sus labios, juntando mis labios a los suyos ella dejo entreabrir su boca dejando entrar mi lengua húmeda que comenzó a buscar la de ella, jugando, como peleándose las dos, nuestras salivas se mezclaban y yo comencé a sentir que mis braguitas se mojaban que rico mi amor.
En una de las pasadas se le callo un poco por la barbilla y yo deje que llegara al pecho baje con mi boca y seque la gota que había caído, en eso ella agarra la botella se pone contra la pared y se empieza a tirar liquido desde la boca para que vaya cayendo por su cuerpo y yo lo reciba en la misma conchita bien depiladita y suave que tiene.
No se cuanto tiempo estuve penetrando esa vagina mi pene entraba y salía una y mil veces ya no aguantaba mas y nos vinimos los dos en un orgasmos mutuo, mi leche salía por la rajaduras de su vaginas en gran cantidad que quedando extenuado los dos nuestro cuerpos quedaron bañados en sudor y yo seguía prendada a ella como un perro por un rato.
Cuando fui consciente de su situación ya era tarde , hizo que me echara sobre mi abuela que gemía como una loca, unto algo en mi culo y de un golpe seco, introdujo su polla en mi culo, yo chillé y un dolor enorme recorrió todo mi cuerpo.
Esa delicia carnosa y juvenil. Eufórico levanté a Tania de mí y me puse a lamerle el coño a la rusa. Y Mónica se puso a hacer lo mismo. Que gozo me produjo ver a la puta sonriendo por el placer que le estábamos dando con nuestras lenguas al mismo tiempo.
Como si hubiera adivinado las intenciones de Junior, nos dijo que nos esperaría en la habitación y que no tardáramos. Nosotros optamos por quedarnos un poco más en la sala. Nuestra intención era que ella se impacientara lo que haría que, cuando estuviésemos a su lado, sintiera más las ganas de poseernos. Pero hay que admitirlo, los impacientes éramos nosotros.
Le confesé que escribo relatos eróticos para publicar en Internet, y se rió muchísimo, entonces le ofrecí pasar a mi habitación, donde estaba la PC, para que leyera alguno si así lo deseaba.
Sin decirse palabra alguna caminaron abrazadas hacia el cuarto de dormir de la dueña de casa para estar más tranquilas y fuera del alcance de miradas indiscretas, se desnudaron totalmente y ya sobre la cama se acariciaron por todo el cuerpo terminando cada una con su cabeza hundida en la entrepierna de la otra en un 69 interminable.
Tras quitarme el abrigo retiró de mis hombros las frágiles cintas que sostenían mi vestido, dejando al descubierto mis tetas, ya que no llevaba corpiño puesto, las que listas y anhelantes por sentir el roce de sus manos, se erguían en su punta haciendo innegable mi extremo estado de deseo.
Un día habíamos salido a hacer ejercicio corriendo por la playa yo la miraba, ella estaba divina con sus pantaloncitos y su tanguita por encima y uffff me tenia loquita, yo me puse unos short pequeñitos y una camiseta que dejaba ver mi ombligo pienso que estábamos muy sexy, después de terminar de hacer ejercicio llegamos a casa.
Les grité a los visitantes que se marcharan, que eran unos degenerados al igual que mi marido y no que era una puta dispuesta a hacerles favores. Me puse a lagrimear y les pregunté por qué me hacían esto a mí e indirectamente a sus esposas que eran mis amigas. Por qué me humillaban de esa manera si nunca les había dado motivos para ello.
Recorrí con mi lengua el borde de su capullo, por todo el contorno, haciendo frecuentes pases por su tierna piel. Noté por los movimientos que había acertado con uno de sus puntos sensibles y me alegré por José...sabía que estaba gozando mucho.
Sabía que tanto su esposo como su hijo volverían tarde de la empresa que controlan y no se iban a preocupar entonces por ella. Tendría alrededor de 3 horas libres y las iba a aprovechar y cómo.
Ante mi sorpresa y prácticamente sin mirarme, sacó su pie de mi boca y se calzó la zapatilla. Enganchó una correa de perro en mi cuello, y a tirones me sacó de la habitación ante la atenta mirada de Marga.
El muchacho me subió las piernas por encima de los hombros para poder penetrarme mejor y estando en esa posición, además de sentirla toda, podía adivinar la calentura de mi esposo al verme así y esperaba, en forma morbosa, que estuviera haciendo buenos primeros planos, ya que nos calienta mucho vernos filmados cuando cogemos y más si se trataba de otro hombre el que lo hacía.
El aceleraba y aceleraba hasta que noté como si algo estallara adentro y se extendiera por todo mi cuerpo. En ese momento me metió un dedo en el culo y le agradecí a viva voz el haberme el hecho de hacerme gozar así y tener dos orgasmos seguidos tan intensos.
Yo estaba como una loca y lo único que quería era hacerle una mamada, empecé a tocársela por encima del pantalón, pero mi ansia me hizo bajarle la cremallera meter la mano y sacársela, tenia una polla enorme, estaba caliente y su punta muy mojada, me la metí en la boca y empecé a chupársela mientras me tocaba por encima del tanga.
Me metí entre sus piernas, se las subí un poco por las rodillas, par que que cogí la polla y se la comencé a frotar en la entrada de su coño, suavemente, se la frotaba, le metía la cabeza, se la volvía a frotar, hasta que comenzó a mover las caderas, muestra de que estaba a punto de llegar de nuevo al clímax.
No se atrevía a mirar a Javier directo a los ojos, pero sus tetas que debido a su juventud parecían estar siempre erectas daban la impresión de apuntar hacia él, lo cual la hizo sentirse apenada. Javier no desperdició el tiempo y se aferró a sus pezones, apretándolos y torciéndolos, Karina dejó escapar un gemido. Su entrepierna se calentó casi por inercia, y la joven sintió un ligero humedecimiento.
Yo mientras tanto seguí con mi tarea, que la verdad no me disgustaba. Le daba vueltas con mi lengua alrededor del glande, me detenía en la corona, en el frenillo y trataba de introducírmela toda en mi boca lo que no era posible debido a sus dimensiones. Le acaricié los testículos con mi mano y él empezó a estremecerse.
Sentía tu verga dura en mi estomago. Quería devolverte algo del placer que me estabas dando y te abrí dos botones de la camisa para besar tu pecho. Entonces tu me bajaste la parte de arriba de mi blusa y mis tetas se pegaron a tu pecho desnudo.
Buá!, yo me puse a cien, en un momento no tenía pantalón para aguantar lo que tenía dentro... seguí haciendo las rayas... mientras ella me miró un buen rato seguido y yo pues me volví hacía ella un momento y, joder, vaya cara que vi... le había cambiado la cara un poco pero a mí me pareció muchísimo... joder, joder, estaba meando todavía, pero no estaba meando... estaba excitándose un montón mirándome... yo no supe qué decirla...me dijo:
Me sorprendía a mi misma, nunca antes se me había pasado por la cabeza engañar a mi marido, nunca había tenido motivo, y ahora tampoco lo tenía pero en mi cabeza se empezaba a gestar la idea de tener una aventura extramatrimonial.
Es una chica estupenda: organizada, responsable, discreta, eficiente, muy avispada y observadora... y sabe escuchar como nadie, lo que la convierte en mi consejera y mi mejor amiga. Su ternura me proporciona la calma que en tantas ocasiones mi corazón solitario pide a gritos.