relatos eróticos bocas

Relatos eroticos sobre bocas

536 relatos

Unos días apartados de la civilización

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Los dos tíos (Javier y Jaime, yo me llamo Antonio) se acercaron a ella y empezaron a sobarla por todos lados, las tetas, le bajaron los pantalones y le metieron mano hasta hartarse, mientras se turnaban para besarla en la boca o ir lamiendo su coño de forma alternativa.

Otro sueño cumplido: Mari y… I

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Cuando se salió mi polla por la flaccidez post-acabada, de su culo salieron enormes cantidades de semen que mezclada con la abundancia del flujo que brotaba de su vagina, me dejaron los huevos empapados y pringosos. La besé en la nuca y lamí sus orejitas y con un "ya vuelvo" me fui al váter a lavarme.

El cumpleaños de mi novio

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Cuando acabo mi relato toco el pantalón de Cesar y me doy cuenta que esta mojado, no puedo negar que yo estoy también muy mojada, bajo de nuevo mi mano, pero esta vez voy hasta mi rajita, meto mi dedo, y lo saco totalmente húmedo, lo paso por los labios de cesar quien casi me lo arranca por su afán de saborear mis jugos

Los pecados capitales

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Mi marido no había llegado todavía a casa y yo estaba ansiosa de un buen meneo, lo del trabajo me había puesto caliente a más no poder y necesitaba algo, me habían ascendido y era necesario celebrarlo como la ocasión merecía, así que me puse un caro traje de noche que había comprado meses antes para una convención y que sólo había tenido ocasión de utilizar aquella vez y llamé a un taxi.

El bedel

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De repente soltó mis caderas, y estrujando de sopetón mis sufridos pechos me dio cuatro o cinco enculadas tan violentas que estoy convencida de que alzo mis pies del suelo. Pues el sádico, rugiendo de placer, se estaba corriendo en mi interior, y para celebrarlo retorcía y tiraba de mis pobres pezones como si quisiera llevárselos de recuerdo.

El trabajo

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Después de acabar el desfile y mucha de la gente abandonar la sala de fiestas yo me dirigí al guardia de seguridad que se encontraba junto al escenario para preguntarle por donde saldrían las modelos, advirtiéndole que era el marido de una de ellas y no un salido de los que quieren probar suerte y ligar con alguna de ellas.

¿Había sido tan solo un sueño?

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Mientras me besaba me acariciaba el pelo y el cuello, luego comenzó a bajar muy lento hacia mi pecho, sus manos eran expertas haciendo círculos alrededor de mi pecho, acariciando sin acariciar, su boca comenzó a bajar hacia mi cuello susurrándome besos, su lengua iba dejando su rastro por donde pasaba, a medida que su boca se acercaba a mi pecho, sus manos bajaban suavemente hacia mi estomago.

Ascensor empinado

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La ropa que me había proporcionado era bastante sugerente: unas finas braguitas de encaje blanco que a duras penas podían contener el volumen de mi polla, unas medias transparentes y un vestido muy corto y que permitía disimular la falta de pecho con algo de relleno.

Unos cuernos bien puestos y… disfrutados V

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Siguieron amándose con desesperación y de pronto él se quitó los pantalones y el calzoncillo, aquella gruesa polla negra erguida estaba reclamando la boca de mi mujer, lentamente ella fue deslizándose hacia su aparato y se lo metió en la boca de una vez empezando un espectacular y excitante ritmo de sube y baja sobe aquel vástago.

Madre, mujer y hembra

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Yo me quede super caliente, empecé a escuchar fuertes gritos en la recamara de mis padres no tomando en cuenta que se decían entre sí, como a los 15 minutos se escuchó un fuerte golpe en la puerta de su recamara, de inmediato se abrió la de mi cuarto entrando mi madre llorando y con sangre en la nariz se echó a mis brazos de inmediato yo quería ir a reclamar a mi padre su proceder no permitiéndose mi mama.

Liria VI: y Boris

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Mi chica seguía hurgando mi fuente, me llegó otro orgasmo, ella lo sintió lanzando un gemido de placer y replicando con otro; al mismo tiempo apreté con mis labios la pija, desplacé su forro para sentirla mas dentro de mi boca y Boris me lanzó una bomba de leche caliente que llegó hasta mi garganta.

Un gato y dos tequilas II

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Su boca se fue abriendo lentamente, hasta que nuestras lenguas se encontraron y comenzó a besarme él. Lo hacía muy bien. El sabor de su saliva se mezclaba con el del alcohol y a mi me enloquecía. Además, mi orto estaba ya que patinaba de tanta saliva que Karlitos me había dejado.

Ciberencuentro!

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Se me iluminó la cara de felicidad, el me agarro como si fuera un trapo, colocó mis piernas a la altura de sus hombros y abrió mi culo, para por fin sentir su verga dentro de mi, puso saliva en mi culo y se preparó para penetrarme.

Mi esclava traga II

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Entonces le rodeé la cabeza con mi brazo izquierdo y apreté fuerte su cabeza contra mi polla, con mi mano derecha le sujeté el mentón por debajo de la papada, y arqueé mi cuerpo hacia delante pegando mis abdominales a su frente.

El violento deseo de la tarde

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Esas tardes en que yo se los entregaba en cada momento, en cada rincón, cuando aprendió a mamarlos con delicadeza, a veces, y con furia otras, en que me sentí amamantando a un animal joven, hambriento y mío y en que los dos nos dejábamos llevar por este juego diabólico que nos llenaba cada día de un deseo creciente.

El elegido

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El mes pasado, al estarse dedeando frente a mí, como preámbulo a poseerla y deslecharme en ella, entre gemidos y la respiración entrecortada, me comentó que al encontrarse sola, se masturbaba deliciosamente, imaginando como era cogida al mismo tiempo por mí y por otra persona.

Las verdaderas intenciones de mi jefe

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La agarraba de los pechos con ansia y probaba todo tipo de posturas, aunque decidió que prefería la posición fetal: ella con la espalda apoyada en la tumbona, en cuclillas, mostrándole el conejo a mi jefe, que la podía penetrar hasta el fondo con esa tranca.

Un amante perfecto I

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Dicho esto, le di un beso en la cabecita de su verga como dándole las gracias por permitirme seguir disfrutando de su hermosa verga, continuando con mis besos a todo lo largo de toda ella. Con mi lengua empecé a recorrer todo el entorno de su glande, antes de metermela en mi boca por completo para chuparsela.

Unos días de descanso

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Raúl y Ariel acercaron sus vergas para que se las limpiara también, se las chupé y lamí enteras, eso hizo que pronto estuvieran duras de nuevo, entonces Ariel quería cogerme por el culo, se puso acostado y me monté de espaldas a él, clavándome por el culo su dura verga, así lo cabalgué fuerte y entonces le pedí a Raúl que me la metiera por la concha, se puso sobre mí y me penetro, sentí mis agujeros llenos de verga, dos vergas cogiendome fuerte y duro hasta que me hicieron explotar de placer, acabé entre gritos y jadeos de excitación.

Fin de año

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Abandonó mi coño, para ir desabrochando mi blusa, que estaba tensa por el endurecimiento de mis tetas y los pezones me dolían de calientes, poco a poco, botón a botón dejó al descubierto mi sujetador, besando las tetas con dulzura mientras desabrochaba mi sujetador y se deshacía de él dejándolas al descubierto, él dándose cuenta de mi excitación con la lengua recorrió mis pezones mientas con su mano seguía jugueteando con el tanga.

Ante el acoso de un hombre por su madre, decide ser el, quien le quite la calentura

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El baile fue algo enloquecedor: me frotaba contra ella, buscando las ocasiones para con los movimientos acomodarle bien mi pene entre sus nalgas, y lo peor o lo mejor para mí, era que mamá gozaba con esto, y proyectaba hacia mi, su trasero, apretándolo contra mi vientre, buscando más intimidad en el roce, mientras tratábamos de besarnos en largos besos de lengua, húmedos, jadeantes.

Nuestra fantasía

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Entonces la desate, estaba claro que la gusto porque una vez desatada se giro y empezó a chupar mi polla mientras Luis se acercaba por detrás de ella y la cogía las tetas con las dos manos. Se acostó y nos pidió que la chupáramos toda.

Nacho, Pepi y yo IV: M. Teresa

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Nos besamos de nuevo y noto que mi miembro viril estaba de nuevo en orden de batalla y entre beso y beso, me dijo que cómo era posible, que siendo diabético tuviera esa fuerza, que ya sabía que su cuñada y hermano me habían ayudado, pero que le parecía increíble que pudiera ser así.

Fantasías después del sexo

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Y al fin, un dedo primero, luego dos, y después no sé cuántos, hurgan en mi interior, dilatan la entrada durante mucho tiempo, y luego se retiran, pero sólo para ser sustituidos por un glande que explora primero suavemente, y luego se introduce poco a poco. Y siento, no sabría decir si un doloroso placer o un placentero dolor, pero me entrego a la desconocida sensación.

El juego

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Mientras Juan se tomaba una copa con José en una pequeña barrita que había en la habitación y le consolaba (o le animaba para algo más, quién sabe) Rafael apareció por detrás y empezó a sobarme todo el cuerpo.