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Sabor de un viaje

Sabor de un viaje

Lo que te voy a contar me sucedió en el micros de pasajeros de larga distancia, que va desde la ciudad de Mar del Plata y hasta la ciudad de Tucumán que queda al norte de Argentina, entre esta distancia recorre muchos kilómetros y muchas ciudades y entre esas es en la que subí yo para viajar para visitar unos parientes en una ciudad de la provincia de Santa Fe.

Subí a este autobús en mi ciudad y me ubique cómodamente en mi asiento como para poder disfrutar del viaje y aparte que sea cómodo ya que es bastante largo, me senté del lado de la ventanilla; a mi lado viajaba un chico como de catorce o quince años, cabello claro, anteojos que enmarcaban un par de ojos verdes grandes y de sonrisa, diría, un poco atractiva.

Cuando arranca el autobús y llega a la ruta para continuar el viaje el servicio de la empresa ofrece una película, la que era una comedia con Lesli Nielsen o sea cómica al ciento por ciento, íbamos entretenidos con mi compañero ocasional de viaje, yo me había acomodado apoyándome sobre el apoyabrazos rebatible, que está entre medio de los dos asientos, para poder ver mejor, o sea que me acerqué un poco al otro pasajero.

En lo entretenido que me encontraba mirando la película sentí sobre mi pierna que algo me tocaba, instintivamente bajó la vista y observó que este chico tenía su mano apoyada lo miro, él casi hasta un poco ruborizado me pide disculpas y la retira, al rato otra vez sentí lo mismo, vuelvo a mirar hacia abajo y otra vez la misma escena, lo vuelvo a mirar y se sonríe y la su mano nuevamente, lo que a mi, te digo la verdad me excitó un poco; yo tenía mi campera tapándome como para que el aire acondicionado del autobús no me hiciera daño, ya que estaba bastante frío; al rato de seguir mirando la película me había dado un poco de sueño y ya me estaba quedando dormido y otra vez siento la mano indiscreta sobre mi pierna y rápido y sin dejarlo pensar se la agarró y la meto debajo de mi campera y se la hago que la ponga sobre mi bulto que al sentirla se me había crecido bastante y lo miro y él me mira rojo como de vergüenza y le preguntó bajito si le gustaba lo que tocaba y me asiente con la cabeza, pero me dice “mi mamá” y disimuladamente me señala la mujer que estaba en asiento del frente, la que dormía, “duerme” le dije, y sin decirle mas con una de mis manos acariciaba la suya y con la otra bajaba el cierre de mi pantalón y la llevaba su mano para hacerle tocar mi pene que ya estaba a punto de explotar, le repetí “te gusta?”, el me dice que si, a lo que le pregunto si me la mamaría, me contesto que si pero que no podía porque nos iban a ver, le contesto “esperá un momento y venite al baño”, sin decir mas le saque su mano de arriba de mi pija, me subí el cierre, me acomodé un poco el bulto, le guiñé un ojo, me levante de mi asiento y me dirigí al baño que se encuentra en el piso inferior del autobús, junto a la máquina de jugo y café, y ahí me quedé esperando a mi muchachito, el que no se hizo esperar.

Al verlo bajar las escaleras la sangre me bullía con fuerza y muy caliente, y antes de que nadie de los que viajaban en el piso inferior abrí la puerta del baño y nos metimos los dos juntos y cerré la puerta detrás de mí con el pasador.

Ya dentro de ese cuarto pequeño lo abracé y lo besé en la boca muy suave mientras le agarraba una mano y le hacía acariciar mi pija, retiro mis labios de los suyos y le digo “dale mamamela por favor, no doy mas”, no se hizo esperar, se sentó en el inodoro, rápidamente me desprendí el cinto, el botón y me baje el cierre y de un tirón, él, me bajó el slip junto con el pantalón, y con casi desesperación se metió mi pija en su boca, chupándomela, lamiéndomela, masajeándomela, como todo un profesional, sentí cada milímetro de su lengua y de su boca toda, me la succionaba como si fuera un terneriro en su primer día de vida; te cuento que goce cada instante y en un momento, cuando no resistí mas le digo “voy a acabar”, creí que se haría un lado para que pudiera eyacular afuera, pero no se la metió toda en su boca y al ver esto sentí como si mi pija se deshiciera en mil disparos de semen que inundaron su garganta y cuando creí haber llegado al clímax, tiró su cabecita un poco para atrás y sentí como su lengua estrujaba mi glande contra su paladar y de nuevo me deshice en otros mil disparos de semen que llenaron su boca.

Tomo mi pija con sus manos y se la sacó de la boca para poder tragar ese liquido caliente que le había descargado en la boca, yo sentía sus manos acariciándome los testículos y bajo mi vista para poder ver el rostro de deleite que tenía mi chico y vi como su lengua empezaba a limpiar el resto de semen de mi pija y de sus manos, lo que le propongo “date vuelta que te la meto en el culo y te hago totalmente feliz” y él me contesta “no, eso no, a mi solo me gusta mamarla y saborear lo que me entrega” y le respondo que está todo bien que respeto sus deseos y aparte le di las gracias por la mamada; se sonríe y pasa la lengua por sus labios, se para pulsa la canilla del bebedero y toma un buen trago de agua y luego y otro y el tercero se enjuaga la boca, se da vuelta y me abraza y nos besamos tiernamente y el me dice que las gracias me las daba él, porque hacía rato que no sentía el sabor del semen; me acomodé la ropa, destrabó la puerta del baño y salimos rápido, pero quedándonos junto a la máquina de jugo tomando algo, lo mire de arriba abajo y le llamó la atención con mi vista que se había manchado con su semen el short que traía puesto y él se mira y abre muy grande sus ojos verdes, como de temor, me dice “anda ya me arreglo”, asentí con mi cabeza le guiñé un ojo y me fui a mi asiento, a la pasada observé que la mujer que mi muchachito me había indicado como su madre, estaba muy buena y sobre todo me fije en su boca y pensé que si mamaría tan bien como el hijo.

Me senté en mi asiento y al rato viene mi acompañante y la despierta a la madre y le dice que se le había volcado jugó en el short, y ella muy enojada lo reprende y le dice que agarre la mochila y vaya al baño a cambiarse, él agarró la mochila, se fue y volvió cambiado, se sentó en su asiento, nos miramos y nos dormimos hasta el lugar donde para el autobús para cenar.

Cada uno bajo por su lado como si nada hubiese pasado, nos sentamos a la mesa cada uno por su lado, él con su madre y yo con otros pasajeros en otra mesa alejada de donde estaba ese tierno ser que tanto placer me había hecho sentir junto a su deliciosa madre. Cuando terminé de cenar y luego de pasar por el baño y lavarme las manos y los dientes, me dirigí al exterior del restaurante a esperar que el autobús siguiera su marcha.

Una vez que finalizaron de cenar todos, subimos al autobús para continuar y a los pocos kilómetros de haber continuado su marcha el chofer apagó las luces para que podamos dormir, entonces agarré mi campera y me tapé con ella para ver si podía conciliar el sueño, pero no pude porque susurrando mi chiquito me dice “me das el postre?”, al sentir su aliento en mi oído y sentir su mano en mi pija sobre mi pantalón, se me puso dura como poste de alta tensión, le conteste al oído “bueno… vamos al baño” y me replicó para que si esta todo oscuro y mi vieja ya se durmió, y al decirme esto sentí que sus manos me desprendían el cinto, luego me desabrochaba el botón del pantalón y me bajaba el cierre y una de sus suaves manos me comenzó a acariciar la pija que ya estaba totalmente empalmada, después con mucho cuidado, sin hacer ruido se arrodilló frente a mi metiendo su cabecita bajo mi campera y sentí como sus labios comenzaban a envolver mi pija y luego su lengua la pasaba desde mis testículos hasta la punta y la se la metía toda, a esto mi respiración se había acelerado al máximo y comencé a acariciar sus orejas, su cabello y mi chiquito seguía dándome todo el placer que podía sentir hasta que no pude mas y sentí que mi pija estallaba en mil chorros de semen y que se desagotaban dentro de su garganta y después sentí como su lengua aprisionaba mi glande contra su paladar y volví a lanzar mis chorros de mi jugo caliente en su boca.

Se sacó mi pija de su boca y sentí como sus manos la recibían y deduje que estaba terminando de tragar mi liquido y al momento sentí como su lengua limpiaba todo los restos de semen que quedaban en mi pija que aún estaba caliente.

Al terminar, se levantó y se dirigió hacia el baño, al rato estuvo de retorno y me dio un beso que lo recibí y se lo devolví, fue un beso tan suave como apasionado, en un susurro le pregunté si su madre la mamaba tan bien como él y que me hubiese gustado metersela en el culo a él y a su madre también, a lo que me repitió “a mí me gusta solo mamarla, pero a mi madre si la conocieras mejor la disfrutarías mucho, nos dimos otro beso y después nos dormimos saboreando el placer que ambos habíamos tenido.

Cuando llegué a mi destino que fue antes que el de mi muchachito, que nunca se me ocurrió preguntarle: ni la edad, ni el nombre, le di un beso muy suave y me baje.

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