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El probador I

El probador I

Hola me presento a los lectores, mi apodo es Loqui. Me dicen así por mi estado de locura que tengo por el sexo.

Hoy tengo 24 años pero lo que voy a relatar paso cuando tenia 18.

En esa época era verano y con mi madre (se llama Graciela) vamos a una casa de venta de ropas a comprar una malla a mí para irnos de vacaciones ese verano.

Le pedimos mi talla a la vendedora y esperamos, en eso pasan una pareja de chicos jóvenes a los probadores.

Cuando llega la vendedora nos alcanza unas prendas y me indica donde están los probadores.

Estoy probándome las mallas cuando escucho unos gemidos del probador de al lado.

Trato de ver qué está pasando y encuentro un agujero.

Me pongo a espiar y veo la parejita de jóvenes que están en plena faena, eso a mí me ponía a mil y comenzó a reaccionar mi querido amigo que ya estaba a full.

Sin darme cuenta comencé a masturbarme.

Las secreciones seminales salían a borbotones de mi pene.

Era la masturbada más rica que me había hecho.

Estaba tan caliente, tan excitado, que no me di cuenta de cuando mi madre me llamó – Juanse ¿como te que da es maya?-, termina de decir eso y abre la puerta del probador.

Su cara de asombro decían todo.

– Perdoname no sabia que estabas así. Yo no sabia que hacer, trate de cubrirme pero era imposible ocultar la terrible erección que tenia. En eso me pregunta con cara de susto –

Porque estaba así.- -Lo que pasa es que no pude evitar espiar a la pareja que esta en el probador de al lado y buenoooo. No termine de hablar que mi madre se agacha para ver por el agujero, se demora unos minutos, veo que sus pezones se empiezan a parar, su cara estaba tomando un color rojo como si hubiera cambiado de temperatura.

– Esto es muy raro pero…, se da vuelta y vuelve a mirar mi pene.

– Ma perdoname pero….

– Shhh, no digas nada que eso es muy común a tu edad. Aparte el espectáculo que están haciendo estos chicos es una maravilla.

-Si eso es verdad- -Bueno ahora trata de esconder eso que nos tenemos que irnos- – Pero eso es imposible no puedoo. Eso me dio mucha vergüenza que agache la cabeza.

-Tonto no te avergoncéis que esto que tienes acá es una preciosura. Diciendo esto mamá comienza a tocar mi miembro.

La temperatura continuaba creciendo mientras ella pegaba su pecho al mío y restregaba sus senos contra mí. Yo no daba más necesitaba acabar pero no me animaba a decirle nada a mi madre.

– Hijo no puede más. Comienza a besarme. Yo abro la boca y le correspondo sus besos.

Estos eran entonces fuertes, largos y profundos. Sus ojos cerrados se entreabrían a veces dejando ver sus ojos en blanco por la excitación

Yo la besaba con furia y con pasión. Mordía suavemente sus labios.

Pude ver una mancha oscura en su entrepierna. Estaba tan excitada que ya se había mojado.

– Mama me duelen los huevos -le dije – Pobrecito mi niño- No se preocupe que mamá le va aliviar ese dolor – me dijo obscenamente, luego ella se arrodilló en el piso entre mis piernas, cogió mi pene con las dos manos y su lengua comenzó a dar ligeras pasadas sobre el prepucio, muy suavemente, yo creía tocar el cielo con las manos, jamás había sentido unas sensaciones semejantes, la mejor llegó cuando su boca de terciopelo comenzó a tragarse poco a poco toda mi polla, yo la cogí de la cabeza y mi polla entraba y salía de boca con una suavidad increíble.

-¡Mama! ¡Mama! No puedo más ¡Dios mío! Voy a correrme.- – Dale hijo dale la leche a mami.- – Mama no puedo más voy a acabar.- Ella entonces aceleró sus movimientos, mi polla se deslizaba por su boca a una velocidad increíble y… la explosión llegó, comencé a correrme a borbotones, daba la sensación de que no terminaría nunca de salir leche.

-Oh hijo que bueno estuvo pero acomódate que nos tenemos que ir. Se paro pasando su mano por la boca para limpiar todos los restos de semen que no pudo tragar.

-Si mami estuvo muy bueno y espero que se repita. Ella dejó el probador con una sonrisa en los labios, sin decirme nada.

Me repuse como pude y salí del probador con una sensación rara que no podré olvidar en toda mi vida.

Continuará…

Continúa la serie El probador II >>

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