Me hablas al oído, te lo he pedido, me dices solo las palabras que quiero oír,
Pero para eso yo ya había visto el historial de la computadora y tenía puras páginas XXX y yo me quede pensante, entonces llega ella y me ve que estoy en una de sus paginas que había visitado ella con anterioridad, ella se quedo como congelada y le dije que no se preocupara que yo también las veo a veces, casi siempre.
Esa era la situación que existía cuando llegó la época de efectuar los primeros cortes de energía, puesto que se pretendía evitar que los cortes afectaran demasiado la producción de las empresas, estos se llevaban a cabo en las noches, de modo que desde las 7 y hasta las 9 de cada noche estábamos condenados a vivir en penumbra.
Entonces el día del concierto yo me estaba arreglando y me llamo por teléfono para a ver a que hora iba a pasar por ella yo le dije que a las seis de la tarde para llegar temprano y alcanzar buen lugar, quedamos de acuerdo los dos y yo le dije que me esperara en la escuela donde habíamos estado, para eso yo le hable a mi amigo diciéndole que iba a ir con su exnovia y el dijo esta bien, entonces los veo haya en el concierto, y yo le dije esta bien haya te veo.
Empecé a subirla y a bajarla suavemente con el nabo encajado pero en vistas de que ella pedía mas, empecé a hacerlo mas y mas rápido mientras, a trabes de su top ajustado, le tocaba los pezones que tenia muy duros, entonces ella se quito el top sin que yo dejara de meterle y sacarle mi nabo, siempre hasta el fondo.
Un día a pesar de mi timidez y aprovechando que mis hermanos y padres no estaban, pensé que sería mi única oportunidad pero mis nervios me traicionaban, de todas formas planifiqué un plan de lo más absurdo que hay, era que al momento de que Chelda este lavando los platos (la cocina era estrecha), me haría el que me caía sobre ella y le tocaría los pechos.
Poco a poco fui viendo su abundante pelambrera. Parecía su coño una selva de lo frondosa que estaba. Pelos rizados, abundantes, negros y duros. Metí la mano por debajo, un poco a ciegas, y noté que estaba encharcada. Dio un alarido espeluznante. Le había rozado la vagina.
Cuando llegue del trabajo me lleve una sorpresa, la casa estaba con la luz apagada y yo desde afuera no sabia si ella estaba dentro, cuando entre en la casa me lleve una sorpresa, ella estaba en el sofá esperándome, llevaba puesta una vestimenta que yo no había visto jamás, era alucinante toda extraña, unas botas de tacón de aguja, que le llegaba hasta la rodilla, unas medias negras cogidas por un corsé muy ceñido
Se quedó como un tronco. Aproveché ese momento para sentarme encima de él moviéndome como si cabalgase , sobre su pene de 17 centímetros, elástico, gordo y firme, pero no totalmente erecto. ¡Que placer! Me volvía loca.
Una fantastica noche en la gran manzana que terminamos mi marido y yo en el asiento trasero de la limo, observados!! por Frank el chofer.