Últimos relatos gay:

Yamilé

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Recuerdo perfectamente la primera vez que la vi, era un miércoles lluvioso y frío, yo trabajaba como cada mañana en el despacho y Marta, mi secretaria, me comunicó que había una mujer en la sala de espera que deseaba hablar conmigo. Le dije a Marta que me diera cinco minutos y que luego la hiciera pasar.

Secuestrada IV

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Descapulló la pequeña verga y lentamente y con mucho amor se la introdujo en la boca. Mientras chupaba el glande, con dos dedos masturbaba el pene y con la otra mano jugaba con los huevos dentro del escroto.

Mi sobrina

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Cuando mi esposo me dijo que su sobrina Sandra, de 17 años, vendría a pasar una temporada con nosotros, me puse muy contenta, ya que me encontraba bastante sola en la casa a la que recientemente nos habíamos mudado, pues todavía no había hecho amistades en el nuevo barrio.

La madurita en la playa III

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Quiero que sepas que esto que hago, lo hago pensando en ti, en ese pedazo de polla juvenil que tienes la cual me pone muy caliente- dijo ella, quitándome la toalla que cubría mi sexo.

Su vida cambió cuando fue comprada por el señor del castillo

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Pero aquella joven acababa de llegar al castillo, y aun seguía enamorada de su amado, sin saber que ya nunca lo vería mas. Había sido vendida al señor del castillo por un puñado de tierras que su padre trabajaría para alimentar al resto de sus hermanos. Era un alto precio, pero al mismo tiempo el único.

La quinta

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A las once de la mañana fuimos todos, llegamos nosotras en dos autos, otras chicas (tres) en otro auto, los chicos en un total de quince ya estaban, habían llegado con distintos vehículos, algunos en moto otros en auto, todos fuimos a la alberca, la cual es grande, la casa de la quinta tiene varias habitaciones, el hangar de los aviones, los autos todos me parecían lugares donde íbamos a fornicar, cuando le comente a Laura, me dijo que estaba loca.

Mi amante se fue con su esposa

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Al mediodía llame a Laura si tenia algún problema de pasar este fin de semana juntas, como buena amiga , su no te preocupes voy para allá, me calmo, cuando la jornada estaba en su meridiano no me extraño su llamada desde mi departamento (ella tiene llave) a partir de ese momento estaba segura que algo se nos ocurriría , entre dos es más fácil.

Mi primer trabajo I

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Entré en dos habitaciones ocupadas por parejas follando, hasta que, cansado ya de probar, me quedé en la tercera, ocupada por dos morochas infartantes que se estaban cepillando a un asqueroso pero seguramente muy adinerado gordo.